Emma, soñaba con un amor de libros, donde la protagonista lo daba todo por el chico del que estaba enamorada. Pero se dio cuenta que en la realidad eso no existía, que no eran más que cuentos, que se le contaban a los niños para hacerles creer que e...
Después de unos diez minutos dando vueltas, me decidí a ir a la heladería del centro, sabiendo que él estaría allí.
― ¿Has visto a Erick? —Le pregunté a Mike que estaba en la barra de la heladería.
― Se ha ido hace un rato.
― Ah. —Contesté y me senté en una mesa que había libre dentro del local.
― ¿Quieres algo? —Me preguntó Mike.
― A parte de saber cómo ser una buena novia, un helado de coco por favor.
― De lo primero no me queda, pero creo que con lo segundo puedo hacer algo.
Le di una pequeña sonrisa cuando dejó el helado en mi mesa, saqué mi móvil y mis cascos y me puse a escuchar música.
Normalmente cuando venía aquí, después de discutir con Erick, él estaba. Solía sentarme delante de él y cómo ninguno de los dos hablaba nunca, él me invitaba a un helado, al que llamaba helado de la concordia, y después de ese helado los dos nos perdonábamos por todas las cosas que habíamos hecho y dicho, y todo volvía a estar como siempre. Pero esta vez, no era así, porque Erick no estaba allí sentado y sabía que eso no iba a salir bien, ni a traer nada bueno.
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