A la mañana siguiente, Martina salió a correr temprano. Sabía que tenía que reposar para la pelea del día siguiente. Pero necesitaba moverse y qué mejor que irse a correr. Aunque llegó a casa tarde de la fiesta de su facultad, le costó mucho dormirse con toda la excitación que llevaba encima por lo que había pasado con Lorena. Esa noche habían pasado muchas cosas entre su profesora y ella, y para variar, todo la descolocó. Pero de lo que sí que estaba muy segura era de lo que seguía sintiendo por Lorena. Esa mujer se había adueñado de su corazón y de toda ella y no tenía ni la menor idea de cómo y cuándo dejaría de sentir por su profesora. Aunque también era verdad que tal vez eso no pasara nunca, porque al paso que iba...Cada día que pasaba sentía más por Lorena, no importaba si ésta no quería saber nada de ella o si no la veía en días, no importaba nada, que su amor por ella sólo hacía más que crecer y crecer.
Después de correr durante una hora a trote lento, llegó a su casa algo cansada. Se notaba que no había descansado lo suficiente esa noche. Se duchó y llamó a Sofía. Necesitaba verla para que su amiga la ayudara a relajarse.
Mientras Lorena dormía, recibió una llamada de Marta. Cuando se desperezó un poco y miró la hora en el móvil, se sorprendió de lo tarde que era. Pero aún así había dormido más bien poco ya que llegó tarde a casa, y para colmo cuando se fue a dormir dio muchas vueltas en la cama pensando en Martina. No sabía si coger la llamada de su amiga o no, porque no le apetecía hacer nada en ese momento. De pensar que Martina seguía saliendo con Claudia y que seguramente ya la había perdido, las ganas de quedarse en la cama durante todo el fin de semana se apoderaban de ella. Y sabía que Marta la estaba llamando para quedar.
Finalmente cogió la llamada.
-Hola Marta, buenos días…
-Vaya, ¿Te he despertado?¿Llegaste muy tarde de la fiesta?-Le preguntó Marta.
-Si..Al final se me hizo tarde, la verdad.
-Bueno, ¿Te apetece que quedemos a comer?.
-Marta, si te soy sincera, no me apetece salir en todo el fin de semana. Creo que me voy a quedar en casa.
-¿Qué?¿Por qué?,¿No estás bien?, bueno, te doy un tiempo prudencial para que te duches y te arregles y te paso a buscar. Te voy a llevar a almorzar. Y no me digas que no porque en una hora me tienes en tu casa.-Marta se olía por qué estaba mal su amiga. Y eso la hacía sentirse muy culpable. Porque además sabía que su sobrina estaba igual que Lorena. Joder, si pudiera retroceder en el tiempo, por mucho que le doliera lo que Martina y Lorena le habían hecho, tendría que habérselo tomado de otra manera. Ella no era quién para meterse en el amor que había entre esas dos mujeres, por muy engañada que estuviera o por mucho que ninguna de las dos confiara en ella. Y tenía que reconocer que prefería verlas contentas y felices a verlas como estaban ahora. Y si para ello tenía que aceptar que salieran juntas, lo aceptaría. No quedaba otra.
-Bueno...Pero te aviso que hoy no soy la alegría de la huerta. Así que no esperes mucho de mí.
-Lo sé, Lorena. Hoy me va a tocar animarte y vaya si lo voy a hacer. No te vas a arrepentir de haber quedado conmigo, te lo aseguro.
-Marta, nunca me he arrepentido de quedar contigo. De hecho no sabes lo feliz que me hace tenerte a mi lado.
-Lo sé. Pero hoy con más motivo. Ya lo verás.
-Está bien.
Las dos amigas se despidieron y Lorena se fue a duchar. Se tomaría con calma la ducha ya que tenía una hora hasta que Marta pasara a recogerla.
Cuando la hora pasó, Marta tocó el timbre. Joder que jodidamente puntual era su amiga.
-Hola Marta, ¿Quieres pasar y tomar algo o nos vamos directas?
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Detrás de la coraza (3°Historia)
RomanceMartina, una ruda, rebelde e impulsiva joven, que se dedica al boxeo para canalizar sus impulsos agresivos, y que tiene sexo esporádico con la primera mujer que se le insinúa porque es incapaz de comprometerse con alguien, comienza un nuevo curso de...