Cap. 2 - Entre ella y yo

261 21 0
                                    

Estaba durmiendo tranquilamente, mi cama estaba cálida, muy aparte de estar soñando con unos bizcochos y unos huevos revueltos.
Todo estaba tan tranquilo, no sonaba la alarma, el sol no molestaba, mi cama estaba tan cómoda que no quería levantarme, pero esto no es normal, no en un día de clase.
En contra de mi cuerpo que gritaba duérmete, me dispuse a ver mi teléfono.

Mi logro del día. Levantarme de la cama.

—Rayos —maldije entre sueños, demasiada tranquilidad no es normal, me levante un poco para ver que pasaba con la alarma, y como sospeche —¡¿APAGADO?!, demonios, olvidé poner la alarma —maldije por segunda vez en la mañana, entré en pánico así que rápido busque la hora en la pantalla principal— ¡¡¿LAS 7:50?!! —grite alarmada, tenía 10 minutos para arreglarme, desayunar y salir corriendo a la escuela.

Fui al baño, me metí a la ducha para un baño rápido, estando limpia me puse el uniforme tan rápido que confundí los zapatos, el izquierdo con el derecho, viendo el error lo corregí —No es momento para torpezas Kagome, ahora...¡CORRE!.
Grite mientras corría a la cocina, mi madre al verme se sorprendió.

—Kagome, intente despertarte desde hace rato pero como no mostrabas señal de vida, te deje dormir —dijo mamá mientras se acercaba para darme una taza de café — ¿Aún iras?
—Así es mamá, no puedo faltar, ahora me voy, ¡adiós mamá, adiós a todos! —salí corriendo tanto como pude, apenas iba tomando mi café y un trozo de pan que logré agarrar antes de salir.

Llegué al paradero en quien sabe cuántos minutos, así que pude terminar mi improvisado desayuno mientras esperaba el bus cuando una voz detrás mio me llamó.

—¿Llegar tarde se hará costumbre para ti, Higurashi? —dijo una voz que reconocí perfectamente.
—Si estas aun aquí es por que llegaras tarde también así que no moles—

No dije nada cuando di vuelta solo lo vi en su auto, no conducía, tenía a un chófer.

—Sube niña, se hará tarde —dijo abriendo la puerta, me quedé parada por unos momentos tratando de analizar que tan buena idea es subir a un auto con un extraño— Bueno si prefieres correr...
—¡No! —grité— es que me da vergüenza —dije apenada.
—Mas vergüenza pasaremos si llegamos tarde, ahora andando —subí algo nerviosa, el subió detrás de mi.
Yo estaba mirando por la ventana, evitando todo contacto visual con él— Estas muy callada hoy Higurashi, ¿no haz subido nunca a un auto? — Comentó burlón.
—¡Claro que si! —le grité — Ya llegamos tarde, creo que perderé la primera clase.
—Bueno, yo iré a una práctica de fútbol, ¿te gustaría acompañarme? —preguntó, yo lo mire asombrada ante sus palabras, el me regalo una sonrisa a la que respondí con un sonrojo. Asentí con la cabeza mientras sonreía amablemente.

—Genial, Higurashi, ya llegamos —dijo mientras bajábamos del auto.
—Supongo que la práctica es en el campo, ¿verdad? —pregunté como si no fuera obvio la respuesta, me sentí tonta por un momento pero, aun así respondió sin darse cuenta de la tontería que pregunté.
—Así es, vamos, ya deben estar mis compañeros allí.

Lo seguí en el camino, estaba algo nerviosa ya que a pesar de ayudarme tanto, era un desconocido para mí, pero no veía nada malo en que lo acompañe, ¿o si?.

Caminamos hasta los escalones que rodeaban el campo, hasta que llegó la hora de que se valla a cambiar.

—Bien, iré a ponerme el uniforme, puedes esperarme aquí hasta que empiece tu clase, igual te veo en el receso, ¿verdad? —preguntó mientras tomaba su mochila que se veía muy pesada. 
—Supongo que te veré luego Taisho, no me gusta faltar a mi palabra, ahora vete que perderás la práctica.
—Esta bien, nos vemos niña —me sonrió para luego irse a preparar, yo miraba de lejos su entrenamiento, tratando de entender la razón por la que unos jóvenes corren detrás de la pelota.

Eres Mi MedicinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora