Curiosidad

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No comprender que sucede no es lo mismo que no querer saberlo ya que todavía existen miles de cosas que el curioso lector quiere hacerle, aún cuando tema las respuestas que pueda darle ya que sería peor no conocer su mundo a juzgarlo por el hecho de jamás haber pensado en ello.

Así que agotados como se encuentran YoonGi lo escucha atento, disfrutando esos momentos de valentía donde se atreve a conocer un poco de lo que lo rodea.

—¿Qué es lo que haces?.

—¿Realmente quieres saberlo?.

Hoseok asiente, porque volver a verse ha sido maravilloso y quizá si, no puede esperar nada de su parte pero saber un poco es necesario.

—Puedo con ello.

Afortunadamente YoonGi responde, seguramente pensando lo mismo, así que es fácil obtener un poco de lo que desea aunque la información le asuste, ya que es necesario para poder intentar estar de nuevo juntos.

—Lavado de dinero, armas y drogas.

—¿Cuál es lo más grave?.

—Están relacionados, el lavado se hace con los activos del contrabando.

—Oh..

Maldita sea, suena tan frío y calculador que Hoseok traga nervioso, no creyendo frente a quién se encuentran.

Es realmente inquietante y por los momentos no tiene nada más que decir así que se queda en silencio, agradeciendo que YoonGi de nuevo tome el control de la situación y se comunique con los empleados para que les suban la cena a la habitación; todo siendo tan extraordinario que no sabe si eso sea bueno o malo.

Además sigue siendo muy curioso.

—¿El chico de tatuajes quién es?.

YoonGi le sonríe, porque ni aún con todo encima es capaz de dejar de preguntar y eso es algo también nuevo para él quien jamás ha dado explicaciones a nadie sobre lo que hace.

—Jungkook, mi mano derecha.

—Parece muy joven.

—Tiene veinticinco, y sabe lo que hace. Creció en este ambiente.

Hoseok no quiere mostrar lastima a como todos son menores de treinta y están metidos en esto así que niega, mostrando interés a otros aspectos que no sean críticas hacia ellos.

—¿Tienes amigos?.

Siente caricias en su cabello, lo que le hace sentir más tranquilo ya que además YoonGi contesta con sutileza.

—Él lo es, e incluso más. Somos quizá como familia o alguna mierda de esas. Haríamos lo que sea por el otro sin importar nada.

Asiente, abrazándose más a su pecho en estos momentos donde tanto lo necesita.

—Creo que eres maravilloso, y estoy feliz de haber regresado a tu lado.

Más tarde están cenando, aún con tantas preguntas rondado a su alrededor y el más chico curioso a como es que logra mantener esa vida donde nada parece fácil, solo para terminar de nuevo en la cama con la firme promesa de pasar la noche juntos ahora que han retomado su relación: haciendo que por primera vez en meses puedan sentirse plenos porque ya no está ese dolor de haber perdido la oportunidad de mantener su relación.
 


🍷🍷🍷


En algún momento se quedaron dormidos, y Hoseok despierta tan cálido que apenas quiere levantarse al día siguiente pues no solo está recobrando la cercanía con su amante después de la ruptura sino que es de las pocas ocasiones en las que el hombre aún sigue en la cama a su lado.

Sonríe, dándole los buenos días encantado, como si fuera un sueño del que aún no despierta, deleitándose con la imagen tan preciosa frente a él: porque Dios, YoonGi es maravilloso con el cabello revuelto, los hombros desnudos y espalda ancha junto a dos lunares ocultos en la piel de su cuello.

—¿Tienes que trabajar?—lo escucha hablar somnoliento, casi como si tampoco quisiera dejarlo marchar, así que niega.

—Llamaré a uno de los empleados para que se haga cargo mientras estoy aquí, si quieres.

YoonGi asiente, seguro de que pueden arreglar algunas cosas para estar el día juntos.

—Por favor hazlo. No quiero que te vayas tan pronto.

Salir de la cama es complicado cuando ambos están siendo pegajosos al disfrutar su reconciliación, no obstante deciden darse una ducha donde una vez más se entregan al deseo, para más tarde bajar a desayunar al comedor principal donde todo sigue reluciente y deslumbra a Hoseok pero no se acobarda.

Lleva puesta algunas prendas de ropa del mayor dado a no haberse preparado con maletas antes de buscarlo, y YoonGi le presta toda la atención así que no teme tanto.

Estuvieron solos en el comedor durante el desayuno para más tarde hacer un pequeño recorrido por la mansión, simplemente porque Hoseok quería conocerla y el pelinegro haría lo necesario por mantenerlo tranquilo mientras hablan de lo sucedido en el tiempo que no estuvieron juntos o la curiosidad que siente hacia ese mundo.

—¿Tienes algún plan de escape cuando algo sale mal o estás en la mira de la policía?.

Es una pregunta trillada que no debería estar haciendo pero desea una respuesta.

—He comprado a la policía—YoonGi contesta, por más que eso pueda asustarlo. —No se inmiscuyen en mis negocios, ni ayudan a que pueda hacerlos. Simplemente ignoran mi existencia como yo ignoro la suya.

Mierda, todo es tan increíblemente corrupto que Hoseok apenas puede creerlo.

—¿Entonces de quien corres riesgos?.

—De nadie—el mafioso de nuevo responde ya que controla todo a su alrededor y no hay una fuerza mayor a la que deba explicaciones. —No tendría porque salir huyendo o buscar un refugio, mucho menos abandonar mi casa pero, si se presenta la oportunidad probablemente iría a mar abierto y navegar en el bote.

De nuevo Hoseok asiente, intentando comprenderlo y no juzgar sus acciones ya que la curiosidad y las ganas de estar a su lado son más fuertes que cualquier prejuicio.

—¿Cuándo volveremos al bote?.

El mayor agradece el cambio de tema y se acerca a darle un beso fugaz.

—Cuando quieras, por ahora te pertenezco.

Hoseok agradece que sea honesto, y le permita volver despacio a lo que en algún momento construyeron en su relación, sin importar lo que ahora descubrió de su vida y quien es en esa dinastía donde al parecer es el único con poder para gobernar la ciudad o probablemente toda la nación.

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Cielo Rojo. © [YOONSEOK]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora