Narra Sesshomaru
Hoy desperté de mejor humor, odiaba los domingos, pero luego de pasar casi toda la noche con Kagome mi humor es de maravilla. Aunque al final me vi obligado a huir para evitar sus preguntas y sobre todo poder ocultar mi emoción de estar con ella.
Me levante de la cama con una gran sonrisa. El personal de la casa se dio cuenta de mi extraña actitud positiva de hoy, cosa que me hizo pedirles que se alejen de mí. No soy ningún bicho extraño. El único bicho extraño fue el que me picó como para tener este buen humor un domingo.Luego de un baño corto y ponerme ropa cómoda, fui a desayunar. Tenía hambre así que por voluntad propia yo mismo haría mi desayuno. No fue fácil convencer a la empleada. Literalmente la amenace con despedirla si no me dejaba en paz. Conseguí mi objetivo luego de un rato de discutir con ella.
Desayune solo como casi siempre y mientras pensaba en lo adorable que se veía Kagome con ese vestido azul. Lo recordé.
"Me cambiare de escuela"
Mierda.Como el joven responsable que soy, decidí usar el sentido común para lograr convencer a papá de cambiarme de escuela. Recurrí a las viejas tácticas. Hacer las tareas pendientes, ordenar mi habitación y no molestarlo mientras trabaja. Pero sabía que no sería suficiente. No después de haber faltado a la escuela y desaparecer hasta altas horas de la noche. Por el momento mi único castigo fue lavar el coche negro y luego de eso logre salir a una supuesta fiesta que cancelaron a último minuto. No me molestó del todo, pude ver a Kagome, me fue suficiente con eso.
Mi cuarto estaba impecable y mis tareas estaban echas, no había forma de que se niegue, ¿verdad?
Hoy papá estuvo en casa, bueno, en su oficina. Lo que hace siempre desde que tengo uso de razón. Me recosté en el sillón tratando de buscar el momento perfecto para ir y hablar con él. Pero como su hubiera leído mi mente. Me llamó.
—Sesshomaru, ven a mi despacho —ordenó mi padre.
Me levante de nuevo para ir en dirección a la oficina. Ya frente a la puerta tome la manija, lo que sea que me espere adentro espero no sea tan grave como para tener que retractarme de lo dicho a Kagome. Sacudí mi cabeza, lo negativo solo trae eso. Cosas negativas.
Iba girar la manija cuando alguien habla detrás mío.
—Supongo que te metiste en un gran problema —dijo Inuyasha, pasando y golpeando mi hombro— Suerte con eso.
Lo ignoré y abrí la puerta, es ahora o nunca.
—Padre, ¿me llamaste? —pregunté, tratando de dar tiempo a mi cabeza para que se me ocurra la forma de mencionarle mi pedido.
—Si hijo —se levantó de su silla— Hable con la directora, tiene muy buenas referencias tuyas, parece que solo tienes una falta así que el castigo se levantó por completo, espero no vuelvas a faltar a clase —dijo con una mirada firme sobre mí.Agache la cabeza por respeto, recuerdo bien que la última vez que lo mire a los ojos mientras me llamaba la atención, como consecuencia me encerraron en mi habitación y casi me llevan a otro país, que recuerdos.
—Sobre eso —aquí voy— quería pedirle un favor, si no es molestia.
—Antes, respóndeme una cosa —tomo un vaso para servirse agua, ya que no bebía alcohol— ¿por qué faltaste a clase? —sucedió lo inesperado. Tenía menos de dos minutos para responder y menos de diez segundos para meditar que tan sincero debo ser. Si le miento lo más probable es que lo averigüe y si le digo la verdad me ganare el título de tonto enamorado. Piensa Sesshomaru.
—Fui a buscar a alguien —fue lo más sensato que hice, decir la verdad. No toda, pero era la verdad— Cuando encontré a esa persona la estaban atacando unos sujetos y no pude dejarla allí, la acompañé a casa y la verdad el tiempo se me pasó volando.
—Muy bien, me alegra que seas sincero, algo así me informaron —lo sabía— Estuviste todo el día deambulando por el lugar y en la noche te vieron con una muchacha. Eso me prueba que puedo confiar en tu palabra hijo, ahora si dime, ¿qué querías decir?
—Quiero cambiarme de escuela —maldita sea, no pude ser más directo.
—¿De qué hablas? —su voz se escuchaba un poco más fuerte sin llegar a gritarme— Estas a poco de culminar tus estudios.
—Lo sé, pero si quiero enfocarme más en mis estudios debo dejar el equipo, quiero estudiar más, eso del fútbol no me gustaba y lo sabes, tuve que ingresar por Inuyasha — Era verdad, luego de la muerte de mi madre, me vi obligado a ser el guardián del idiota— ¿podría permitirme eso, padre?
—No veo razones para negarme, podrás cambiarte de escuela, pero tendrás que informarme sobre algo —dicho esto volvió a su escritorio— Quisiera saber si todo está bien con Inuyasha, anoche le pregunté cómo le iba con la muchacha y me dijo que bien, ¿cómo se llamaba? —empezó a recordar— Kagome, si, así se llama.
Me puse en modo alerta. Mas que nada sorpresa. Ellos terminaron hace meses, ¿por qué dijo que estaban juntos?
—Padre creo que se —su teléfono empezó a sonar, interrumpiendo lo que le iba a decir.
—Un momento hijo, es una llamada importante.
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Eres Mi Medicina
Teen FictionSu primer gran amor resulto ser una experiencia toxica llena de falsas ilusiones. Sin darse cuenta que cerca había alguien amándola en secreto, escondiéndose tras una mascara de supuesto odio. Ambos tenían un pasado difícil, lo que complica todo int...