Hazel y su pesadilla de serpentinas.
Emma Walsh
— ¡¡Os podéis dar prisa!!
— ¿Y tú puedes dejar de gritar? —preguntó Hazel. —Emma, estas muy alterada.
— Hazel, es que vais muy lentas, llevo literalmente veinte minutos esperando a que os acabéis de peinar y maquillar.
— Habla por ellas, yo llevo también un rato esperando. —murmuró Rain que estaba apoyada en mi hombro mirando su móvil.
— Solo os digo que vamos a llegar tarde.
— No pasa nada Emma, ni que fuese la primera vez. —dijo Morgan.
Resoplé histérica. Llegar tarde era algo que no me gustaba. Cuando quedábamos en verano siempre era la primera en llegar y estaba sola más de una hora esperando.
— Cielo, deja de resoplar ya o te quedarás sin aire. —me dijo Rain. — ¿Se puede saber porque estás tan nerviosa? —me preguntó en voz baja.
— No lo sé.
— ¿Es por mi hermano o por Erick?
Odiaba que me conociera tan bien.
— ¿Si te digo que por ninguno te lo crees?
— No.
— Bueno, pues por los dos. —acabé confesando. —uno me tensa y al otro ni lo conozco y aun así me pone nerviosa.
— Pues tú relájate y cuando veas que estás incomoda me avisas y nos vamos.
— ¿Qué tal estamos? —Hazel y Morgan aparecieron por la puerta que unían nuestras habitaciones. Hazel llevaba una minifalda vaquera y una camisa amarilla, Morgan en cambio llevaba un mono largo rojo de topos blancos.
— ¿Tanto tiempo hemos estado esperando para esto? —preguntó Rain
— Rain... —le dije mientras le daba un manotazo en el brazo.
— Rain, que tú vas en sudadera y falda. —le discutió Hazel.
— Porque no vamos a una cena de gala, si no a la habitación de mi hermano.
— Una cosa no quita la otra. —dijo Morgan.
— Bueno, antes de que os arrepintáis de lo que lleváis puesto y lleguemos otra media hora tarde, vámonos. —cuando dije eso me levanté, abrí la puerta del pasillo, apagué las luces e hice salir a las chicas.
— ¿Por qué me da la sensación de que hoy va a pasar de todo, menos algo bueno? —comenté un poco insegura.
— Pues la verdad es que yo tengo ganas.
— Chicas, ¿Acabáis de oír eso? Hazel tiene ganas de fiesta y encima una fiesta de Pol. —dijo Rain. — ¿Estás segura de no estar enferma?
— Estoy bien, solo que hoy, no sé, me apetece.
Nos metimos en el ascensor, que tardó segundos en bajar y salimos de la residencia.
— Hablasteis con Mary ¿No?
— Morgan, nosotras siempre cumplimos nuestros recados. —Dije con una sonrisa.
— Claro, por eso llevo pidiendo que vayáis a comprar jabón para el pelo y dejéis de usar del mío y no lo hacéis. —contestó Hazel.
— Eso es diferente. —dije soltando una carcajada.
— Hola Mary. —le dijo Rain mientras entrabamos al edificio de los chicos y la saludaba con la mano.
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Quererte sin querer
RomanceEmma, soñaba con un amor de libros, donde la protagonista lo daba todo por el chico del que estaba enamorada. Pero se dio cuenta que en la realidad eso no existía, que no eran más que cuentos, que se le contaban a los niños para hacerles creer que e...