Calcos de ti.
Emma Walsh
— Vamos Emma. —Me dijo una voz mientras me movía de un lado a otro. —Emma...
— Shhh —Dije mientras cogía la almohada que tenía a mi lado y me tapaba la cara.
— Quedan 15 minutos para que empiece la primera hora. —Oí que decía Erick, mientras se iba hacia el baño.
— Joder joder. —Dije reaccionando por fin y levantándome de la cama, yendo al baño también.
— Buenos días. —Me dijo Erick sonriendo al ver cómo iba vestida. —Podría acostumbrarme a levantarme todos los días y verte solo con una camiseta mía. —Se acercó y me dejó un pequeño beso en los labios.
— Y yo a verte así de guapo. —Le guiñé el ojo y me volví a pegar a sus labios.
— Si seguimos así no vamos a llegar. —murmuró con sus labios pegados a los míos.
— No pasa nada. —Le dije.
— Si pasa, o es que acaso no recuerdas lo que me dijo mi padre.
— Mierda. —dije y me fui hacia la bolsa donde estaba mi uniforme. Lo estiré sobre la cama y empecé a ponérmelo. Erick salió del baño a los cinco minutos vestido, y me dejó entrar para peinarme. Opté por recogérmelo y peinarme un poco el flequillo.
— Quedan 10 minutos. —Me gritó desde fuera
— Ya voy. —Dije saliendo del baño y cogiendo mi mochila y mi móvil. — ¿Cómo nos vamos, si el bus ya habrá salido?
— En moto. —me contestó sonriendo.
Por suerte Erick y yo llegamos unos cuatro minutos antes de que el timbre sonara para dar inicio a las clases.
— Nos vemos después. —Dije dándole el casco.
— Adiós amor. —Me contestó y guiñó un ojo.
Me giré y me despedí con la mano mientras me dirigía hacia mi clase de biología. No llevaba ni la mitad del pasillo recorrido, cuando me llegó un mensaje.
ERICK:
Esa falda te sienta de maravilla.
EMMA:
No mires, pervertido.
ERICK:
Como no hacerlo si solo voy a escasos metros de ti.
Me giré para comprobarlo y era cierto, Erick iba por detrás de mí con una sonrisa que iluminaba todo el pasillo.
EMMA:
Cuidado con la baba.
ERICK:
Ya ves el efecto que causas en mi ;)
Iba a contestar cuando un brazo me rodeó.
— Hola guapa. —Me dijo Rain.
— Dios mío, pensaba que eras otra persona. —Dije y me giré, para comprobar que Erick ya no estaba.
— ¿Qué tal? —Me preguntó divertida.
— Bien.
— ¿Solo bien?
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Quererte sin querer
RomanceEmma, soñaba con un amor de libros, donde la protagonista lo daba todo por el chico del que estaba enamorada. Pero se dio cuenta que en la realidad eso no existía, que no eran más que cuentos, que se le contaban a los niños para hacerles creer que e...