Cap. 7 - Amor Platónico

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Un año antes...


NARRA SESSHOMARU
Otro día aburrido, desperté con la alarma, tenia demasiada pereza, pero faltar a la escuela no era algo que deseaba, así que me alisté con la mayor paciencia imaginable. Sali de mi habitación dando un bostezo, hoy no tenia nada importante que hacer, solo leería un libro que me recomendaron, era lo único que me emocionaba para hoy.

—Idiota, se hace tarde, date prisa o me voy primero y tendrás que ir caminando —hable intentando despertar a Inuyasha mientras pasaba por su habitación, no me esforcé mucho, total, no es mi responsabilidad despertar al vago de mi hermano.
No respondió así que fui a la entrada para irme, cuando llegué me encontré con Scott, el chofer que nos llevaba a Inuyasha y a mí.

—Joven Sesshomaru, el auto no quiere prender, lo lamento, hablaré con su padre para que venga otro vehículo —dijo dando una reverencia algo avergonzado.
—Caminaré, trata de solucionar este problema —pase de largo, sin darle importancia, no estaba de humor— Inuyasha sigue en su habitación, llegará tarde si sigue durmiendo.

Caminé, ignorando si respondió o no, iba a paso lento, tenía tiempo, hace mucho no caminaba a la escuela, no estuvo para nada mal.
Camine una calle casi cuando escuche una voz gritando detrás mío, era Inuyasha.

—¡Sesshomaru! —me llamó— Imbécil, ¿por qué no me despertaste?
—Te avisé, yo no repito las cosas —me di cuenta que se había caído un libro de su mochila. Lo único que no tolero es que dejen caer un libro, camine para recogerlo mientras él iba a la esquina a esperar que cambie la luz roja, fruncí el ceño al darme cuenta que era mi libro favorito.

—Imbécil —gruñí.

Lo levanté y fui a alcanzarlo, me di cuenta que estaba con una chica, una estudiante de piel blanca y pequeña estatura, cabello negro un poco largo, sus ojos grandes y oscuros, tenía las mejillas rosadas, era muy hermosa, estaban muy cerca así que decidí aproximarme, tal vez conseguiría alejarlos y pedirle su número, pero cuando estaba cerca salió corriendo.

—¡Adiós y gracias! —dijo despidiéndose con la mano.

Me puse al lado de Inuyasha, él la veía sorprendido.

—¿Te descuido un segundo y ya consigues novia? — pregunte golpeando su hombro para luego cruzar.
—Iba distraída y casi la atropella un auto, se parece un poco a Kikyo, ¿no crees? —comentó.

Me molestó un poco lo que dijo, no había tal parecido.

—¿Tu novia con mirada de muerta?, no se parece en nada a esa chica —dije, ocultar mi molesta es fácil, mi forma de mirar es de odio hacia todos, es fácil fingir que no estoy molesto, todos me ven así normalmente.
—Ya deja de decirle así —se quejó algo fastidiado.
—Es la verdad, ahora date prisa, ya llegamos tarde —camine más rápido dejándolo atrás.
Llegamos a la escuela tarde, pero como teníamos entrenamiento nos dejaron pasar, ser del equipo tiene sus ventajas.

El entrenador no había llegado aún, dijo que lo esperemos en el campo pero mejor fui al patio, estaba en una banca mientras miraba mi teléfono algunas cosas cuando escucho un grito del segundo piso, no fui el único que lo escucho, todos centramos nuestra atención a la ventana del salón, un rayo de sol me molestaba, use la mano para poder ver quien era esa chica ruidosa, me sorprendí mucho al ver quien era, es la misma azabache de hace un rato.
Estaba mirando a todo el mundo, sin avergonzarse ni nada, camino fuera de mi vista, la intente buscar pero no la encontré, supuse que volvió a su mesa.
Inuyasha estaba con su muerta y sus amigas, se aproximaban a donde estaba yo.

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