Punto y aparte.
Emma Walsh
Cerré los ojos y pensé en que pedir, al principio dudé, pero después de segundos supe que lo que había pedido era lo que deseaba.
Cuando abrí los ojos, vi a Erick sonriendo mientras miraba su móvil.
— ¿Qué pasa? —Dije asomándome a su pantalla para ver a que le sonreía así. — ¡Erick! —Me quejé al ver que me había hecho una foto.
— Es la foto más bonita que nunca he visto.
— Exageras.
— No lo hago. —Contestó para luego volver a mirarme y guardar su móvil en el bolsillo. — ¿Nos vamos ya?
— Vámonos. —Dije saliendo detrás de él.
Erick y yo bajamos hacia el salón donde sus hermanos discutían sobre algo del partido de fútbol que aún seguían viendo.
— Nos vamos. —Anunció él.
— ¿No os queréis quedar a cenar? Es noche de pizza. —Dijo Mia.
— Tenemos cosas que hacer. —Dijo y me sonrió. —Y mañana tenemos clase.
— Está bien. —Dijo ella. —Y felicidades Erick. —le dijo Mia a su hermano.
— Gracias. —dijo él sonriendo.
— Espero volver a veros pronto. —Dijo Jon enfatizando veros en plural.
— Ha sido un placer. —Les dije yo a los dos mientras Erick tiraba de mi hacia la entrada.
— Adiós Emma, adiós Rick. —Nos gritó Jon cuando salimos al jardín.
— ¿Rick? —Le pregunté a Erick cuando ya estábamos lejos de sus hermanos.
— No me llames así nunca. —Dijo rodando los ojos.
— ¿Cómo Rick?
— Emma...
— Lo siento Rick, es que no sé qué me dices.
Erick se giró hacia mí, se agachó y me cogió dejándome boca abajo.
— ¡Suéltame Erick! —Grité.
— Si me juras no llamarme por ese ridículo apodo.
— Está bien, está bien... —Cedí yo, haciendo que me soltara justo delante de la moto.
— Ahora, ponte el casco y vámonos. Tenemos cosas que hacer. —Dijo enfatizando esa última frase, haciéndome negar con la cabeza, mientras sonreía.
— Erick, espera. —Dije yo. —Déjame pasar antes por mi edificio y cojo mis cosas para mañana el instituto. Además de coger un pase para poder dormir en tu habitación.
— ¿Un pase?
— Si. —Contesté sacando mi teléfono. —Eso de que no puedes estar en el edificio del otro sexo pasadas equis horas... no es verdad del todo. Si tienes pases, puedes quedarte a dormir allí. Y a mí me quedan unos cuantos. —Expliqué mientras le escribía un mensaje a Rain para que me preparar las cosas. —Y creo que esta vez sí debería ir a por él.
— Creo que será lo mejor, no quiero que te vuelvas a meter en líos.
— Le he escrito a Rain, cuando lleguemos solo será subir y listo.
— Genial.
A medida que íbamos acercándonos a la residencia, los nervios me estaban consumiendo.
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Quererte sin querer
RomanceEmma, soñaba con un amor de libros, donde la protagonista lo daba todo por el chico del que estaba enamorada. Pero se dio cuenta que en la realidad eso no existía, que no eran más que cuentos, que se le contaban a los niños para hacerles creer que e...