Capítulo 14. Desahogándose

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Martina se fue a entrenar por la tarde. Tenía unas ganas locas de subirse al ring y descargar la ira que llevaba dentro al saber que Lorena iba a salir con ese imbécil del profesor,o bien con su entrenador o con cualquier otro que estuviera por ahí y quisiera recibir un golpe tras otro de la boxeadora. La joven era muy buena en cuanto a agilidad y coordinación, tanto que consiguió ser Campeona de España en un tiempo récord. Además, como siempre le decía Carlos, ella daba en cada entrenamiento lo mejor de sí misma. Pero sabía que no se quería dedicar por mucho más tiempo al boxeo. No quería que le desfigurasen el rostro y más si luego acababa trabajando de psicóloga, ya que quería dar buena imagen y no asustar a sus pacientes con las secuelas de los golpes recibidos en sus peleas. 

Después de un par de horas de entrenamiento, fue directamente a la ducha. Y antes de salir del gimnasio, Carlos le dijo que para el sábado había conseguido programarle una pelea con Karina, la campeona de España de hacía dos años. Le iba a venir muy bien para prepararse para el próximo campeonato. Necesitaba tener más peleas con contrincantes parecidas a ella. 

Salió del gimnasio contenta, sabiendo que el sábado por fin iba a pelear contra otra mujer. A Karina ya la conocía de hacía tiempo y había peleado varias veces contra ella. Un par de veces le ganó la ucraniana y otras tres veces ganó ella los combates. Iban muy parejas en cuanto a triunfos. 

Sobre las 9pm fue a casa para cenar con sus hermanos y cuando acostó a Diego, se fue a la Modo con Sofía y Carmen. Cómo era jueves, a Carmen no le tocaba trabajar en el pub. 

-Eh, Carmen, tía, hoy tienes libre y quedamos aquí...Vas a acabar de la Modo hasta las mismísimas narices-Le dijo Martina mientras la saludaba con un abrazo. 

-Calla Martina, es mi segundo hogar, ya lo sabes. Aquí soy feliz. A ver la gente que viene hoy...Y por cierto, ¿Mañana no tenéis clases?

-Si, pero por salir un rato no nos va a pasar nada...Yo necesito beber unas copas- contestó Sofía. 

-Vamos adentro.

Las tres se metieron en el pub. Aún siendo jueves, el local estaba bastante concurrido. Se dirigieron directamente a la barra. La camarera y amiga de Carmen, les puso al instante unos chupitos para las tres. 

Martina ya divisó a una rubia muy guapa que para colmo no dejaba de mirarla. Así que la castaña sonrió para sus adentros, esa noche acabaría como todas, liándose con esa preciosidad. La chica llevaba un vestido muy corto y escotado, mejor para Martina, así podría dejarse llevar por sus impulsos libremente. 

-Joder Martina, ese bombón rubio no deja de mirarte. ¡Tienes que decirnos cómo lo haces!y sobre todo con las rubias, son tu debilidad.

-¿Yo? Jaja, estoy buena y soy guapa, la verdad es que no puedo pedir más. Y mi debilidad...No son exactamente las rubias. Es una morena...

-Suerte has tenido de ser así. 

Las tres bebieron de sus respectivas bebidas. 

Mientras tanto, José y Lorena acabaron de cenar en un restaurante chino céntrico. Cuando salieron del restaurante, José no quería llevar todavía a Lorena a su casa, por lo que le ofreció ir a tomar una copa y bailar un rato. 

Lorena no estaba tan cansada como le dijo a José por la mañana. Y en verdad le apetecía ir a bailar. Le encantaba bailar salsa. Y por lo que habían hablado en la cena, a José también se le daba bien bailarla. 

-Pues se me ocurre ir a la Modo a bailar, es un pub donde ponen todo tipo de música, ¿Lo conoces, Lorena?

¿A la Modo? Mierda, ahí cabía la posibilidad de encontrarse con Martina. Aunque siendo jueves tal vez estuviera en su casa con sus hermanos. 

-Si la conozco. Vamos, ¿Por qué no?

Cuando entraron en el local, los ojos de Lorena inconscientemente buscaron a Martina por todo el pub. Y su cuerpo se tensó cuando la vio en la barra hablando con sus amigas. Pero de repente se le acercó una guapa y joven rubia muy exuberante. Estuvo a punto de decirle a José de salir del local, pero justo éste la cogió de la cintura y la llevó al centro de la pista para bailar con ella. 

Lorena no podía quitarle los ojos de encima a la rubia y a Martina. La rubia estaba muy suelta con la castaña, tanto que comenzó a subirle la camiseta y a acariciarle el abdomen a Martina. La profesora estaba llena de ira. Iba a dirigirse hacia las dos mujeres cuando pusieron música salsa y José le pidió bailarla. 

Cuando Martina cogió a la rubia por la cintura y la apretó contra su cuerpo, se puso rígida cuando miró a la pista y vio a sus dos profesores bailar salsa juntos. 

Los ojos de Martina se cruzaron con los de Lorena. Ésta estaba espectacular con un vestido que le marcaba cada una de sus curvas y con su melena suelta. Y joder cómo bailaba la mujer. Martina se estaba excitando de sólo ver a la profesora bailar con el imbécil de José. 

La pareja bailaba tan bien que los demás se apartaron para verlos bailar. Todos se estaban deleitando con ellos. Y si todos estaban gozando con el baile de los profesores, Martina estaba cachonda perdida. Por lo que aprovechó a que estaba con la rubia y la besó con muchas ganas. Ésta se sorprendió de la reacción de la castaña. Martina le metió mano por el vestido y llevó sus manos a los glúteos de la chica. Ésta estaba también muy excitada. Martina le encantaba. La rubia metió su lengua entre los labios de la castaña y ésta acabó rozando su sexo con el de la rubia. Mientras seguía mirando a Lorena bailar. Si esa mujer bailaba así de sensual, ¿Cómo sería en la maldita cama follando? Martina se iba a correr con el roce de la rubia y viendo a Lorena bailar. Y vaya si se corrió. Joder, ojalá hubiera sido la rubia su profesora. Entonces hasta hubiera llorado de felicidad. Deseaba a esa mujer como nunca antes había deseado a nadie. 

De repente cuando cambiaron de estilo musical, José agarró fuertemente de la cintura a Lorena e iba a besarla. Ésta, después de haber visto como esa rubia se frotaba y besaba a Martina, se iba a dejar besar por José por la rabia que sentía por haber visto lo que vio. Y cuando Martina vio las intenciones del profesor, se separó bruscamente de la rubia y se dirigió directamente a los profesores cortando el momento del beso de estos dos. No iba a permitir que el hombre besara a Lorena. 

-Hola profesores, ¿Qué tal están? Profesora, me gustaría hablar con usted de algo.

-¿Qué? Martina, ahora no es momento de…- justo cuando le estaba contestando a Martina, José la interrumpió. 

-Tranquila Lorena, habla con ella si quieres, voy a ir a pedir algo a la barra. ¿Quieres algo?

-Si, gracias José. Un mojito estará bien.

-De acuerdo. Ahora vendré.

José se fue directo a la barra a pedir, pero había tanta gente en el local que el profesor aún se pegaría tiempo esperando para que le sirvieran.

Detrás de la coraza (3°Historia)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora