Cap. 38 - Su falta de palabra.

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Narra Sesshomaru
Un día antes...

Desperté de buen humor luego de haber soñado con Kagome, pero mi buen humor duró poco. Empezó cuando abrí los ojos y terminó cuando papá, que estaba en la puerta de mi habitación, decidió hablar.

—¿Qué tienes en mente? —preguntó con una mueca.
—Si lo dice de esa forma puedo interpretar burla, esto no es algo gracioso.
—Me parece una locura que quieras que haga todo lo que me pides.
—Te pido que me ayudes a organizar todo, no quiero más —supliqué poniéndome de pie.
—Lo haría, pero hace mucho no hago algo así y aparte estoy ocupado.
—Papá—
—Alístate, llegaras tarde. Te espero abajo.

Sin decir más, salió de la habitación dejándome solo y sintiéndome un idiota.
Me alisté y tomé mis cosas para desayunar. Curiosamente estaba papá también.

—Creí que se había ido.
—No, quería hablar contigo sobre algo.
—¿Qué cosa?
—Tus estudios. ¿Tienes alguna universidad en mente? Conozco una en Inglaterra donde estudió tu abuelo, o puedes ir a Italia, puedo inscribirte a clases de italiano para que no tengas problemas.
—Estudiaré aquí, no me iré.
—¿Qué?
—Papá, aquí me siento cómodo, no me quiero ir.
—No mezcles tu vida amorosa con tu futuro profesional. Te daré tiempo para que elijas. Inglaterra o Italia.
—Ya le di mi respuesta. Iré a la escuela, hasta luego.

Todo rastro de apetito se fue y lo reemplazo la desilusión junto con el coraje. Me puse de pie y me fui a la escuela.

Camine a la escuela pensando tantas cosas. Quería darle una gran sorpresa a Kagome para pedirle que fuera mi novia, pero parece que papá no me ayudara con nada. Debo ordenar mis ideas de nuevo.
En el camino llamé a Kagome, se había quedado dormida así que tuve que irme de frente a la escuela. Ingresé al establecimiento, pero me vi interceptado por el director.

—Acompáñeme joven Taisho.
—Señor, pero tengo clases de—
—No lo veo siguiéndome.

Bufé y me ahorré más coraje, así que lo seguí a su oficina.
Me pidió que me sentará frente a su escritorio así que hice caso así apresuró las cosas.

—Lo traje aquí por pedido de su padre. Veo que tiene buenas opciones para estudiar en el extranjero ¿por qué desaprovecharlos?
—Por qué no quiero, no daré más explicaciones. Con permiso.
—Tiene calificaciones perfectas, familia reconocida, buen ingreso económico familiar. Piénselo joven Taisho.
—Con permiso.

Salí de la oficina sin decir nada más, estaba incómodo. No podía creer lo lejos que es capaz de llegar papá.
Como invocación, recibí llamada de él.

—No hagas esto. —pedí.
—Solo quiero lo mejor para ti, no lo desperdicies.
—No me iré, es mi última palabra.
—Bien. No te apoyare con lo que me pediste, tengo trabajo y volveré tarde a casa.

Antes de reclamar ya había colgado la llamada así que fue en vano.
Las clases siguieron, llegó una profesora para informar de la beca de Sango. Ella parecía una niña chiquita por cómo brincaba de un lado a otro. Sonreí por lo graciosa que se veía y le grabé para extorsionarla después.

Al salir de la clase, fui con Sango a la cafetería para esperar a Kagome que no tardó mucho que llegar.
Ellas hablaban tranquilas, pero no podía evitar pensar lo que estaba ocurriendo. Solo llegué a responder monosílabos hasta que escuché un nombre que le cambió la cara a Kagome. Lina.

Tomé su mano como muestra de apoyo ya que comprendía que se encontraba fastidiada.
Su reacción me dio algo de miedo, no podía imaginarla cuando se entere que me volví tutor de Lina, odiaba aceptarlo, pero debía tener la situación en secreto, y rogaba por qué Lina mantenga la boca cerrada.

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