Lorena volvió a la clase como pudo. Le costó mucho regresar, y estuvo a punto de no hacerlo. Pero aparte de ser profesora, era psicóloga y tenía que tener las habilidades necesarias para saber enfrentar la situación que acababa de vivir con Martina. No había otra.
Cuando entró de nuevo en el aula ningún alumno dijo nada. La que se quedó expectante fue Sofía. Se fijó que la mujer venía muy decaída. Eso quería decir que el encuentro con Martina no había ido como ella esperaba. Joder, ahora no sabía que hacer,si ir con su amiga o quedarse en clase, y como si Lorena le hubiera leído la mente, se dirigió a ella y le dijo:
-Señorita, vaya si quiere con su amiga. No le pondré falta.
-Gracias profesora. Adiós.
Sofía cogió sus cosas y salió corriendo de la clase. Nada más salió llamó al móvil a Martina y ésta no le cogió la llamada. Sofía se imaginaba que su amiga estaría fatal y que necesitaría un tiempo a solas para estar bien, así que esperó unos treinta minutos más y volvió a llamarla. Entonces sí le cogió el teléfono.
-Martina…¿Dónde estás? Dímelo y acudo.
-Sofia, me vine con Carmen. Estoy ahora con ella.
-Vale, ahora mismo voy. No te muevas.
Cuando Sofía entró en la cafetería fue directamente a la barra, donde se encontraban sus dos amigas. Martina estaba que daba pena. Se notaba de lejos que había estado llorando.
-¿Cómo estás, Martina? Algún día de éstos me vas a matar de un disgusto, lo sabes, ¿Verdad? - Y fue a abrazar a su amiga. Ésta ya la estaba esperando con los brazos abiertos.
-Ya te digo, Sofía. Me lo acaba de contar ahora Martina lo que ha pasado en clase...Joder. ¿Y es necesario que esa mujer vista cómo viste?
-¿Qué estás diciendo, Carmen?
-Martina me ha contado que la profesora iba muy provocativa y que le ha puesto las tetas en la cara a otra alumna…
-Joder, chicas, eso es mentira. Y sólo faltaba que Lorena no pueda vestir como le dé la gana. ¿Os estáis oyendo? En el siglo en el que vivimos y que tenga que escuchar ésto de boca de dos mujeres. Joder, no me puedo creer lo que acabo de oir. Además no sois dos mujeres cualquiera, sois mis amigas.
-Oye, Sofía, no te enfades. Eso me lo ha dicho Martina, y yo, como es mi amiga, pues le creo.
-Ya, pero tu amiga está loca por esa mujer y encima tiene unos celos que se muere cuando la ve con otras personas. Pero Lorena no tiene la culpa de que Martina tenga celos, sólo faltaba. A mí Lorena me gusta, qué queréis que os diga, chicas. La veo muy buena mujer, es guapa y muy inteligente. La estás cargando con ella, Martina. Sólo te puedo decir eso. Tienes que dejar a un lado tus celos enfermizos y tus demonios que te impiden ser feliz. Créete a la persona que te diga que te ama. Si Lorena te lo ha dicho, será que es verdad. Martina, no te niegues amar y ser amada. Date esa oportunidad y vívela. No vivas a medias ni a remolque, vales mucho, sólo tienes que creértelo. Fíjate que hasta una mujer tan impresionante como Lorena se ha fijado en ti, y eso que toda la clase le va detrás. Y encima se ha acostado contigo. Con nadie más. Joder, por algo será. Y luego dices que esa mujer no te ama. Si vieras con qué cara ha entrado a la clase…
Martina sólo pudo llorar y llorar. Tenía razón Sofía. Tenía unos demonios dentro con los que luchaba diariamente. Boxeando sí podía ganar al enemigo, pero con esos demonios que no paraban de atemorizarla en su interior, era imposible hacerse con ellos. ¿Y si Lorena sí la amaba?¿Y si ella misma valía más de lo que ella creía?¿Y si se merecía ser feliz al lado de una mujer como Lorena? Tenía muchas preguntas en su cabeza pero muy pocas respuestas. Y tendría que buscar dichas respuestas para saber cómo actuar o qué hacer al respecto.
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Detrás de la coraza (3°Historia)
RomanceMartina, una ruda, rebelde e impulsiva joven, que se dedica al boxeo para canalizar sus impulsos agresivos, y que tiene sexo esporádico con la primera mujer que se le insinúa porque es incapaz de comprometerse con alguien, comienza un nuevo curso de...