Capítulo 4 Empezamos con mal pie...

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El miércoles Martina fue de nuevo a entrenar muy temprano. Su entrenador, Carlos, sabía que Martina amaba el boxeo y lo necesitaba como válvula de escape. Y él estaba encantado de entrenarla. Era una chica que se esforzaba mucho, además era muy buena en ello. Se acercaba el campeonato y tenía que estar más que preparada.

Esa mañana se entretuvo más de lo normal en el entreno, por lo que luego le tocó correr para llevar a sus hermanos al colegio.

Volvía a tener clase a las 10am y de nuevo con la amiga de su tía. Cuando se dirigía a la universidad con Sofía, mientras hablaban, le vino a la cabeza la profesora. Esa mujer tenía algo que a ella le llamaba mucho la atención. Pero no sabía el qué, porque era una mujer en la que nunca se fijaría. No tenían nada que ver la una con la otra. Eran totalmente diferentes. Además existía una diferencia de edad bastante considerable. Aunque a decir verdad a ella no le importaba que la profesora fuera bastante más mayor que ella.

-Martina...Estás algo ausente. ¿Te pasa algo?

-¿A mí?No, que va. Sólo que estoy cansada. Hoy el entreno fue más duro de lo normal. Carlos va a agotarme un día de éstos...

-Ya te digo. No sé cómo puedes entrenar tanto y aguantarlo. Pero claro, así tienes el cuerpo que tienes. Todo tiene su esfuerzo.

-Si quiero ser la mejor, no me queda otra, Sofía. Además para mí no es un esfuerzo ir a entrenar. Si supieras cómo lo disfruto...

-Ya lo sé. Si es que eres la mejor, campeona.

A Sofía no le quiso decir que la profesora la tenía intrigada, porque sabía que su amiga le preguntaría el por qué y ella no tenía todavía respuesta para esa pregunta.

Ya en clase, se juntaron con los amigos para comentar la clase del lunes con la profesora Aranda. Justo cuando volvieron a oír unos tacones acercarse a la clase. Se sentaron rápidamente en sus sitios. A Sofía y a Martina les tocó esa mañana en la primera fila, lo cual no le hacía gracia a ninguna de las dos, pero no les quedó más remedio por haber llegado tarde a la clase.

-Joder, Sofía, la próxima vez venimos antes.-Le susurró Martina al oído a su amiga.

Lorena la escuchó susurrar mientras se acercaba a su escritorio. Así que dirigió su mirada hacia la joven y le llamó la atención.

-Señorita Soto. Aún no ha empezado la clase,¿y ya se quiere ir?

-¿Qué? Claro que no me quiero ir.

-¿Entonces por qué hablaba con su compañera?

-En realidad no estaba hablando.

-Vaya, encima contestona. Mire, coja sus cosas y marchese. Por favor. Y para la próxima clase, usted se piensa primero, el cuchichear, y segundo el contestarme.

-Cojonudo...-Martina la miró con rabia, cogió sus cosas y se marchó. Joder que carácter tenía esa mujer. Tenía razón su tía cuando dijo que era de las profesoras cabronas. Y vaya si lo era.

Martina se fue a la cafetería. Ella estaba tranquila porque sus amigos le pasarían los apuntes de la clase. Lo único que la profesora le pondría la falta correspondiente. Y encima se lo diría a su tía.Pero ella no se iba a callar. Le daría su versión de los hechos, sólo faltaba. No se iba a dejar pisotear ni amedrentar por esa mujer con tan mal carácter.

Estaba tomándose un café y actualizando sus redes sociales cuando vio a Sofía aparecer en la cafetería.

-Vaya, ¡Ya estás aquí!¡Qué pronto ha pasado la clase! - le dijo Martina nada más la vio.

-No cantes victoria, Martina. La profesora te quiere ver en su despacho y se ha pegado casi toda la clase enfadada. Vamos que nadie ha hablado. Cualquiera la volvía a enfadar como hiciste tú.

Detrás de la coraza (3°Historia)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora