¿Jugamos a los novios?
Emma Walsh
— Pol, deberíamos irnos ya. —le dije mientras me quitaba su brazo de encima y me levantaba de su cama.
— Un rato más, por favor... —me contestó estirándose y cogiéndome de la cintura para traerme hacia él.
— Es lunes, tenemos clase en dos horas, tengo que ir a por mí uniforme, desayunar y coger el autobús, y todo en muy poco tiempo.
— ¿Y si me voy contigo a hacer todas esas cosas importantes? —sonrío inocente.
— Pol, es que tú siempre vas lento y seguro que llegamos tarde.
— Esta vez no vamos a llegar tarde. —después de decirme eso se levantó de un salto, abrió su armario y sacó su uniforme planchado y empezó a quitárselo mientras me tiraba su pijama a la cara.
— Eres un bruto.
— Oh perdona princesa, no quería estropear aún más esa cara de recién levantada. —dijo irónicamente.
— Que gracioso eres...
Se acercó a mí y me dio un pequeño beso en la comisura de los labios antes de ponerse la camiseta y luego meter las cosas en su mochila.
En ese momento, pensé que nada había cambiado, que Pol seguía dándose prisa solo por mí para llegar a clase a tiempo, levantarme a su lado por la mañana... Pero si me ponía a pensarlo en realidad no era igual que entonces, ya que en el fondo los dos no queríamos lo mismo.
— Emma, ¿Me estás escuchando? —dijo sacándome de mis pensamientos.
— Perdón estaba pensando en otra cosa, ¿Qué decías?
— Mírame. —dijo alegremente, le eché un vistazo de arriba abajo y vi que, en menos de cinco minutos, se había vestido, preparado la mochila e incluso se había peinado.
— Muy bien, estoy muy orgullosa de ti. —dije irónicamente. —ahora vámonos.
Pol salió con una sonrisa triunfante de la habitación donde aún estaban los chicos remoloneando en la cama. Ellos ya se habían acostumbrado a verme por allí otra vez y no hicieron ninguna pregunta, cosa que agradecí.
— Pol. —le dije.
— Dime.
— ¿Estás seguro de esto? —nos señalé.
— ¿Esto?
— Joder, de lo que está pasando con nosotros.
— Ahh eso, pues la verdad es que sí, yo lo veo bien. —dijo restándole importancia.
— Pero Pol, no sé, imagínate que mañana vamos a una fiesta y te enamoras de una chica ¿Qué pasa?
— Nada, solo estamos juntos por satisfacer nuestros deseos. —vi como una sonrisa se curvaba en sus labios al decir eso último.
— Dios Pol... —le di un manotazo en el brazo y me subí al ascensor. —te estoy hablando en serio.
— Yo también.
— ¿Entonces no pasa nada si yo tengo algo con otro chico?
— Sí.
— ¿Si pasa algo o si te da igual?
— Emma, ¿Por qué estamos hablando de esto?
— Porque no sé qué somos. —dije muy sincera y apartando la mirada que hasta entonces estaba en él.
— ¿Consideras que somos algo?
— Considero que tengo dudas.
— Muy bien Emma, creo que es la cosa con más sentido que dices en semanas. —me dijo Pol que ya estaba fuera. — ¿Vas a bajar del ascensor o te vas a quedar ahí? Y si tienes dudas me las dices y se hablan.
— Vale. —dije saliendo del ascensor.
— Pues ya está, dime.
— ¿Qué narices somos Pol?
— Dos ex que no se superan y que uno quiere más que el otro.
— Yo te tengo superado.
— Y yo soy un Santo —rodé mis ojos hacia un lado por su respuesta.
— Pensaba que estábamos hablando en serio si no te lo tomas en serio.
— Y lo estamos haciendo, lo que pasa es que has mentido, y yo también lo he hecho.
— Mira Pol, paso de hablar de esto, me pides que te diga lo que pienso y me tomas el pelo.
— Está bien Emma, perdón.
— Yo solo quiero saber en qué punto estamos. ¿Somos amigos con derechos? ¿Somos algo más que amigos, pero sin etiquetas? ¿Consideras que somos novios?
— Emma, somos una continuación de lo que fuimos.
— ¿Y qué fuimos?
— Inestables. —dijo mientras entrabamos en nuestro edificio. —lo que pasa es que ahora estamos intentando evitar hacer lo que hicimos en el pasado.
— ¿Entonces estamos jugando a los novios? —dije riéndome irónicamente.
— No, pero podríamos.
— ¿Cómo?
— Es muy fácil, pongamos unas reglas.
— Vamos por las escaleras. —le interrumpí. —¿Qué decías?
— Que podríamos poner unas reglas. —miré a Pol con cara de desagrado después de decir eso. —Oh vamos Emma, puede estar bien...
— Bueno no sé, si quieres después de la escuela lo hablamos.
— ¿Eso quiere decir qué sí?
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Quererte sin querer
RomanceEmma, soñaba con un amor de libros, donde la protagonista lo daba todo por el chico del que estaba enamorada. Pero se dio cuenta que en la realidad eso no existía, que no eran más que cuentos, que se le contaban a los niños para hacerles creer que e...