Capítulo 22. La pillada.

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Martina llamó a Sofía y quedó con ella en que irían juntas a la Modo. Sofía le dijo a su amiga que esa noche iba a haber gogós bailando en la tarima del pub. Y seguro que alguna de las esculturales bailarinas le caería a Martina. No sería la primera vez que la boxeadora acaba liándose o acostándose con una de las impresionantes gogós que venían a bailar de vez en cuando al pub. Así que Martina ni se lo pensó. 

Eran ya casi las 10:30 pm cuando Sofía recogió a Martina en su casa y fueron directas al pub. Y como se había corrido la voz de que esa noche iba a haber gogós, se iba llenando el local, y éste acabó a rebosar. 

Marta llamó a Lorena para decirle que se había dejado en su casa el informe del caso que había tratado ese mismo día y que lo debió de dejar en el sofá cuando se sentó a esperarla mientras salía del baño.

-Vaya, Marta, ¿te corre prisa?¿Quieres que te lo lleve?

-No, tranquila. Dámelo mañana. Sólo quería asegurarme de que lo tienes tú en tu casa.

-Pues perdona que no lo haya visto antes. Es que desde que os fuisteis no he salido de mi habitación.

-¿Ah,no?¿Estás bien?

-Si, tranquila. Sólo que me eché siesta y luego he estado leyendo- Lorena tuvo que mentirle. No podía decirle que se había quedado mal porque no podía quitarse de la cabeza a su sobrina, y que esta era una máquina en la cama…

-Ah vale. Es que también noté rara a mi sobrina cuando íbamos en el coche. Apenas me habló. Pensé que estaría cansada pero luego me soltó que iba a salir esta noche por la Modo. Estoy segura que acabará liada con alguna de las gogós que van a ir a bailar esta noche. Encima no te la pierdas, siempre consigue a las chicas más impresionantes y exuberantes del local. No sé cómo se lo monta. Yo creo que su imagen de chica ruda e inaccesible las vuelve locas a todas…-Marta no sabía el daño que le acababa de hacer a su amiga con lo que le había contado de Martina. La desestabilizó tanto que le colgó como pudo a su amiga, se puso un vestido ligero, unas sandalias con tacón y se dirigió directamente a la Modo mientras iba rezando para no encontrarse a Martina liándose con alguna de las gogós que había dicho Marta. 

Mientras, en la Modo, en efecto, la tarima se encontraba llena de impresionantes chicas muy ligeras de ropa bailando muy sensualmente delante de todos. De ahí que estuviera el local totalmente lleno. 

Martina, a pesar de estar sin ganas de nada, no dejaba de mirar a una de las gogós porque le había llamado mucho la atención. La chica era una preciosa morena de ojos verdes muy llamativos de unos veinticinco años más o menos con un cuerpazo que llamaba la atención de cualquiera. Además bailaba de forma muy sensual. 

-Vaya Martina, ya veo que hoy vas a mojar con esa gogó-Le dijo Sofía sonriéndole- joder dime cómo coño lo haces y a ver si a mí me entra un hombre todo buenorro, por favor, que ni los mocos me como. 

Martina sólo pudo reír por lo que dijo su amiga. Y mientras conversaban, la guapa gogó se bajó de la tarima y fue directamente a donde estaba Martina.

-Hola guapa, ¿Qué tal? Llevo tiempo observándote. Y me gustaría invitarte a algo. ¿Puedo?.

-Verás...Si quieres invitarme, sólo bebo agua, porque yo boxeo y cuando peleo no bebo alcohol. Y si me miras bien el rostro, podrás ver que lo llevo lleno de golpes.

-Vaya, ¡Qué impresionante!. A decir verdad, se nota que haces algún deporte de contacto. Estás muy fuerte, y sabes qué, me gustaría probarte y ver lo fuerte que estás…

Martina fue oír esas palabras, se acercó a la chica y pasó sus brazos por la cintura de la gogó. Pegó su cuerpo al de la otra mujer y comenzó a besarla con furia. Desde luego sólo con Lorena le costaba dar el primer paso, sólo a ella la respetaba por lo que significaba para la joven. Con cualquier otra mujer no le costaba lo más mínimo ser más primitiva, visceral y tosca si era necesario. A las mujeres con las que ella había estado les gustaba esa parte irracional y brusca de Martina. Pero lo que ella no sabía era que a Lorena la volvía loca cuando la joven era ella misma. 

Sofía se quedó de piedra de ver cómo triunfaba la cabrona de su amiga. Era algo que si lo contabas por ahí nadie se lo creería. Decidió alejarse de ahí. Ya buscaría a Martina cuando acabara con esa gogó, que por cierto, no sabía ni su nombre porque no se habían ni presentado.

Martina se la llevó a una esquina para estar más apartadas y nada más la empotró contra la pared, comenzó a besarla con desenfreno y a meterle mano por todas partes. Pero esta vez se quedó helada cuando estaba intimando con esa joven y en la cabeza tenía a Lorena. Lo que le faltaba...Eso sí que no se lo esperaba. Si es que lo que había pasado con Lorena en casa de ella la había dejado muy trastocada. Y más trastocada se quedó cuando alguien la agarró del brazo e intentó darle la vuelta. Cuando Martina vio que era Lorena, se le cayó el alma a los pies. ¡Joder!¿Qué hacía Lorena ahí? La había pillado liándose ni más ni menos que con una gogó…

-¿Qué coño te crees que estás haciendo?-Le gritó Lorena a Martina- te acuestas conmigo esta mañana,¿y ahora te lías con esta mujer?

-Perdone pero ¿Quién es usted?- le dijo la gogó mirando a Lorena con sus profundos e intensos ojos verdes. 

-Tú cállate que nadie te ha dado vela en este entierro- Le contestó Lorena a la guapa gogó.-Joder Martina, sabía que eras así...Pero no esperaba que te liaras con alguna otra mujer el mismo día que te has acostado conmigo...Pero ya veo lo equivocada que estaba- dijo Lorena con lágrimas en los ojos.

Martina estaba totalmente paralizada. Había decepcionado a la única mujer que le gustaba. Y pensaba que solo le gustaba, porque no quería reconocer que estaba ya totalmente pillada por Lorena.

Lorena se dio media vuelta y salió del local. No quería volver a ver a Martina. Pero la culpa no era de la joven, sino suya. Marta ya la advirtió de cómo era su sobrina pero ella no quiso hacerle caso y ahora iba a pagar las consecuencias. 

Martina por fin reaccionó. Se separó de la guapa joven y se puso a buscar a Sofía. Cuando la encontró le rogó que la llevara a casa de Lorena, y Sofía la vio tan desesperada, que acabó accediendo.

Cuando llegaron a casa de Lorena, Martina se despidió de Sofía y se dirigió directamente a la puerta de la casa de la profesora. Tocó el timbre un par de veces y cuando por fin le abrió la puerta Lorena, ésta se encontraba ya con la bata de seda puesta y tenía el rostro rojo de haber llorado durante un buen rato. 

-¿Qué haces aquí?vete por dónde has venido. No quiero volver a verte. No sé cómo tienes la vergüenza de venir después de lo que acabas de hacer en ese pub.

Martina, a pesar de tener un miedo irracional a ser rechazada por Lorena, y sentirse muy avergonzada por lo que había hecho con la gogó,se acercó a ella tanto que se encontraban a escasos centímetros una de la otra. Lorena retrocedió hasta que acabó tocando la pared con su espalda. Y Martina se fue acercando a la mujer.

La joven puso sus manos en la pared quedando Lorena atrapada entre sus brazos. Así ésta no podría moverse ni irse. Martina acercó su rostro al de la profesora, y ésta sólo pudo cerrar los ojos. En realidad deseaba tanto como Martina lo que iba a pasar entre ellas en ese momento. Nunca había tenido problemas para contener sus impulsos sexuales, pero ahora con Martina sentía que perdía totalmente el control sin ella poder hacer nada al respecto.  

Detrás de la coraza (3°Historia)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora