Lorena también tenía muchas ganas de ver a Martina. Y como sólo de pensar en la joven y en su esculpido cuerpo, se ponía cachonda, decidió ofrecerle por WhatsApp jugar a algo a la joven. Para que la joven no se echara para atrás, Lorena le dijo que si jugaba no se arrepentiría.
Cuando Martina leyó el mensaje que le mandó Lorena, le entraron los calores.¿A qué querría jugar la profesora con ella? No tenía ni idea, pero tenía claro que sí quería jugar con la profesora. Entonces el juego comenzó entre ellas.
" Entonces, ¿Jugamos, Martina?"- Le escribió Lorena.
"Me das miedo, Lorena. Pero me pueden más las ganas de saber a qué quieres jugar conmigo".
"Tranquila, preciosa, te aseguro que no te vas a arrepentir".
"Muy bien. Entonces comencemos a jugar".
"Así me gusta, que mi chica sea decidida. En quince minutos te quiero en la biblioteca. Buscaremos dos mesas, una enfrente de la otra, que estén las dos vacías y que no haya gente alrededor. Sé por las horas que son que eso no será un problema. Ahora está todo el mundo comiendo y la biblioteca estará casi vacía. Te iré escribiendo y tú tendrás que hacer lo que yo te diga. Además sólo nos comunicaremos por WhatsApp. Te veo en quince minutos. Adiós cariño".
"Perfecto entonces".- A Martina se le iba a salir el corazón por el pecho. Joder, aún no sabía de qué iba el dichoso juego pero ella sola se estaba ya excitando.
Pasaron los quince minutos y recibió otro mensaje de Lorena.
"Cuando entres en la biblioteca, ve recta por el primer pasillo y cuando llegues al fondo me verás sentada en una mesa. Tú siéntate en la que se encuentra en frente mío, y mirando para donde estoy yo".
"De acuerdo. Estoy entrando por la puerta ya".
Martina recorrió el primer pasillo y cuando llegó al final vio a la profesora sentada y parecía que estaba ocupada con su ordenador y con unos papeles. La joven se sentó en la mesa de enfrente como le había pedido Lorena.
"Muy bien Martina. Ahora prepárate. Tira un lápiz al suelo y agáchate a cogerlo. Tómate todo el tiempo que necesites para coger ese lápiz. Y mientras lo coges, mira hacia donde estoy yo".
Joder, las bragas de Martina comenzaron a humedecerse. La joven ya sabía por dónde iban a ir los tiros. Y era imposible que estuviera más cachonda de lo que estaba. Esa mujer era puro fuego a pesar de parecer todo lo contrario, y Martina estaba encantada de que esa mujer se hubiera fijado en ella.
Martina tiró el lápiz al suelo, luego miró de lado a lado y cuando se aseguró que no había nadie, se agachó a coger el lápiz mientras miraba hacia donde estaba su profesora. Y joder, lo que vio la dejó atontada perdida. De repente se ruborizó de tal manera que su rostro estaba bien rojo.
Lorena tenía las piernas cruzadas. De repente las descruzó muy lentamente y las dejó abiertas durante unos segundos. Luego posó sus manos en sus muslos y se dispuso a subir la falda para que la joven pudiera ver sus muslos en su totalidad.
Martina iba a colapsar viendo lo que estaba haciendo Lorena.
Luego Lorena subió una mano y le escribió por WhatsApp a Martina un mensaje.
"Preciosa, ¿Te está gustando lo que estás viendo?¿Quieres que abra más las piernas?¿o así ves todo lo que tienes que ver?"
A Martina le llegó el mensaje y fue a leerlo, pero el pulso le estaba temblando y casi se le cae el móvil al suelo. Por fin consiguió contestar a su profesora.
"Lorena, voy a colapsar. Abre más las piernas, por favor".
"Muy bien. Entonces las abriré más. Pero tú tienes que coger la mano que quieras y quiero que con esa mano te acaricies tu entrepierna".
Martina le hizo caso sin dudarlo. Bajo la mano izquierda a su entrepierna y comenzó a tocarse.
Lorena también llevó una mano a sus partes íntimas y con la punta de los dedos comenzó a acariciarse a sí misma. Después de unos segundos, retiró lentamente las bragas a un lado y con la otra mano comenzó a darse masajes en su clítoris.
Cuando vio eso Martina, ésta casi se dio un golpe en la cabeza con la mesa. Y Lorena sólo pudo reírse. Estaba consiguiendo lo que pretendía.
Después de masajearse durante un minuto el clítoris volvió a escribir otro mensaje a Martina.
"Quiero que te imagines que no es mi dedo el que está acariciando mi clítoris y el que se va a introducir en mi vagina, quiero que imagines que es tu lengua la que lo está haciendo muy suave y lentamente".
Martina se iba a acabar desmayando. A su clítoris le quedaba ya poco para acabar explotando en el mejor orgasmo de su vida. Y para colmo, como estaba en un sitio público, no iba a poder ni gemir. Tendría que morderse el labio para no hacerlo.
Lorena comenzó a introducir dos dedos en su vagina. Estaba tan sumamente mojada que tuvo que meter un tercero, mientras abría las piernas todo lo que pudo. Y finalmente se corrió antes de lo que ella pensaba. Lo que acababa de hacer con Martina no lo iba a olvidar en la vida. Pero es que la joven tampoco lo iba a olvidar. ¿Cómo olvidar lo que había pasado en esa biblioteca entre ella y Lorena?. Finalmente el clítoris de Martina palpitó como nunca expulsando una cantidad importante de fluido. Ese fue el mejor orgasmo que había tenido en su vida, y se lo había proporcionado ni más ni menos que la que creía que era la mujer de su vida.
El móvil de Martina volvió a vibrar.
"Ahora ya te puedes marchar de la biblioteca, Martina. Espero que hayas disfrutado como yo el haber jugado a este juego tan especial para las dos.".
Joder, y Lorena aún le decía que esperaba que hubiera disfrutado del juego... ¡Cómo para no disfrutarlo! Le había encantado. Y sabía que esa misma noche, cuando estuviera lista para dormirse, con la imagen de la profesora masturbándose en la biblioteca, volvería a tocar el cielo con sus propios dedos.
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Detrás de la coraza (3°Historia)
RomansaMartina, una ruda, rebelde e impulsiva joven, que se dedica al boxeo para canalizar sus impulsos agresivos, y que tiene sexo esporádico con la primera mujer que se le insinúa porque es incapaz de comprometerse con alguien, comienza un nuevo curso de...