Destellos

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Min YoonGi es el puto Dios de esa ciudad pero, no lo hace todo por si mismo, tiene de hecho un equipo poderoso que siempre respalda sus espaldas y se encargan de que nada esté fuera de lugar, dejando una ventaja valiosa para liderar el sitio sin que sus enemigos se acerquen a molestar.

Gruñe sin embargo cuando de alguna manera algo sale mal y todos a su alrededor no pueden explicar cómo es que perdieron el control.

—¿¡Cómo quieres que esté!?. ¡Esta mierda me molesta!.

Se ha perdido mercancía valiosa y YoonGi quiere matar a media ciudad porque no tolera que bajen sus ganancias ni tener pérdidas de droga.

—No es mi área, yo no la perdí—alega su padre, con una maldita mierda teniendo razón.

—¿Y entonces? —observa hacia Jungkook, necesitando una explicación. —¡Maldita sea, perdimos millones!.

Jungkook está intranquilo porque no ha tenido nada que ver con la situación y aunque el incidente pasó en su área: no tiene idea de quien lo hizo.

—Estoy investigando, pero yo no la perdí.

YoonGi asiente jodidamente aún más molesto porque está frente a los dos hombres en quien más confía y sabe que ellos no han hecho nada, solo que tampoco quiere resignarse a perder.

—La idea de un accidente de extravío es factible, el camión pudo perderse por si solo pero mierda, ¡Investiguen!.

Decide largarse a su oficina porque discutiendo no solucionará nada, y la idea de irse en contra de sus cercanos no es favorable al menos que encuentre al hijo de puta responsable de perder la mercancía y con ello los millones que conlleva, sin embargo trabajar es difícil y solo desea arrancarle la cabeza a cualquiera.

Agradece cuando Jungkook se lo muestra.

—Tenemos un sujeto. Manejaba el camión y lo encontramos en un hotel de paso, pero alega no saber que sucedió—le informa algunos minutos después donde se comprometió a dar una explicación de lo sucedido y YoonGi no puede creer aún como esta mierda pasó.

—Nuestros conductores son los mejores. Joder, tráelo conmigo.

Cuando el tatuado asiente: YoonGi baja a la bodega, tomando su arma calibre cincuenta para arreglar el asunto por si mismo, terminado minutos más tarde en una situación desagradable con el intruso envuelto en llanto después de recibir una paliza para hacerlo hablar que lo ha dejado herido.

—No dice nada. Al parecer no sabe lo que sucedió. Estaba drogado.

YoonGi bufa fastidiado porque ha dado orden estricta de que sus empleados no consuman drogas justamente para evitar estos problemas, y el maldito hijo de puta no solo ha fallado al protocolo sino que perdió la mercancía.

—Yo lo arreglo.

Lo toma del cabello, aprovechando que está de rodillas y llama su atención apuntándole con el arma en la cabeza, asustándolo más de lo que estaba.

Lo nota inquieto, con los ojos llenos de lágrimas y el rostro magullado de tantos golpes que recibió, y aún así no le causa lastima.

Un hombre como él jamás siente lastima.

—¿Qué hiciste con mi mercancía, Lee?.

Lee tiene ojos oscuros y el cabello rubio, nunca le causó problemas y es de los mejores conductores que tiene en las calles de Seúl, por lo que, necesita una explicación lógica a como es que permitió que esta mierda pasara.

—Señor.. no sé que es lo pasó. Consumí. Lo siento. No me mate por favor.

YoonGi lo bofetea con el arma, dejando un corte en la ceja derecha para que centre sus pensamientos ya que lo encuentra perdido, como si no quisiera admitir que es realmente lo que ha hecho, ni para quien lo está haciendo.

—No pierdas el tiempo, y habla. ¿Con quien colaboras?.

Pero a aún así el hombre no da una respuesta coherente y solo se enfoca en rogar por su vida, perdiendo tiempo valioso que YoonGi no tolera así que apunta directamente hacia él: dejando salir del arma tres detonaciones que le vuelan la cabeza, y el cuerpo cae inerte a sus pies junto a las respuestas que probablemente daría.

Jadea molesto, buscando con la mirada a Jungkook mientras a su alrededor todos observan con neutralidad lo sucedido, sabiendo que son los riesgos que corren al entrar a ese mundo y las consecuencias a pagar si traicionan al rey del mismo.

—Deshazte de él y quiero supervisión extra en el transporte, así como un examen toxicológico a todos, quien lo falle está fuera.

Jungkook asiente, avergonzado de que se le tenga que recordar lo que se supone; es lógico, y de haber dado problemas a su jefe.

—YoonGi, yo..

—El asunto está cerrado—YoonGi lo frena, apretando la mandíbula molesto, y resignado a que perdió en el asunto.—Cumple tu deber y que esto no se repita. Estaremos pendientes de donde acabó esa mercancía.

Lo último que se ve es su silueta tensa que les da la espalda para salir de la bodega luego del incidente que no solo costó millones sino que; le ha dejado un malestar que solo desea mandar a todos a la mierda.

***

¡NO OLVIDES VOTAR!.

Cielo Rojo. © [YOONSEOK]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora