-Adelante- Lorena ya sabía que era Martina. La estaba esperando con ansias. Si la joven supiera… Quería jugar con ella, así que cuando la hizo pasar, ni la miró a la cara haciéndole ver que estaba muy concentrada leyendo los papeles que tenía sobre su escritorio. Le encantaba ejercer ese poder sobre la joven.
-Hola profesora...Usted dirá.
-Cierre la puerta, por favor- le dijo Lorena, y Martina fue a cerrarla.
Entonces Lorena alzó la mirada y la clavó en los clarísimos ojos azules de Martina. Aunque la joven tenía las pupilas completamente dilatadas, por lo que casi no pudo distinguir el azul de sus ojos. Seguro que ella también las tenía dilatadísimas, con lo excitada que ya se encontraba pensando en lo que le iba a hacer a la joven en su despacho.
La profesora se levantó de su asiento y se dirigió a la puerta para echar el pestillo.
Tenía a Martina sentada de espaldas a ella, así que ni corta ni perezosa se acercó a la silla donde estaba sentada la joven. Puso sus manos en el respaldo del asiento de Martina y se acercó al oído de ésta para susurrarle algo.
-Martina, tenía ganas de hablar contigo…-La joven menos mal que estaba sentada porque cuando sintió el aliento y la respiración de su profesora en su oreja, todo su cuerpo se estremeció, y como no, sus bragas volvían a estar bien húmedas.
Entonces la profesora se sentó en el borde de su mesa, lo más cerca que pudo de Martina y ésta reaccionó de forma automática alejando su silla de la mujer.
-Vaya, Martina, ¿Por qué te separas?¿Acaso te pongo nerviosa?¿O es que prefieres tenerme bien lejos?.
-Quizás prefiera tenerla lejos, profesora- en realidad no era ese el problema. Lo que le pasaba es que si la tenía cerca iba a colapsar.
-¿Y se puede saber por qué?-Le respondió la profesora de forma coqueta.
-¿Quiere saber por qué? Muy bien, yo sé lo diré. Usted está tonteando con otra alumna, y yo no soy segundo plato de nadie.
-¿Tú crees que yo estoy tonteando con Eva?Igual es ella la que quiere tontear conmigo, ¿No has pensado en esa opción?
-Si, lo he pensado. Pero yo la he visto a usted coqueteando con ella. Y eso no me ha gustado nada.
Martina estaba tan excitada que dejó los nervios y el enfado que tenía con Lorena a un lado y se dejó llevar por sus deseos. Se acercó a la profesora y ésta abrió un poco sus piernas para que la joven se pusiera entre ellas. Martina se acercó todo lo que pudo a Lorena, poniendo las palmas de sus manos sobre el escritorio de la profesora. Ahora ésta estaba aprisionada por los brazos de la joven. Martina acercó sus labios a los de Lorena y cuando los tenía a dos centímetros de los suyos, le dijo:
-¿Acaso quiere jugar conmigo?-El clítoris de Lorena comenzó a palpitar sin parar.
-¿Tú no quieres jugar conmigo, Martina?- le contestó a la joven mientras sacaba su lengua y la pasaba por los labios de la joven. La profesora llevó sus manos a los brazos de Martina. Le encantó notarlos tan fuertes.
-No, no quiero jugar con usted…-El que la mujer le lamiera lentamente sus labios le hizo prender el fuego que llevaba ya dentro. Las dos iban a explotar de un momento a otro.
Entonces Lorena abrió un poco las piernas, invitando con ello a Martina a que ésta le hiciera todo lo que ella quisiera. Estaba a su entera disposición.
-Martina…¿Por qué no me tocas un poco?
-¿Quiere que la toque?¿Y si yo no quiero?- Le dijo Martina mientras ahora era ella la que le lamía los labios a la profesora.
-Si no me tocas tú, me veré en la obligación de coger tu mano y retirar con tus dedos mis bragas para luego introducirlos en mi interior.
-Quiero ver cómo lo hace.
-Muy bien, no me has dejado otra opción - Dicho y hecho, Lorena cogió la mano izquierda de Martina y la fue pasando por su muslo suave y lentamente. Fue subiéndole la falda que llevaba hasta pasar sus dedos por el interior de su muslo derecho. Lorena comenzó a gemir, pero no muy alto porque no quería que nadie la oyera. Martina no pensaba mover los dedos. Tendría que ser la profesora la que se diera vida con ellos.
Fue acercando más y más los dedos de la joven a su entrepierna, y a esas alturas las bragas de la mujer estaban empapadas. A Martina le excitó mucho más ver a la profesora con medias de encaje. Joder se podía correr en ese mismo momento. Pero quería esperar un poco más, aunque sabía que no iba a poder aguantar mucho más.
Lorena cogió dos dedos de Martina y, mientras con sus propios dedos retiraba sus bragas, los de Martina los llevó a sus labios vaginales. Comenzó a mover de arriba a abajo los dedos de ésta, y Lorena tuvo que morderse el labio para no gritar.
-¡Está empapada, profesora! Y me encanta que lo esté...
-Lo sé. Sólo tú haces que me moje tanto…Vamos...Mueve tus dedos en mi interior.
-No, mastúrbese usted con mis dedos, haga lo que quiera con ellos. Yo no pienso moverlos.
Lorena introdujo en su vagina llena de fluidos tres dedos de Martina, los cuales entraban sin problema alguno en el interior de la mujer al estar ésta tan lubricada.
-Joder Martina, voy a perder la puta cabeza sintiendo tus dedos dentro de mí.
-Y yo viendo cómo se corre con mis dedos en su vagina.
La profesora comenzó a mover sus caderas sensualmente, quería follarse los dedos de Martina. Y vaya si lo hizo. Justo cuando se iba a correr, no le quedó otra que morder un poco el cuello de la joven, dejándole marcados los dientes en su piel. Y se corrió sin ningún reparo. Pocas veces se había excitado tantísimo como en ese momento. Había perdido la noción del tiempo y su propio raciocinio. Esa joven la iba a llevar por la calle de la amargura. Y joder, ni siquiera se habían desnudado.Martina también perdió el control y sin que la profesora la hubiera tocado, también tuvo su propio orgasmo.
Pero Martina no quería que acabara ahí la cosa. Sabía que la profesora seguía muy excitada porque seguía expulsando fluidos vaginales. Así que le hizo abrir las piernas todo lo que pudo y entonces ella se agachó. La profesora no se lo podía creer.¿Ahora le iba a hacer correrse con su boca y con su lengua?joder, ¿Cómo había podido estar tantos años sin tener sexo tan maravilloso como el que tenía con Martina? Esta chica tenía sólo diecinueve años pero sabía muchísimo más que ella misma y se notaba que disfrutaba mucho con el sexo ya que era toda una experta.
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Detrás de la coraza (3°Historia)
Storie d'amoreMartina, una ruda, rebelde e impulsiva joven, que se dedica al boxeo para canalizar sus impulsos agresivos, y que tiene sexo esporádico con la primera mujer que se le insinúa porque es incapaz de comprometerse con alguien, comienza un nuevo curso de...