Capítulo 17. Antes de la pelea

4.3K 353 30
                                    

Martina salió del entrenamiento con ganas de más. Pero antes de una pelea ella sabía que necesitaba descansar.

Ese viernes decidió no ir a La Modo y así descansaría lo necesario. Pero tenía ganas de ver a Carmen y a Sofía, por lo que se pasó por la cafetería. A Carmen aún le quedaban unas horas para finalizar su jornada y estaba tan cansada y asqueada que le vendría muy bien ver a sus amigas. 

-Ey chicas.

-¡Hola Martina!¿Cómo está nuestra campeona? Sabes que mañana vamos a ir a verte, ¿Verdad?

-Siempre estáis ahí... Gracias chicas. Pues os juntareis con mi tía, porque me ha llamado y me ha dicho que va a ir también. 

-¿Crees que vas a ganarle a la Karina esa?

-No lo sé, espero que sí. Si ahora no le gano, lo tendré más difícil en el campeonato de Madrid.

-Vamos Martina, la vas a machacar, como hiciste está mañana con el imbécil ese del ex de la profesora.

-Vaya chicas, ¿Me he perdido algo?-Preguntó Carmen. No sabía de qué hombre estaba hablando Sofía. 

-Si, esta mañana en la universidad Martina le dio un puñetazo al ex de nuestra profesora porque la estaba importunando en el parking. Y joder, lo dejó Ko…

-Joder Martina, eres una puta máquina. ¿Para qué queremos nosotros a la policía si tú ya lo solucionas a tu manera?

-El muy cerdo cuando llegué la había empotrado contra la pared y la estaba forzando. Y como comprenderás, no puedo con eso. 

-Ya, hiciste bien defendiéndola. Pero...A ti esa mujer te gusta.

-¿Que si me gusta? Sí, mucho. Aún no sé en realidad por qué me atrae tanto porque somos totalmente opuestas. Y nunca he sentido algo igual. Esta mujer me descentra, me descoloca y me deja fuera de banda. Pero me encanta sentirme así. Es como si ahora tuviera un motivo para ser feliz. 

-Yo sí sé por qué te gusta tanto...Porque a cualquier lesbiana le gustaría, no te jode. Esa mujer está bien buena. Tiene unas curvas que a cualquiera le pueden gustar. Y encima es mayor, por lo tanto una madura muy interesante y seguro que con mucha experiencia. 

-Sí está muy bien físicamente, me atrae muchísimo la verdad. Tanto que cuando la tengo cerca parezco una imbécil a su lado. Me corto mucho con ella. Si pudiera le haría de todo…Y bueno, lo de la experiencia, con mujeres que yo sepa no tiene. Mi tía me dijo que era heterosexual.

-Pues ya sabes que para Martina Soto nada es imposible. Cuando te la tires avisa.

-Carmen, yo no la quiero para tirármela. Yo la quiero para muchas más cosas. Y además, si tuviera algo con ella no lo pregonaría.

-Vaya, me descolocas, eso sí que no lo esperaba. Creía que solo querías acostarte con ella. Y haces bien no contando lo que hagas con ella.

-No, Carmen, no la quiero sólo para eso. Ya se lo he dicho a Sofía. Creo que me he enamorado de ella. 

-Joder Martina, ésto hay que celebrarlo. Por fin te vemos sentir algo por alguien…Por cierto cambiemos de tema que viene tu tía.

Marta se acercó a las tres jóvenes. 

-Hola chicas. ¿Cómo andáis? Martina, he hablado con Lorena y me ha contado lo de esta mañana. Gracias por defenderla, ella es muy importante para mí y no quiero que ese imbécil le haga daño. Pero tampoco quiero que tú te metas en líos, así que por favor, ten cuidado.

-Si, lo tendré. Pero ya me conoces. Sabes que si vuelvo a verlo haciéndole daño, volveré a meterme entre ellos. 

-Te doy mi consentimiento. Pero la próxima vez intenta medir tu fuerza y si lo tienes que golpear, no lo hagas tan fuerte. Aunque intenta  evitar tocarlo, por favor, que no quiero tener que sacarte de los calabozos. 

-Lo intentaré tía- Sabía que su tía llevaba mal que ella pudiera agredir a alguien fuera del ring. Siendo Marta abogada, no quería que su sobrina se metiera en ningún lío y luego ella tener que ayudarla. Mejor evitarlo. 

-Por cierto, Lorena me ha dicho que quería hablar contigo. Ya imagino que será el lunes en la universidad. -No pensaba decirle que la había invitado a la pelea. Seguro que a Martina no le importaría lo más mínimo ver a su profesora allí. O eso esperaba. 

¿Y de qué querría hablar Lorena con ella?¿Querría darle las gracias por haberla ayudado con Marcos?¿O tal vez quería algo más de ella? En buena hora le dijo nada Marta porque ahora iba a comerse la cabeza hasta que pudiera hablar con ella, y para colmo al día siguiente peleaba con Karina. Necesitaba concentrarse en la pelea y en nada más. 

Acabaron de tomar algo todas juntas cuando quedaron en verse al día siguiente en el gimnasio donde iba a pelear Martina con Karina. Marta quedó en que acudiría al gimnasio cuando empezara la pelea, ya que a primera hora de la mañana había quedado para desayunar con un compañero de trabajo llamado Víctor que parecía que le gustaba. Y a ella no le disgustaba.

Marta y Martina se fueron para casa de la joven, ya que Marta quería ver a sus sobrinos. Últimamente los estaba viendo poco. 

Mientras, Lorena llegó muy cansada a su casa. Se había ido a andar por el parque porque necesitaba distraerse y pensar en lo que había pasado esa mañana con Marcos y Martina. 

Tenía muchas ganas de verla pelear, pero sólo esperaba no ver cómo la golpeaban sin parar porque no sabía si sería capaz de ver cómo la dañaban sin piedad. Ahora no sabía si había hecho bien apuntándose a ir con Marta. No había pensado en eso. Resulta que ahora esa muchacha le importaba más de lo que ella creía.

Lorena se dio una ducha, se preparó algo para cenar y se acostó pensando en Martina y en lo que le esperaba al día siguiente con la pelea.

Martina, cuando se fue su tía de su casa, se despidió de Cristina en la habitación de la adolescente, y luego fue directamente a la habitación de su hermano Diego.

-Martina, ¿Cuándo me dejarás ir a verte boxear?

-Cariño, de momento eres pequeño. No creo que te haga gracia ver cómo me golpean.

-Tienes razón, si veo que te hacen daño, voy a darle un bofetón a tu contrincante.

-¿Un bofetón?-Martina sonrió con lo que dijo su hermano.

-Claro, le doy un bofetón y la dejo en el suelo sentada. 

-Ven anda.-Martina lo abrazó. Quería muchísimo a su hermano, tanto como a Cristina. Y sabía que él también a ella. Sabía perfectamente que su hermano aún no estaba preparado para ir a verla pelear porque le haría mucho daño ver cómo la golpeaban. Aún faltaban unos años para que pudiera ir a verla. Y cuando llegara ese momento, Martina sería la mujer más feliz del mundo teniendo a su hermano al lado de ella.

Martina se quedó dormida abrazada a su hermano mientras le vino a su cabeza cierta morena que la llevaba loca perdida. 

Detrás de la coraza (3°Historia)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora