Bote

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Min YoonGi es un hombre de mucho dinero, lo puede notar por la increíble camioneta negra en que lo recogió, así como también que se ha encargado de todos los gastos del viaje, hasta finalmente traerlo a Daecheon, una preciosa playa a tres horas de Seúl, guiándolo hacia el muelle, dónde varios empleados cargan sus maletas antes de subirse a un bote que ni siquiera puede describir en tamaño pues es tan grande y tan fino que le sorprende.

Dentro, los camarotes son preciosos, y la cubierta espaciosa, siendo un lugar agradable que además está repleto de empleados que pronto les ofrecen algo de comer.

—Cenaremos aquí—YoonGi le dice, señalando la cubierta para disfrutar lo que resta de la tarde antes de pasar la noche juntos.—El capitán nos llevará a mar abierto y regresaremos mañana, ¿estás bien con eso?.

Traga nervioso, con las mejillas sonrosadas debido a la atención pues aunque no se considera pobre, no tiene tanto dinero como para permitirse esto, de hecho nunca imaginó si quiera poder vivirlo, no obstante asiente, intentando disfrutar lo que le ofrece, no importa que apenas le conoce y que no sean cercanos.

—Confío en ti.

La comida es deliciosa, ver el atardecer mientras se alejan de la orilla supera sus expectativas pero la presencia de YoonGi a su lado es maravillosa, con el hombre hablando más mientras toma algunas copas, contestando a sus preguntas de en dónde exactamente están, que distancian recorrerán, y datos superficiales sobre el viaje que aunque no importan; a menos le hacen hablar.

Caer rendido en la cama del camarote principal es además sensacional, con el mayor siendo un amante excepcional que le muestra el placer en más de una forma, aprovechando que ha caído la noche y han comido y bebido lo suficiente.

Encuentro el paraíso dentro de tus piernas, amor..—lo escucha decir, escondido entre las mismas mientras prueba cada centímetro de su piel, preparando, lamiendo y besando su estrecho agujero como tanto le gusta.

La imagen es tan erótica que Hoseok apenas puede resistir, gimiendo bajito porque el placer es demasiado.

YoonGi le sonríe, dejando una mordida suave en sus muslos antes de incorporarse para hurgar entre sus maletas, mostrándole la sorpresa de verlo regresar con una corbata en la mano, mientras se sube a la cama sobre su cuerpo, poniendo las piernas alrededor para enfrentarlo.

—¿Recuerdas lo que dijiste hace un rato?.

El chico está desnudo bajo su cuerpo, en un yate en medio de la nada, y no debería sonreír como lo hace ante ese misterioso hombre que luce tan apuesto como los príncipes de sus cuentos.

—¿Que cosa?.

—¿Confías en mí?.

YoonGi lo ve expectante, con los ojos oscuros de deseo, y el pecho descubierto, siendo más que un atractivo increíble, sino un embrujo hechizante, tan magnético y hermoso que Hoseok no puede negarse.

—Lo hago—penas encuentra voz para responder, recibiendo como recompensa que el mayor se acerque a dejar un beso en sus labios para luego hacer lo que tenía en mente.

Ve con curiosidad como toma sus manos y las junta, para sujetarlas con la corbata y subirlas a que queden sostenidas del barandal de la cama, lo que hace trague más nervioso pero no se queje, ya que comprende es un juego sexual que le resulta interesante.

—Si te mueves vas a lastimarte, asi que quiero que te quedes quieto y no bajes las manos, ¿de acuerdo?.

Asiente enternecido, con las mejillas sonrosadas a más no poder y los ojitos bien abiertos, observando curioso a su alrededor.

Lo ve bajarse de la cama solo para tomar sus piernas y darle la vuelta, dejándolo de espalda contra el colchón, haciéndole sobresaltar mientras la tela de la corbata impacta con fuerza en sus muñecas, sin hacerle daño pero si provocando punzadas de pequeño dolor que recorren su cuerpo que a la vez se conectan con las que produce el fuerte azote que pronto siente en su nalga derecha.

—¿Estás bien con eso?.

Apenas puede asentir, sintiendo lágrimas de placer en sus ojos al estar tan sometido, viéndose recompensado con que YoonGi lo ponga de rodillas al colchón, alzando la cadera y pronto se acerque a lamer su agujero que late en espera de sus caricias.

Son segundos agonizantes dónde se puede sostener al colchón simplemente con las rodillas y los codos porque está atado mientras el mayor tortura su agujero, dando algunos azotes más en sus adoloridas nalgas antes de bajarse la ropa interior y acercar a restregar su erección en la hendidura de su atormentado trasero, apresándolo más a su cuerpo.

—¿Te gusta como te toco?—pregunta a su oído, masturbándose contra sus rosadas nalgas adoloridas por sus azotes, y una de sus manos acaricia sus pezones.—¿Te gusta gemir cómo una puta para mí?.

No puede evitar asentir, encontrándose perdido entre las sensaciones tan obscenas que está sintiendo con YoonGi tan pegado a su cuerpo, haciéndolo sonreír porque sabe lo que provoca y como encender los deseos más oscuros de su mente.

—Eres tan bueno para mí, amor.

Un grito se le escapa de la boca cuando introduce un dedo en su interior, moviéndolo con suavidad en sus paredes, encontrando rápidamente el punto de placer que su cuerpo esconde,  agregando pronto otro más que lo hace sollozar porque son caricias asombrosas que se vuelven duras y rápidas hasta mandar ráfagas de electricidad por todo su cuerpo.

—YoonGi..—gime, cerrando los ojos contra la almohada porque se siente tan asfixiado que maldita sea, no puede si quiera respirar con normalidad.—¡Ah!.

El mayor lo observa con una sonrisa en los labios, aumentando la velocidad dentro de su perfecto culo mientras con la otra mano masturba su hombría, haciendo que se mueva inquieto a pesar de que está atado.

—Recuerda mantener las manos quietas, cachorro. No querrás ser un chico malo.

—Por favor..

—¿Uh?—los ojos del más chico están llenos de lágrimas, rogando aumentar más el placer que le está dando, pero YoonGi quiere verlo suplicar como merece, porque está loco por él y espera lo mismo. No importa si apenas lo conoce y si no sabe nada de su mundo.—Dime, Seok. ¿Qué deseas que te haga?.

El mencionado no suele utilizar malas palabras pero tan embrutecido como se encuentra, con la desesperación porque le toque; siendo latente en su pecho, apenas puede asimilar lo que dice.

—Follame YoonGi, te necesito. Follame ya.

Todo pasa tan rápido que el único momento dónde se siente totalmente a gusto es cuando YoonGi lo ha sometido contra el colchón y está mordiendo la almohada al sentirlo en su interior con embestidas rápidas que fracturan sus pensamientos y caricias mundanas que lo hacen gimotear como un animal en celo, llenando el camarote de un aura tan erótica que sobrepasa los límites permitidos en alta mar.

Es una locura. Aún está atado y se siente tan libre, mientras el nombre de su amante escapa de sus labios en sollozos de placer que él mismo provoca, haciendo a YoonGi gruñir como una bestia, a la vez que golpea con fuerza dentro de su culo, con una mano sujetando su cadera y la otra acariciando su dureza.

El orgasmo es casi tan fuerte como las olas que golpean la parte baja del bote, y el último grito de placer se escucha por todo el lugar, haciendo que incluso el océano tema de ellos, y los peces sientan envidia de su deseo.

***

¡NO OLVIDES VOTAR!.

Cielo Rojo. © [YOONSEOK]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora