Judas

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El chico de cabellos rubios está aterrado mientras salen del bar a una velocidad de vértigo en una motocicleta que ni siquiera sabe de donde salió.

Apenas puede retener los sollozos que escapan de sus labios bajo el casco y se aferra a la espalda de su suegro sintiendo que es lo más cercano a YoonGi que puede tener en estos momentos ya que los últimos días lo ha cuidado e incluso ha estado a su lado cada que se hunde en el dolor de saber que al parecer nunca se irán los problemas de su relación.

—Estoy nervioso. ¿Qué pasa con Jungkook? —pregunta cuando han llegado a la mansión, apenas quitándose el casco para dejarse guiar dentro porque la situación con el tatuado es surreal y no puede creer lo que pasó.

Le parece increíble que Jungkook los pueda traicionar, y apenas puede respirar con normalidad.

—No tengo ni la más remota idea, pero ven conmigo—el mayor le dice, con la voz baja y la mirada gélida, ocultando bien sus pensamientos.

Hoseok ni siquiera sospecha.

—Quiero ver a YoonGi. Jungkook es su hombre de confianza y esto lo destruirá.

El más adulto le dedica una pequeña sonrisa apenas perceptible, haciendo que se sienta incómodo porque no desea conflictos ni gozar del mal ajeno.

—YoonGi lo matará.

—No digas eso.. —se le llenan los ojos de lágrimas otra vez porque Jungkook es muy cercano a los Min y aunque YoonGi es impulsivo no se puede imaginar que haga ese daño.

—¿Por qué no? Es un traidor. Merece morir y mi hijo no lo perdonará.

Por primera vez en mucho tiempo Hoseok se queda callado ya que no tolera esa realidad.

—No quiero que sufra. Solo voy a esperarlo, ¿de acuerdo? —se da la vuelta para subir a la habitación, necesitando estar en un lugar seguro en momentos tan oscuros.

Y Min lo dejaría marchar pues estaba seguro de que para este instante Jungkook estaría muerto gracias a la rabia de su hijo y su facilidad con las armas, no obstante recibe un mensaje corto y preciso de que YoonGi perdonó al chico.

Todo es una puta mierda.

Se maldice con la sola posibilidad de no librarse del embrollo y su primer instinto es seguir a Hoseok que ya camina por las escaleras y tomarlo del brazo con dureza para someterlo a su pecho.

—¿Qué sucede? —el chico gira asustado, pero Min niega, sin mostrar nada que lo haga perder el control.

—Debemos salir de aquí.

—¿Por qué? ¿YoonGi está bien?

Confía tanto en sus palabras, en la sola idea de que son familia que mierda, jamás creyó que el viejo Min le traicionaría.

—Solo camina Hoseok—lo arrastra por las escaleras, lo que le hace entrar en alerta y comprende que algo no está bien en la situación.

Intenta retroceder pero Min no se lo permite, y lo aferra a su espalda con fuerza.

—¡¿Qué haces?! —grita porque nunca lo ha tratado así pero no hay mucho tiempo para mentirle.

—Tenemos que irnos..

El chico abre los ojos asustado sin comprender lo que sucede.

—¿Por qué me lastimas?. ¿Qué sucede?.

Min por fin muestra su verdadera cara mientras baja los escalones tirando de su cuerpo con fuerza.

—Te dije que se fueran..

Cielo Rojo. © [YOONSEOK]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora