Detrás de la coraza (3°Historia)

Capítulo 61. En la biblioteca.

Marta sabía que se acercaba el cumpleaños de Lorena. El próximo viernes iba a cumplir veintinueve años y quería hacerle algún tipo de celebración. O bien una fiesta en su casa o por lo menos salir a cenar por ahí y luego tomar alguna copa. Tenía toda la semana para pensar qué hacerle a su amiga para que tuviera un buen cumpleaños.

Esa mañana Sofía fue a recoger a Martina a su casa para ir a la universidad. 

Cuando llegaron, fueron directamente a la biblioteca para estudiar. Martina había quedado con Claudia ya que ésta también tenía que estudiar y habían decidido estudiar juntas en la facultad de Martina.

Cuando se vieron, se dieron un beso en los labios. Claudia la abrazó y quería más de Martina, pero ésta no quería ser demasiado cariñosa en la universidad, entre otras cosas porque Lorena las podía ver. 

-Vaya, Martina, ¿Has dormido mal o qué?-Le preguntó Claudia algo confundida. 

-No, por qué. Bueno, ¿Vamos a estudiar?tenemos que coger sitio en la biblioteca. Igual está ya llena.

-Está bien, vamos- Claudia no entendía por qué Martina se mostraba con ella tan fría. A ella le daba exactamente igual besarla delante de quien fuera o donde fuera, pero estaba claro que Martina no pensaba igual.

Las tres entraron a la biblioteca. Justo encontraron una mesa vacía pero el resto estaba bastante lleno. 

Las tres sacaron sus apuntes y se pusieron a estudiar.  Cuando llevaban una hora más o menos estudiando, entró a la biblioteca la profesora Aranda. Martina no lo pudo evitar y se quedó mirándola. Lorena también la vio, y le iba a sonreír pero cambió de idea cuando vio que Claudia estaba sentada al lado de ella. Claudia y Sofía no se percataron de la presencia de la mujer en la biblioteca. 

Lorena cogió el libro que necesitaba, habló un par de minutos con la bibliotecaria y salió de allí apresuradamente. Martina sin saber por qué, salió detrás de ella. Les dijo a Claudia y a Sofía que tenía que hacer una llamada. 

Iba detrás de ella por el pasillo cuando la llamó. 

-¡Profesora!

Lorena se dio la vuelta muy nerviosa. No se esperaba que Martina saliera detrás de ella.

-Hola señorita Soto…-Lorena cruzó los brazos. Se cerró en banda creando así una barrera entre Martina y ella. Estaba tan celosa y enfadada que no quería darle pie a nada, por lo menos en ese momento.

-Yo…-Martina se quedó sin palabras. Le costaba respirar y más hablar con su profesora. No podía dejar de mirarla fijamente a sus ojos color azabache que tanto la hipnotizaban. Además, como siempre, sus ojos la veían preciosa. 

-¿Usted…?¿Necesita algo?,
porque tengo algo de prisa…-A Lorena le pasó lo mismo que a Martina, también la miró fijamente a esos ojos que la volvían completamente loca. Se podía perder tranquilamente durante horas en ellos, pero no era cuestión de hacerlo en ese momento. 

-No...En realidad no necesito nada, profesora-contestó Martina como pudo.  

-Muy bien, entonces hasta luego.-La profesora se dio media vuelta y se marchó. 

Martina quería morirse. Había vuelto a hacer el ridículo con Lorena, joder. ¿Quién le mandó ir detrás de ella para luego hacer el ridículo como lo había hecho? Se dio media vuelta y se fue para la biblioteca con la cabeza gacha. 

-Martina,¿estás bien?-Le preguntó Claudia con un tono bajo. 

-Si, tranquila. Estoy cansada de estudiar. 

-Pues hagamos un descanso. ¿Te parece? tengo muchas ganas de besarte…

-Está bien, me vendrá bien porque ahora mismo soy incapaz de concentrarme. Sofía, ¿Vienes?

-No, chicas, yo me quedaré una hora más estudiando y me iré. Martina, luego te llamo. 

-Adiós. Si, luego hablamos. 

Las dos se dirigieron a la cafetería. 

-Martina, oye, estoy pensando que este viernes podías venir a mi casa. Te invito a cenar,y podemos ver alguna película. Mis padres no van a estar en todo el fin de semana, ¿Qué te parece?

-Buen plan, Claudia, cuenta conmigo- total, el plan alternativo era salir por la Modo y acabar liada con alguna otra chica. Y ahora que estaba conociendo a Claudia no era cuestión de hacer eso.  

Claudia la abrazó y la besó intensamente en los labios. Tenía muchas ganas de tener a la joven en su casa y de poder ir más lejos con ella. No iba a desaprovechar la oportunidad de poder intimar con ella, se moría de ganas de hacerlo con Martina. Y esa noche por fin iba a cumplir sus sueños más húmedos con la joven.

Lorena se metió en su despacho y echó el pestillo a la puerta. No quería que nadie la molestara. Tenía ganas de llorar, y sobre todo de estar sola. ¿Por qué había ido detrás de ella Martina? Si estaba Claudia al lado de ella. No entendía por qué la joven había hecho eso. 

Cuando llevaba ya un rato pensando en Martina, recibió una llamada de Marta.

-Lorena, ¿Qué tal estás?

-Bien, ahora estoy en mi despacho corrigiendo trabajos. ¿Y tú?

-Pues mira, estoy ahora mismo en los juzgados con Álvaro. Vamos ahora a tomar un café. Por cierto, el viernes no hagas planes por la noche. Te vienes a mi casa a cenar- Marta ya había quedado con Álvaro que le harían una cena sorpresa de cumpleaños en su casa. 

-Vale, perfecto. No tenía pensado salir con nadie, así que me parece bien.

-Muy bien entonces, Lorena. Te voy a dejar que tenemos sólo una hora para tomar el café. 

Las dos mujeres se despidieron. Lorena estaba contenta por lo menos de haber vuelto a retomar su amistad con Marta. Aunque eso supondría acabar viendo más de la cuenta a Martina, o bien saber más de ella. Pero estos días atrás había echado tanto de menos a Marta que prefería volver a saber de la joven que volver a pasar los días tan horribles que pasó. Y además ella y Álvaro le habían ayudado a meter a Marcos en la cárcel. Era donde tenía que estar hace tiempo y les estaría eternamente agradecida por eso. 

A los veinte minutos de haberse relajado, cogió un libro, unos apuntes, su ordenador y se fue para dar su última clase. Estaba cansada y sólo quería tirarse en su cama un rato y relajarse tanto que no pensara ni en Martina. Ese era el plan que iba a llevar a cabo cuando saliera de la universidad.