-Hola Martina...Oye, ¿Qué tal besa la rubia?porque la he visto comiéndote la boca- le dijo Lorena llena de ira.
-Vayamos fuera, profesora. Necesito hablar con usted. Por favor…
-No, dime aquí lo que me tengas que decir.
Martina la cogió de la mano y la sacó del local. Lorena estaba tan absorta en cuando la joven la cogió de la mano, que ni pudo negarse, ni pudo quejarse de que la joven la estuviera sacando del pub. Martina entrelazó sus dedos con los de Lorena mientras salían a la calle y ésta pensó que estaba soñando con esos dedos cogidos a los suyos.
-Martina, ¿Qué narices quieres?
-Te quiero a ti.
Martina la empotró contra la pared y acercó sus labios a los de la profesora. Ésta estaba jadeando y con las bragas totalmente mojadas. En la vida se había excitado tanto. Esa joven la iba a llevar a su perdición.
Finalmente rozó con sus labios los de Lorena y acabó pasando su lengua por todo el labio de la profesora. Lorena sólo pudo gemir. Le daba exactamente igual si José las pillaba así.
Martina metió su mano por debajo del vestido de la profesora, y comenzó a subírselo, mientras con sus dedos se iba acercando a la entrepierna de la mujer. Lorena seguía gimiendo.
-Profesora, contrólese. La pueden oír gemir…
-¿Tú te crees que en este momento me importa que me escuchen?
Martina pasó la punta de sus dedos por las bragas de la mujer. Éstas estaban empapadas.
-Joder, Martina, ¿Cómo eres tan jodidamente buena en ésto?
-Espere y verá...-Y a lo que la joven iba a meter los dedos debajo de las bragas de la mujer, apareció Sofía de la nada.
-Martina, suéltala, el profesor la está buscando y va a salir de un momento a otro.
Martina se separó de la mujer. Aunque ella no quería hacerlo, pero no quería meter a la profesora en ningún lío con José.
Lorena estaba como ida. Estaba disfrutando muchísimo de lo que le estaba haciendo Martina, de hecho nunca antes había disfrutado tanto. Nunca antes se había sentido tan viva. Lo que esa chica le provocaba era algo muy excitante para ella. Y tenía claro que le hubiera gustado mucho que la chica la hubiera penetrado con sus dedos. Joder, no tenía que haber ido con José al pub.
Justo salió José con las bebidas.
-Lorena, pensaba que estabas dentro.
-Si, perdona. Salí a hablar con la señorita Soto.
-Ah, está bien..¿Ya acabaste de hablar?
-Si, ya acabé.
Martina la miró a los ojos con un deseo y una intensidad que asustó a la mujer. Esa mirada le estaba diciendo que tuviera cuidado con lo que hacía con el profesor. La joven sentía unos celos que la carcomían por dentro. Si pudiera cogería a la profesora de la mano y se la llevaría de ahí. No quería que ese cretino la tocara ni la besara y de sólo pensar que algo así podía ocurrir, sería capaz de darle un puñetazo a ese hombre que lo dejaría tendido en el suelo. Pero lo pensó mejor y se alejó de allí con Sofía. No quería ser violenta delante de la profesora. Tenía que controlar sus impulsos. Era consciente que sólo podía desahogarse en el ring, no en la calle.
Cuando Lorena la vio marcharse, no sabía ni qué hacer ni qué pensar. Hasta que José la sacó de sus pensamientos.
-Lorena, ¿Tomamos la copa dentro?
-¿Eh?Sí, claro,perdona José.
-¿Estás bien? ¿Esa chica te ha hecho algo?
-¿Martina?, No, qué va. Sólo hemos hablado sobre algo que pedí que hicieran en la clase. Así que tranquilo, vayamos dentro.
José pasó su mano por la cintura de la mujer y se metieron en el pub.
Sofía y Martina se habían ido para otro lado.
-Joder Martina, tienes que controlar tanto tu agresividad como tus impulsos sexuales. Si no llego a aparecer el profesor os hubiera pillado, y a Lorena le hubiera caído una buena.
-Lo sé, Sofía. Muchas gracias. No sé qué haría sin ti. Dame un abrazo, por favor.
-Si que estás pillada por esa mujer, Martina. Nunca antes te había visto así. Joder, hace un rato te estabas comiendo la boca con una rubia y luego acabas metiéndole mano a tu profesora en un callejón. Eres la puta diosa, qué quieres que te diga.
-La puta diosa que ahora mismo está sufriendo por una mujer que apenas conoce y que está totalmente descontrolada por ella. ¡De puta madre!-Martina se echó a llorar en el hombro de su amiga. Tenía suerte de que Sofía la hubiera avisado de que venía José, y de tenerla en ese momento para poder llorar en su hombro.
Martina le dijo a Sofía de marcharse a casa. No podía ver a Lorena con el profesor irse juntos. Seguro que la iba a llevar a su casa y luego se acostarían juntos, o eso es lo que ella pensó que harían. Lo que Martina no sabía que Lorena no era de esa clase de mujeres, además tampoco sabía que ahora que la había conocido a ella, no querría acostarse nunca más con un hombre.
Lorena sólo podía pensar en Martina. Y lo sobradamente preparada que estaba sexualmente hablando. Joder,si sabía mucho más que ella. Seguro que si algún día se acostaba con la joven, ella sería la principiante y Martina la maestra. Sabía perfectamente cuando tocarla y dónde hacerlo. Se notaba la experiencia que tenía la castaña a la hora de estar con una mujer. Y justo ella en ese terreno no tenía nada de experiencia. Pero ya no con una mujer, sino con un hombre. Sólo salió con Marcos unos años y ya cuando se fue a estudiar fuera conoció a algún hombre pero la cosa no fue a más. Así que su experiencia era casi nula.
Los dos profesores decidieron marcharse ya. José la llevó a su casa. Y ya cuando se iba a despedir de ella, intentó besarla.
-José, perdona...Quiero ir más despacio. Hoy lo pasé muy bien contigo, pero de momento sólo podemos ser amigos.
-Ah, vaya, Lorena, yo pensaba que te gustaba lo suficiente como para salir conmigo. Pero bueno, de momento me conformaré con ir quedando contigo y pasarlo como lo hemos pasado hoy de bien. He disfrutado mucho de la noche a tu lado.
-Me alegro José. Bueno, gracias por la cena y las copas, y por traerme. Lo he pasado muy bien. Nos vemos mañana en la facultad.
Se despidieron con unos besos en las mejillas y Lorena se fue a su casa con muchas ganas de tirarse en su cama.
Se desvistió como pudo porque a esas horas de la noche sí estaba muy cansada. Se desmaquilló y se tiró en la cama en ropa interior. Se abrazó a unos cojines que tenía de adorno en la cama y cerró los ojos para soñar despierta con la joven que la llevaba loca. Pero esa noche no soñó con ella nada que tuviera que ver con el sexo, sino simplemente que Martina la abrazaba fuertemente y las dos se quedaban dormidas, desnudas y abrazadas, ella encima de Martina. Y así se quedó dormida sin quererlo.
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Detrás de la coraza (3°Historia)
RomanceMartina, una ruda, rebelde e impulsiva joven, que se dedica al boxeo para canalizar sus impulsos agresivos, y que tiene sexo esporádico con la primera mujer que se le insinúa porque es incapaz de comprometerse con alguien, comienza un nuevo curso de...