CAPÍTULO 18

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Ni la entrada al Olimpo sería así de buena.

Erick Reed

Estaba nervioso por la fiesta, porque teniendo en cuenta como fue la primera a la que fui, esperaba por lo menos que esta acabase, aunque fuera un poco mejor.

Acabé de peinar los últimos pelos que habían quedado sueltos, me senté sobre la cama y empecé a atarme las botas negras que Luke me había dejado para el disfraz.

Abrí el mensaje de mi madre donde me decía que me lo pasara bien en la fiesta de hoy.

Tiré el móvil en la cama. Me levanté a por las llaves de la moto y a por mí cartera para guardarlo todo en mi bolsillo, cuando alguien tocó la puerta.

— Voy. —dije gritando mientras cogía todas mis cosas y apagaba las luces.

— Eh tío, te ha quedado genial —me dijo Gress cuando abrí la puerta y me miró de arriba abajo.

— A ti también.

— ¿Vamos a por esa moto?

— Vamos.

Cuando llegamos al parking, arranqué la moto, Gress se subió detrás y nos fuimos dirección a la discoteca. Las calles estaban llenas de gente, cosa que no era de extrañar ya que era sábado y todo el mundo estaba fuera de casa.

Cada vez que nos íbamos acercando más a la discoteca más personas disfrazadas íbamos viendo, desde payasos, a lo que parecía un extraterrestre.

— Si giras por esa calle, todo el mundo nos verá y además puedes aparcar en frente. —me gritó Gress a la oreja. —Hay un parking

— Vale, pues prepárate para esta entrada triunfal.

Y así fue, en cuando giré la esquina, pude ver toda la cola para entrar a la discoteca. Todo el mundo se giró hacia nosotros, ya que el ruido del motor sonó por toda la calle.

Aparqué la moto en el otro lado de la carretera, bajamos y nos quitamos los cascos.

— Pues sí que la ha sido. —dijo Gress. —Creo que en la vida me habían mirado tantas chicas.

— ¿Y el grupo donde estará?

— Tantas chicas mirándote y tu preocupado por donde está el grupo, relájate un poco hombre.

— Ya bueno.

— Lo sé, quieres ver a Emma.

— Por dios, no todo mi mundo gira a su alrededor.

— Todavía. —me contestó dándome una palmada en la espalda. —Mira creo que son esos. —dijo Gress señalando a un grupo de personas. —Vamos.

— Hola a todos. —saludé cuando llegamos.

— Menuda entrada.

— Morgan, os dije que os íbamos a superar con el disfraz. —dijo Gress.

— Que hayáis venido en moto no suma puntos.

— Pero si impresiona.

— Nuestro disfraz también.

Y coincidí con ella, su disfraz era espectacular. Parecían sacadas de una película de vampiros. Mis ojos, en cambio, aun buscaban a Emma, ya que desde que estaba allí no la había visto.

— Gress, tienen razón. —Dije yo. —Su disfraz es una completa pasada.

— El nuevo lleva razón. —añadió Pol.

Quererte sin quererDonde viven las historias. Descúbrelo ahora