A la mañana siguiente, cuando Marta se despertó, le vino un delicioso olor a café que la hizo levantarse de la cama casi de un salto.
Se dirigió a la cocina y en efecto, Lorena estaba preparando el desayuno para las dos.
-Hola guapísima, ¿Qué tal has dormido?- le preguntó Marta.
-Me costó dormir, pero estaba tan cansada que al final me debí quedar bien dormida. De todas formas llevo ya un buen rato despierta. Tomarás café, ¿verdad?.
-Si te digo que me he levantado hipnotizada por el olor a café…¿Me creerías?.
-Claro, no hay mejor olor que el del café nada más levantarte… Me encanta.
-¿Estás más tranquila, Lorena?.
-Si, me ha venido muy bien que te hayas quedado a dormir conmigo. No sé cómo agradecértelo.
-No tienes nada que agradecer. Tú harías lo mismo por mí. Por cierto, Lorena, ¿Y qué hay de la chica que te gusta?¿Has avanzado con ella?.
-Pues parece que sí había avanzado pero ahora creo que ella no tiene las cosas claras conmigo. Así que creo que lo mejor será dejarla tranquila mientras ella aclara qué es lo que quiere- Si Martina le había ocultado que había quedado a cenar con la gogó, era porque tendría dudas de si quería estar con la gogó o con ella. Tenía que reconocer que esa chica era guapísima y además le iba detrás a Martina. Y lo fácil era que Martina también sintiera algo por ella. Así que no le quedaba otra que apartarse, por mucho dolor que le produjera el alejarse de Martina. Con diecinueve años era totalmente normal que quisiera experimentar con una y con otra, pero Lorena tenía muy claro que ella no iba a ser sólo una prueba o un experimento para la joven. Ella ya no estaba para perder el tiempo por mucho que le gustara y deseara a Martina.
-Bueno Lorena, ella se lo pierde. Tú vales mucho y te mereces que te hagan muy feliz. Ahora sólo te falta que te quites de encima al imbécil de Marcos.
-Ojala así sea. Es una pesadilla que alguien haga lo que está haciendo Marcos conmigo. No se lo deseo a ninguna mujer. Qué pena que haya hombres que se piensen que somos de su propiedad y quieran coartarnos nuestra libertad.
-Qué razón tienes, Lorena. Y lo triste es que cualquier mujer puede sufrir malos tratos y vejaciones por parte de un hombre. Ninguna se salva. Bueno, cambiemos de tema que necesitas animarte, no ponerte peor. ¿Hoy a qué hora tienes que estar en la universidad?
-A las 9am. Tengo un par de clases y tutorías. A Martina y a Sofía les pedí un trabajo y hoy tenemos la tutoría para ir viendo cómo lo llevan.
-Ah, estupendo. Por cierto, me sorprendió ver ayer a Martina con la gogó con la que se enrolló la otra noche. Mi sobrina tiene buen gusto, y tengo que reconocer que esa chica tiene unos ojos que hipnotizan, aparte de ser muy guapa. Lo que me ha llamado la atención es que es la segunda vez que la veo con ella. Martina nunca suele repetir, a ver si se está enamorando...
Lorena casi se atraganta con el café. No se esperaba que Marta le hablara de Martina y de la maldita guapa gogó con la que iba ayer por la noche. Y sí, pensaba igual que su amiga. Si era la segunda vez que iba con ella, era porque esa chica le importaba o le gustaba. Lorena lo respetaría muy a su pesar, pero ella no iba a ser ningún juego para Martina. Así que tendría que alejarse de la joven si no quería salir escaldada.
Martina recogió a Sofía como hacía todas las mañanas que tenían clase en la universidad. Ya en el coche le esperaba una sarta de preguntas por parte de su amiga.
-¡Qué!¿Cómo te fue la cena con Claudia, Martina?
-Regular...Bueno la cena en sí fue bien. Lo pasé muy bien con ella. Pero cuando salimos del restaurante ella tenía algo de frío y me pidió un abrazo. Yo se lo di. Y joder, justo pasaban por ahí mi tía y Lorena.
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Detrás de la coraza (3°Historia)
Roman d'amourMartina, una ruda, rebelde e impulsiva joven, que se dedica al boxeo para canalizar sus impulsos agresivos, y que tiene sexo esporádico con la primera mujer que se le insinúa porque es incapaz de comprometerse con alguien, comienza un nuevo curso de...