Capítulo 18. La pelea.

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A la mañana siguiente, Martina amaneció más temprano que de normal. Estaba cansada pero había dormido más o menos bien al lado de Diego. Se levantó de la cama intentando no despertar a su hermano. Cogió sus auriculares y se fue al jardín a escuchar música mientras veía como acababa de amanecer. Escuchar música antes de boxear era un hábito que había adquirido con el paso del tiempo. Era su forma de relajarse mientras se evadía de todo lo que la rodeaba.

El combate comenzaba a las 10am. Martina cogió la ropa de boxeo, los guantes, su mochila y se fue para el gimnasio.

Sus amigas llegaron al poco de haber llegado ella. Cuando las vio a lo lejos sólo pudo sonreírles. La que faltaba era su tía. Seguro que se había dormido.

Martina, cuando vio a Karina subir al ring, se acercó a ella para saludarla. Estuvieron unos minutos hablando. Pero al rato sus respectivos entrenadores las llamaron para que se fueran preparando.

Ambas estaban ya listas cuando el árbitro dio comienzo a la pelea.

Cuando Martina se estaba poniendo en posición de defensa para prepararse para atacar a Karina, vio a su tía que iba acompañada de Lorena. Joder, ¿Por qué su tía iba acompañada de la profesora? ¿Qué hacía ahí ella?No se lo podía creer. Eso la distrajo y Karina aprovechó la distracción de la castaña para darle un cross* en toda su mejilla sin que Martina pudiera esquivarlo.

-Mierda, Lorena, creo que la distrajimos. Vaya directo le ha metido Karina, joder, la madre que la parió a la maldita ucraniana.

Lorena se tensó al ver como la contrincante golpeaba a Martina. A parte de ponerse nerviosa, tuvo que reconocer que la joven estaba arrebatadora con esa vestimenta. El cuerpo de Martina parecía haber sido esculpido por el mismísimo Miguel Ángel.

-Joder Marta, no sé si he hecho bien viniendo. No estoy preparada para ver cómo golpean a Martina.

-Ni yo Lorena, pero acabas acostumbrándote. Además, verás que Martina se la va a acabar devolviendo pero bien. A mi sobrina le sobran agallas.

-Lo sé...Marta. Sé que tiene agallas de sobra para lo joven que es.

Marta miró sorprendida a Lorena. ¿Cómo sabía ésta que su sobrina tenía muchas agallas?

Martina tenía que dejar de pensar en Lorena y centrarse en el combate, sino iba a perder antes de tiempo. Y la palabra "perder" no entraba en su vocabulario.

A Martina le sobraba agilidad en las piernas y era de las mejores en el juego de pies. Llevaba loca a Karina con tanto movimiento. Ésta ya se estaba cansando. Eso pretendía Martina. Cuando vio un espacio entre los dos brazos de su contrincante, Martina le dio un jab* en todo el rostro que la dejó aturdida para después darle un cross como el que le había dado la otra previamente. Karina se tambaleó, por lo que el árbitro las separó para que ésta recobrara la estabilidad.

-Bien, bien, ésta es Martina. Te lo dije,Lorena.

-Ya veo...Pero es que me cuesta mirar la pelea...

-Tú confía en mí sobrina. Ella sola va a salir de ésta.

Karina no se iba a rendir tan fácilmente. Aprovechó a recuperar la respiración y a recuperar su postura de defensa para meterle un crochet* en la cadera a Martina, y la cosa no acabó ahí porque le metió otro a la altura de los riñones mientras doblaba las rodillas para golpearla.

Martina se desestabilizó con esos golpes. Lorena ya no quería mirar más. Estaba sufriendo más de la cuenta. Por lo que terminó cerrando los ojos y apretando sus puños con mucha fuerza. Más tensa era imposible que estuviera.

La joven aún recibió unos cuantos golpes más hasta que finalmente se recuperó sacando fuerzas de la nada y se hizo con el control de la pelea.

Finalmente y después de mucho tiempo peleando, Martina acabó ganando el combate, pero acabó exhausta y jadeante.

Detrás de la coraza (3°Historia)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora