Olor a hospital.
Emma Walsh
Me temblaban las manos, Gress me miraba impaciente y el móvil no dejaba de sonar. Contesté a la llamada y me llevé el móvil a la oreja.
— ¿Sí? —Dije con la voz temblorosa.
— ¿Emma Walsh? —Preguntó un hombre al otro lado de la línea.
— Soy yo. —Contesté y Gress me prestó más atención.
— ¿Conoce usted a un chico rubio, ojos claros, no muy corpulento...?
— Si. —Dije con el corazón acelerado. —Es Erick, mi pareja.
— Está bien, no le puedo dar mucha información debido a que no es un pariente cercano, pero nos dirigimos al Hospital Universitario de la ciudad.
— Pero ¿está bien? —Pregunté mientras las lágrimas empezaban a caer por mis mejillas.
— Como ya le he dicho antes, señorita Walsh, no le puedo dar mucha información. El paciente ha sido encontrado malherido esta mañana por un jardinero del campus universitario de Lagune y ya le he dicho mucho, así que buenos días. —Dijo eso último y colgó.
Las piernas empezaron a fallarme, sentía que me iba a caer en cualquier momento, no podía respirar y la imagen de Erick malherido me erizaba la piel.
— ¿Emma? —Me preguntó Gress preocupado.
— Hospital Universitario. —Dije entre sollozos. —Se lo han encontrado esta mañana en el campus universitario de Lagune.
— ¿En Lagune? ¿Por qué ha ido allí?
— ¡Qué más da Gress! —Grité. —Está herido y en el hospital.
— ¿Y qué hacemos aquí entonces? —Me preguntó. —Vamos a coger un puto taxi que nos lleve.
— Vamos.
No tardamos más de cinco minutos en subir al taxi e indicarle al conductor que nos llevara al hospital.
— ¿No deberíamos llamar a sus padres?
— ¿A sus padres? —Pregunte incrédula. —Estás loco si crees que los voy a llamar.
— Emma, hay que llamarlos.
— No hay porque hacer eso, están sus hermanos. —Dije sacando mi móvil del bolsillo. —Si llamamos a su padre será peor para él.
— Pero son sus padres.
— Voy a llamar a Mia y a Jon. —Dije y busqué en mi agenda el número de Mia.
Le di a su número y me llevé el móvil a la oreja. Un tono, dos tonos, tres tonos...
— ¿Sí? —Preguntó
— Hola Mia, soy Emma.
— Hola cielo. —Dijo alegre. — ¿A qué se debe esta maravillosa llamada? No me digas que Rick ya la ha cagado... Para algo que le estaba saliendo bien...
— No Mia. —Dije bastante seria.
— Emma, me estás asustando. —Dijo al notar mi tono de voz.
— Erick está en el Hospital Universitario, he pensado que era mejor hablar contigo, antes que con tus padres.
— ¿En.... el hospital? —Me preguntó en shock. — ¿Qué ha pasado?
— Yo no lo sé. —Dije notando como se me cortaba la voz. —Al no ser familiar no me han querido dar mucha información, solo sé que se lo han encontrado en el campus universitario de Lagune esta mañana.
ESTÁS LEYENDO
Quererte sin querer
RomanceEmma, soñaba con un amor de libros, donde la protagonista lo daba todo por el chico del que estaba enamorada. Pero se dio cuenta que en la realidad eso no existía, que no eran más que cuentos, que se le contaban a los niños para hacerles creer que e...