El fin de semana se acercaba y Lorena estaba asqueada. Sabía que le esperaba un fin de semana de mierda. Por lo menos iría a comer a casa de sus padres y así no se sentiría tan sola. Ya podía buscar planes alternativos si no quería estar todo el fin de semana metida en su cama.
El viernes por la tarde mientras salía de la universidad, recibió una llamada de Álvaro y de repente esbozó una amplia sonrisa. Por lo menos alguien seguía pensando en ella.
-Hola Lorena,¿Qué tal tu semana?, Oye, me preguntaba si querías salir a cenar conmigo esta noche o la de mañana.
Lorena no tuvo que pensarlo mucho. Necesitaba salir con alguien, y con el abogado se lo pasaba bien y sabía que se iba a entretener con él.
-Hola Álvaro. Pues si te soy sincera, me alegro que me hayas llamado. Y sí, a lo de salir esta noche o la de mañana.
-Vaya, pensaba que te ibas a hacer de rogar un poco más. Pero yo encantado de poder quedar contigo. Y si te parece, ¿Quedamos hoy?-El abogado se moría por verla cuanto antes.
-Me parece perfecto.
-¿Te recojo a las 8pm?
-Sí, a esa hora me va bien. Entonces nos vemos luego.
Los dos se despidieron y Lorena estaba algo contenta porque por lo menos esa noche iba a salir. Lo necesitaba para no volverse loca pensando a todas horas en Martina.
Mientras, Martina salió de entrenar y justo tenía una llamada de Sofía, así que se la devolvió.
-Hola Sofía, ¿Cómo vas?
-¿Has salido ya de entrenar?Te llamaba para decirte que esta noche salimos por la Modo.
-¿Qué?no, no cuentes conmigo. No me apetece, me quedaré en casa con mis hermanos.
-Martina, no te he preguntado. A las 23:00pm tienes que estar preparada, que te pasaré a buscar.
-Joder, eres un grano en el culo, que lo sepas.
-Si, lo sé, pero bien que me quieres. Bueno, te dejo que tengo que hacer cosas. Nos vemos luego.
Martina fue directamente a su casa. Saludó a sus hermanos y se fue a su habitación. Estaba de bajón y tenía ganas de estar sola. No le apetecía nada salir con Sofía. Si por ella fuera, se presentaría en casa de Lorena sólo para pedirle un puto abrazo. Joder, lo necesitaba como el comer. Sentir esos brazos que tanto estaba echando de menos, alrededor de su cintura o de su cuello. Eso sí era tocar directamente el cielo. Sólo necesitaba eso.
Martina se tiró en la cama y puso música. Pensando en Lorena se quedó dormida al instante.
Al rato se despertó aturdida, cenó con sus hermanos y se arregló para salir con su amiga. Ésta a la hora que habían acordado ya estaba esperándola fuera de su casa.
-Vaya Martina, para no querer salir, te has puesto guapa guapa.
-¿Qué dices? Me he vestido con lo primero que encontré en el armario.
-Sí, ya sé cómo me dices. Anda vámonos. Ya le dije a Carmen que nos vería.
Las dos se dirigieron a la Modo. El local estaba bastante lleno, como casi siempre. Las dos se dirigieron a la barra a pedirle algo para beber a Carmen.
-Eh Carmen, ponnos lo de siempre.¿Tienes mucho trabajo?.
-Sí, ésto es un no parar. Ahora os sirvo. ¿Qué tal, Martina? Dichosos mis ojos...Me tienes que contar de la profe, aunque ya me ha contado algo Sofía. Tú anímate que seguro que alguna chica te cae esta noche. Así se te irán todas las penas, ya lo verás.
-Bueno Carmen, si Sofía te ha contado algo, sabrás entonces que estoy muy jodida y si te soy sincera, yo por mí hoy no hubiera salido.
-Vamos Martina, quién te ha visto y quién te ve. Pareces "otra Martina". Desde luego prefiero a la Martina de antes, siempre sonreías y siempre acababas con alguna chica liada. Ahora te has convertido en un muermo.
-Lo que tú digas, Carmen, y si así me vas a animar, la llevo clara.
-No, así no te voy a animar. Ahora os voy a poner unos chupitos y vamos a brindar porque vuelves a tener el corazón desocupado y libre.
Martina no sabía si reír o llorar. Sí, lo tenía desocupado, pero alguien se había apropiado ya de él y mientras perteneciera a otra persona, en realidad muy libre no era, aunque Martina tenía claro que se dejaría llevar si alguna chica la atraía, pero en ese momento no tenía ninguna gana de acabar liada con alguien. Sólo quería beber para olvidar sus penas. Aunque sabía que esa no era la solución.
Mientras hablaba con sus amigas, Martina vio de lejos a Claudia. La que le faltaba por ver. Intentó no mirarla demasiado pero la morena iba guapísima con un vestido algo ajustado, corto y bastante escotado.
-Vaya, Martina, ¿Has visto quién ha entrado?, y está mirando para aquí, así que no tardará en acercarse, ya lo verás. Vete pensando qué le vas a decir…-dijo Sofía algo inquieta. No sabía qué iba a hacer Martina con la gogó, o si acabaría mandándola a paseo si tenía a la profesora en su cabeza.
En efecto, Claudia se acercó a saludar a Martina.
-Hola chicas, hola Martina. Vaya, te noto muy seria.
-Estoy bien, Claudia, ¿Y tú?¿Hoy no trabajas?
-Sabes qué, creo que no estás bien por la cara que llevas, pero tú tranquila, que yo sé cómo animarte.
La gogó cogió de la mano a Martina y a regañadientes se la llevó a la pista de la discoteca.
Martina no quería bailar con ella, pero la gogó insistió tanto que finalmente acabó cediendo. De hecho la morena se pegó todo lo que pudo a Martina, y llevó sus manos a la cintura de la joven, hasta bajarlas a sus nalgas. Martina comenzó a excitarse. Era imposible no hacerlo teniendo a semejante mujer abrazada a ella. Claudia la besó con una pasión que le era imposible controlar. A la gogó Martina le encantaba y si fuera por ella, ya estarían saliendo juntas.
-Martina, cariño...Me encantas, ¿te lo había dicho antes?, salgamos juntas, dame una oportunidad, anda.
-¿Qué?, ahora no puedo, Claudia. Necesito tiempo. Tú me gustas mucho pero ahora mismo no puedo.
-Bueno... Te daré algo de tiempo, si acabas saliendo conmigo - Claudia cogió las manos de Martina y las posó en sus pechos casi descubiertos mientras no dejaba de besarla. Martina iba a acabar explotando si la cosa iba a más. Así que aunque le costó mucho esfuerzo hacerlo, acabó separándose de Claudia.
-Claudia, lo siento, ya te he dicho que me gustas mucho, pero necesito tiempo. De verdad.
-Y yo te he dicho que te lo iba a dar. En serio- Claudia la miró con esa mirada felina que tenía y que sabía que tanto gustaba a sus conquistas, y Martina no era menos, cuando la morena la miraba con esos preciosos ojos perdía el poco control que tenía y se dejaba llevar por sus propios deseos. Pero en esos momentos no podía seguir con Claudia mientras tuviera en su cabeza a Lorena. Tenía que ser honesta con ella misma y con Claudia.
Martina siguió bailando con Claudia, pero sin llegar a más. Tenía que reconocer que esa chica era preciosa, tenía un cuerpo de escándalo, e igual más adelante, cuando tuviera superada a Lorena, podría salir con ella. Todo sería cuestión de tiempo. Pero en ese momento no quería llegar más lejos con ella. Sólo quería pasarlo bien y no pensar en su maldita profesora.
Mientras, Carmen y Sofía no le quitaban el ojo a la pareja, y las dos amigas se alegraban de que por lo menos Martina fuera capaz de seguir con su vida por muy jodida que estuviera.
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Detrás de la coraza (3°Historia)
RomanceMartina, una ruda, rebelde e impulsiva joven, que se dedica al boxeo para canalizar sus impulsos agresivos, y que tiene sexo esporádico con la primera mujer que se le insinúa porque es incapaz de comprometerse con alguien, comienza un nuevo curso de...