Detrás de la coraza (3°Historia)

Capítulo 49. Lunes en la facultad.

A la mañana siguiente Lorena se levantó con muy buen semblante, y tenía mucho que ver en ello Martina. Había soñado con la joven durante la noche y podía reconocer que había tenido una buena noche con dichos sueños. 

No veía el momento en el que por fin pudiera hacer público lo que sentía por esa chica. De momento sus padres ya sabían algo y la profesora tenía el beneplácito de ellos, lo cual significaba mucho para ella. Sólo faltaba que su mejor amiga también lo aceptara. Y era ahí donde iba a residir el problema. 

Esa mañana decidió ponerse unos vaqueros ajustados con una camisa de seda, y prefirió recogerse su melena negra en una coleta alta. Se puso un poco de maquillaje y se dirigió a la facultad más contenta que de normal.  

Martina tuvo un duro entrenamiento ese mismo lunes. Se notaba que el fin de semana se lo había tomado de relax. Carlos ya le avisó que se acercaba el campeonato de Madrid y tenía que estar más que preparada ya que esperaba que la joven lo ganara, aunque no era la favorita para ello, pero conociéndola, se dejaría la piel en la pelea para ganarlo.  

La joven desayunó algo rápido y se fue a acompañar a sus hermanos al colegio. Luego fue a buscar a Sofía y se dirigieron hacia la universidad. 

-Martina, ¿Cómo pasaste ayer el día? Ni me escribiste...Imagino que andarías liada. Y me tienes que contar qué tal fue con Lorena la noche, porque tu tía no paró de llamarme y de escribirme preguntándome si estabas conmigo. 

-Lo sé, Sofía, ayer me cayó bronca. Gracias por cubrirme. Al final dormí con Lorena. Pero mi tía fue a casa a comer y me la encontré. Aunque ya por la mañana me estuvo escribiendo también preguntándome dónde estaba. Se huele que estoy con alguien. Bueno, me llegó a preguntar si estaba con Claudia porque ya me ha visto dos veces con ella. 

-Normal que piense que estás con Claudia. Nunca has repetido una segunda vez con ninguna chica. Joder, si tu tía se entera que tienes algo con "su mejor amiga"... Aquí va a arder Troya. Verás la que se va a montar. 

-Lo sé Sofía. Se nos ha ido de las manos. Pero es que lo que sentimos la una por la otra no lo podemos evitar. Me atrevo a hablar hasta por ella. Lo que sentimos es muy puro y real. Ayer me dijo que me quería, y también me dijo que me amaba.

-¿En serio?. Eso son palabras mayores, Martina. Esa mujer se nota que está colada por ti. Y me alegro un montón de lo vuestro, pero me da mucho miedo que tu tía se entere, porque al final se va a acabar enterando. 

-Tienes razón. Prefiero no pensarlo. Y prefiero dejarme llevar por lo que estoy sintiendo. Es algo tan nuevo y tan bonito a la vez, que vivo en una nube constante cuando la veo o cuando estoy con ella, o incluso sólo con pensar en ella. 

-Pues sigue así hasta que puedas…

Las dos jóvenes se metieron en la facultad. Martina se fijó en una preciosa silueta de mujer que se encontraba a unos metros delante de ellas y se quedó atontada cuando vio que era su chica. 

Sofía también se percató de que tenían a Lorena delante de ellas. Y le tuvo que dar un codazo a su amiga por cómo estaba mirando a la profesora. 

-Joder Martina, cortate anda, que el resto de alumnos no quieren resbalarse cuando pisen tus babas asquerosas. 

-Cállate imbécil y no me desconcentres, que estoy viendo una auténtica obra de arte. 

-Ya ya...Está claro que lo es cuando todos la miran al pasar…

Martina se dio cuenta que su amiga tenía razón, cuando Lorena pasaba por el pasillo muchos alumnos la miraban disimuladamente o incluso de forma descarada. Y Martina, lejos de sentir celos, estaba orgullosa de que todos babearan por Lorena al igual que hacía ella. Muchas cosas estaban cambiando en el interior de la joven, y desde luego cambiaron para bien.