CAPÍTULO 9

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Pensé que era un príncipe, pero acabó siendo un sapo.

Emma Walsh

Un rayo de luz que se colaba por las cortinas, me daba en la cara cuando me desperté. Giré sobre mí y miré a mi alrededor, aun no creía estar en esa habitación, tan blanca, limpia y con ese particular olor a él.

Feliz, me levanté de la cama en dirección al sofá para decirle a Erick que ya me iba, pero no estaba, ni su móvil, ni sus llaves, ni su cartera... Entonces en ese momento mi móvil empezó a vibrar.

RAIN:
Estamos fuera, sal ya.

Miré mi reloj y vi que eran las siete de la mañana, por lo que Mary ya estaría y no habría gente. No me cambié de ropa, salí con lo que me había dejado Erick y cogí la mía para llevarla en brazos.

— Buenos días Rain. —Dije

— Hola —dijo mirándome de arriba abajo. —dime que no habéis hecho nada indebido

— Rain por favor, por quien me tomas... —sacudí mi cabeza de un lado a otro.

— ¿Te recuerdo aquella noche que salimos y te tirase, literalmente, encima de un chico que acababas de conocer? —me preguntó Hazel.

— Ese día iba muy borracha, no cuenta.

— Bueno, ¿Y la noche que...?

— Vale vale, lo pillo. —me reí. —Pero no ha pasado nada con Erick, el simplemente me ofreció su ropa para estar más cómoda para dormir.

— Que monada de chico. —dijo Morgan. —Alguien que no piensa nada más allá, en verdad, me gusta para ti.

— ¿Habéis desayunado lenguas y no me he enterado...?

— No, pero ahora que lo dices estoy hambrienta y un buen café ayudaría a este dolor de cabeza. —dijo Rain mientras se ponía las gafas de sol que había sacado de su bolso.

— Pues vamos. —contesté.

— Chicas, ¿pero vosotras os habéis visto? —nos preguntó Hazel parándose en el pasillo. —parece que estamos sacadas de una película de terror. Propongo que primero vayamos a la habitación a cambiarnos y luego ya bajamos a comer algo.

— Pero es que yo no puedo esperar más, tengo un hambre infinito. —Rain se quejó.

— Tú siempre tienes un hambre infinito, de todas formas, creo que tengo un zumo en la habitación que te puedes beber hasta que bajemos.

— Hazel, te quiero.

Las cuatro nos subimos en el ascensor y bajamos a recepción donde ya estaba Mary.

— Hola Mary —dijo Rain acercándose al mostrador

— Hola chicas, ¿Todo bien? ¿Qué tal la fiesta? Y ¿El chico nuevo?

— La verdad es que todo muy bien, ayer acabamos la fiesta muy pronto y Erick, es una persona genial. —contesté.

— Bueno Mary, nosotras nos vamos que tenemos que ir a cambiarnos para desayunar. —dijo Morgan.

— Está bien.

Íbamos a salir cuando Mary me llamó.

— Emma, ¿puedo hablar contigo?

— Si claro. chicas podéis ir yendo vosotras hacia el edificio, ahora voy. —vi como las chicas salían de la residencia y me dirigí hacia Mary.

— Verás, estoy algo preocupada por alguien...

Quererte sin quererDonde viven las historias. Descúbrelo ahora