Ese día, Lorena y Martina pasaron una de las peores tardes de sus vidas. Las dos estaban muy angustiadas. Mientras Lorena había decidido alejarse de la joven para que Marta no le diera de lado a su sobrina y siguiera apoyándola cómo había hecho hasta ahora, Martina estaba llena de rabia y decepción por haberse dejado engañar por Lorena. Tenía claro que no la quería ni ver. Si Lorena no era capaz de luchar por ella, entonces Martina tampoco movería un dedo por la profesora. Era así de simple. Se había acabado hacer el imbécil por esa mujer que había estado jugando con ella todo este tiempo atrás.
A la mañana siguiente, Martina no quería ir a la universidad. No quería ver a Lorena. Pero Sofía, que sabía de las intenciones de su amiga, se pasó por su casa para ir a buscarla y si hacía falta sacarla de casa de los pelos.
-Vamos Martina. Vístete pero ya. Que llegamos tarde a clase.
-Joder, vete tú. Yo paso. No cuentes hoy conmigo.
-Martina, no te he preguntado. Vístete o te visto yo. Y madura de una vez por todas. Si no quieres ver a Lorena, me parece muy bien, pero si no la ves hoy, la verás mañana, o qué piensas, ¿que vas a poder faltar a la universidad y te van a aprobar los profesores por tu cara bonita?.
-Sé que tienes razón, Sofía, como siempre, pero no sabes la rabia que me va a dar ver a Lorena tan feliz por los pasillos o la cafetería con todo el daño que me ha hecho. No he podido pegar ojo en toda la noche. Veremos cómo estoy para entrenar esta tarde, que ya pronto comienza el campeonato de Madrid.
-Vamos Martina, no estás sola. Estoy siempre contigo. Y no sabes si Lorena va a estar tan feliz. De hecho no creo que lo esté. Por mucho que no quiera luchar por lo vuestro, no creo que le haya resultado fácil dejar lo que tenéis.
-Por cierto, Sofía. Me pregunto quién habrá sido el anónimo que le mandó el mensaje a mi tía. Ha tenido que ser alguien que nos ha estado vigilando, ¿en la universidad?, porque en realidad, con Lorena he sido cariñosa sólo en la facultad...No sé. En la calle no hemos mostrado nada de nada.
-La verdad que sí, que es raro, Martina. Está claro que es alguien que te quiere hacer daño a ti, o a Lorena.
Finalmente Sofía convenció a Martina para ir a clase. La joven se vistió rápidamente y se fueron corriendo para la universidad.
Lorena también estuvo a punto de reportarse como enferma otra vez, pero no quería tener mala fama en la universidad y decidió ir a trabajar, aunque le costara un mundo hacerlo. Total, tenía que enfrentarse a la realidad. Lo único que haría si se quedaba en casa era alargar su propia agonía. Necesitaba volver a su vida cuanto antes. Se vistió con lo primero que encontró en el armario, una falda ajustada y una blusa beige entallada que le quedaba muy bien al cuerpo. Y decidió recogerse el pelo en un moño. A pesar de no tener ganas de nada, Lorena iba muy guapa y acabaría llamando la atención de más de uno en la universidad.
Esa mañana, a primera hora Martina y Sofía tenían clase de psicopatología, pero justo la profesora Martínez no pudo acudir por motivos personales. La encargada de dar la clase fue Lorena.
Cuando la profesora entró en el aula, las dos jóvenes se miraron a la cara y no se lo podían creer. Al principio pensaron que se habían equivocado de clase cuando vieron a Lorena entrar en el aula. Martina tenía ganas de salir corriendo de allí, pero Sofía la agarró del brazo sabiendo lo que su amiga quería hacer.
Martina no podía ni quería mirarla a la cara, por lo que optó por mirar directamente a sus apuntes. Sin levantar para nada sus ojos de los papeles que tenía en su mesa. Joder, tenía que reconocer que el haber visto a Lorena tan sumamente guapa, casi hizo que le diera un vuelco al corazón.
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Detrás de la coraza (3°Historia)
RomanceMartina, una ruda, rebelde e impulsiva joven, que se dedica al boxeo para canalizar sus impulsos agresivos, y que tiene sexo esporádico con la primera mujer que se le insinúa porque es incapaz de comprometerse con alguien, comienza un nuevo curso de...