CAPÍTULO 42

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No estoy solo, estoy perdido.

Erick Reed

Habían pasado varias horas desde que la última enfermera había pasado a verme, debían ser las nueve de la mañana, por lo que cuando la puerta sonó, me extrañó ya que no esperaba visitas esa mañana y menos tan temprano.

— Adelante. —Dije al ver que no abrían la puerta.

— Hola. —Dijo Emma asomando la cabeza por la puerta. —No sabía si estabas durmiendo y no te quería molestar.

— No te preocupes, llevaba ya un rato despierto. —Le contesté mientras me recolocaba en la camilla y la invitaba a sentarse en esta conmigo. — ¿No deberías estar en clase?

— Mi padre me ha dejado quedarme hoy en casa.

— ¿Tu padre?

— Si, es que voy a pasar una temporada en casa con mi padre y mis hermanos.

— Entonces te vas de la residencia. —Concluí.

— Si.

— Lo entiendo, no pasa nada. —Le sonreí.

— Pero es temporal, solo es hasta que vuelva mi madre a casa. Se ha ido con Ivy a Londres.

— ¿Londres?

— Ya te contaré, es una larga historia. —Dijo sonriendo. —Además así ayudo a mi padre en casa, aunque con Alex nos va muy bien, pero el pobre tiene más vida y no puede con todo.

— ¿Alex? —Pregunté con algo de recelo que intenté que no se notara.

— El niñero de mis hermanos. —Me aclaró. —Lleva varios meses cuidando de ellos.

— Ah muy bien. —Dije más seco de lo que quería.

— Pero no venía a hablarte de eso. —Dijo entusiasmada.

— Entonces, cuéntame.

— Verás, ayer estuve hablando con mi padre sobre todo lo que ha pasado con Pol, los chicos de Lagune... y cree que podemos hacer algo para que esos idiotas paguen por lo que han hecho sin que tu padre se entere.

— Emma...

— Déjame explicarte y ya después me niegas todo lo que quieras.

— Está bien.

— Mi padre colabora con una asociación para chicos y chicas problemáticos, entonces cree que, si hablamos con las familias de cada uno de los que estuvo en la pelea, y les decimos que, si se plantean llevar a sus hijos a ese sitio, no denunciarás...

— Emma eso es chantaje.

— No del todo, simplemente es un abogado intentando solucionar los problemas de su cliente sin tener que ir a juicio. —Dijo cogiéndome de las manos. —Esos chicos no se merecen estar de rositas por ahí después de lo que te han hecho.

— Emma. —Dije y me solté. —No quiero.

— Pero...

— ¡No! —Dije un poco más alto de lo normal. — ¿Podéis entender que no me quiero meter en problemas?

— No te metes en problemas.

— Si lo hago. ¿Tú te crees que las familias de esos tíos van a dejar que un abogado les chantajee?

— Erick, no ves las cosas como te las he dicho.

— Agradezco que tu padre haya buscado una forma de ayudarme, pero lo único que quiero es seguir con mi vida, sin que lo de la pelea llegue a oídos de nadie, ni nada...

— Está bien. —Dijo levantándose de la cama y cogiendo la chaqueta, que en algún momento de la conversación se había quitado y dejado encima de una silla.

— Se lo dije a Rain, si ella quiere hablar con sus padres y contárselo para que tomen medidas con Pol, me parece bien, pero yo no quiero estar involucrado. Ya estuve una vez metido en estas mierdas, sin nadie que me apoyase y no quiero repetirlo.

— Ahora no estás solo. —Dijo apretando los labios.

— Emma, estoy bien. —Dije mirándola. —En unas horas me dan el alta, solo tengo heridas superficiales, no me ha pasado nada grave.

— No me recordabas. —Dijo con la voz temblorosa y acercándose a mí mientras me señalaba con el dedo. —Si te crees que eso es estar bien, tienes que hacértelo mirar. Porque para mí, que dejen a una persona semiinconsciente, que la droguen y lo dejen con amnesia... por no hablar de las heridas, no me parece que sea poco grave.

— Estás exagerando esto Emma.

— Que tu madre o tus hermanos estén acostumbrados a que esto pase, a que les llamen desde el hospital diciendo que te han encontrado herido, lo respeto. Pero yo no soy ellos. Estuve horas despierta, sin comer, llorando... porque no entendía porque mierda esto te estaba pasando a ti. Verte tumbado en esa camilla con una vía puesta y miles de cables conectados a tu cabeza, el torso vendado y lleno de pequeños hematomas por toda la piel, además del labio partido... ¿Crees que me gustó verte así? —Dijo con la voz entrecortada y los ojos con lágrimas a punto de caer. —Solo quería ayudarte.

— Emma...

— Será mejor que me vaya, tengo que irme a casa. —Dijo abrochándose el abrigo y cogiendo su bolso.

— No te vayas así. —Dije con el corazón encogido al darme cuenta, por primera vez, desde que había llegado lo cansada y triste que se veía.

— Esta tarde pasaré a por algunas cosas a tu habitación, la otra noche dormí allí esperando a que vinieras y como salí con Gress directamente a buscarte me dejé muchas cosas.

— Está bien. —Dije.

— Adiós. —Me dijo, girándose para irse.

— Adiós Emma.

¡¡¡¡Hasta el próximo capítulo!!!! ✨👋🏼❤

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Quererte sin quererDonde viven las historias. Descúbrelo ahora