Capítulo 65. Y ahora Claudia.

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Martina se quedó un buen rato hablando con su tía, hasta que se dio cuenta que eran casi las diez y era hora de irse a casa de Claudia. 

-Bueno tía, me tengo que ir. 

-Vaya, podrías quedarte un poco más. O toda la noche si tú quisieras….

-Sí me quedaría, pero he quedado. Lo siento- Martina le dijo a su tía sin poder quitar sus ojos de su profesora. La mujer estaba muy sexy como iba vestida y a Martina le encantaría quedarse a solas con ella, pero lo mejor era irse de ahí cuanto antes. 

-Está bien, Martina. Pasa buena noche tú también. 

-Gracias tía. 

-Martina, te acompaño a la puerta-Dijo Lorena sin esperarlo la joven. A Marta le pareció una buena idea que su amiga acompañara a su sobrina. 

-Está bien- Martina se despidió de los invitados y se dirigió a la salida con Lorena detrás de ella. 

-Bueno Lorena, espero que acabes bien la noche. Desde luego los veintinueve te han caído genial. 

-Gracias Martina. Y gracias por venir a felicitarme- Lorena no quería que Martina se fuera. No sabía qué hacer, lo que sí sabía era que se moría de ganas por sentir los cálidos labios de la joven sobre los suyos. Así que ni corta ni perezosa, salió afuera detrás de Martina, tornó un poco la puerta y cuando la joven estaba desprevenida, la agarró de la mano entrelazando sus dedos con los de ella, y sin que Martina lo esperara, se atrevió a posar sus labios sobre los de la joven, consiguiendo erizar la piel de ésta al instante. Martina se quedó estática en el sitio cuando sintió los húmedos labios de su profesora sobre los suyos. Joder que sensación más espectacular era que la besara la mujer de la que estaba enamorada, porque sí, no tenía ninguna duda de que seguía tan enamorada de Lorena cómo antes. Ni un ápice habían cambiado esos sentimientos por ella. Sólo atinó a cerrar los ojos dejándose llevar por esa maravillosa sensación. Con los dedos de su profesora enlazados a los suyos. Ese momento no lo cambiaría por ninguno otro. Las dos estaban disfrutando de lo que estaban viviendo cuando oyeron a Álvaro llamar a Lorena y no les quedó otra que separarse. 

-¡Lorena,hace frío!-Le dijo Álvaro a la mujer. 

-Lo sé. Tranquilo, tenía que hablar con Martina de una duda de la asignatura, pero ya voy para adentro.

-Está bien. ¿Vamos?- le contestó el abogado. 

-Sí, claro. Martina, disfruta de tu noche.

 Adiós. 

A Martina le costó reaccionar ante la llegada de Álvaro, pero finalmente consiguió despedirse de los dos y se marchó. Cuando ninguno de los dos ya la veía, ella se pasó la lengua por sus labios para sentir el maravilloso beso que le había dado su profesora. Esa mujer era la única capaz de trastocar sus propios esquemas. 

Martina se subió al coche y antes de ponerlo en marcha, pensó en lo que acababa de pasar en casa de su tía. Ahora se tocó los labios con la yema de sus dedos. Le encantó el beso sorpresivo que le había dado Lorena. Esa mujer despertaba en ella todos sus sentidos de una manera maravillosa. Y era la primera vez que alguien conseguía hacer eso. 

Después de unos minutos pensando en su profesora, consiguió poner el coche en marcha y se dirigió a casa de Claudia. 

Cuando Claudia le abrió la puerta, Martina se puso nerviosa al momento. Claudia iba vestida con una camiseta de tirantes que le llegaba por la mitad de los muslos y tenía que reconocer que estaba jodidamente sexy. A Martina le iba a costar muchísimo rechazarla en caso de que la gogó quisiera intentar algo con ella. Y seguro que siendo las dos adultas como eran, era inevitable que ocurriera algo entre ellas. Así que Martina retiró la mirada de la chica y la saludó como pudo. 

Detrás de la coraza (3°Historia)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora