Cap 19 - En tus brazos.

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Narra Kagome

Aun no lograba aceptar lo que me contó. Nunca creí posible llegar a odiar a una persona que nunca he visto, aunque no odiaba solo a esa persona, odiaba a muchas, a todas aquellas que intervinieron en esto. Que una persona sea insegura de sí misma es provocada por muchos factores, o eso creo yo, por que Sesshomaru no se volvió así por que quiso, esas noches en vela o golpes de su niñez esa gran responsabilidad a una corta edad y, sobre todo, vivir siendo la sombra de alguien más, entre esas personas estoy yo. Perdóname Sesshomaru, a pesar de no ser lo suficientemente cercanos, te estoy juzgando sin razón, aun así, espero comprendas que lo mío tampoco fue fácil, aunque intente evitarlo, no puedo sacar de mi cabeza el pasado, tú no tienes culpa de nada lo sé, pero yo tampoco la tuve, yo solo quería ser feliz junto a la persona que amaba y que creía me amaba también.

Estoy intentando sacar estos recuerdos al menos cuando estoy contigo, es difícil, lo intento, pero aún no lo consigo.

—¿Sesshomaru? —lo llamé. Tenía ya buen rato mirando hacia el parque que había al lado izquierdo.
—Sesshomaru, ¿estas bien? —volví a llamar.

No me escuchaba así que le toque el hombro haciendo que se sobre salte un poco.

—Se que no soy bonita, pero ¿asustarte cuando me ves? —dije con intensión de que se ría pero solo me dio una media sonrisa.
—¿Quién te dijo que no eres bonita?
—El espejo —volví a reír y nada.
—Eres muy bonita, deberías comprar otro espejo.
—Ya estamos cerca de la escuela no te has dado cuenta por qué estás en otro planeta.
—Lo siento —dijo.

Sesshomaru es alguien serio, o al menos lo era hasta hace unos meses, últimamente es tranquilo incluso algo cómico, pero hoy, su semblante es triste, pensativo y sobre todo distraído. Entiendo bien las razones, pero aun así prefiero verlo serio a ver como intenta ocultar su tristeza con una sonrisa forzada.

—Llegamos, andando Sesshi —use mi última estrategia, llamarlo por un apodo, ni así me prestó atención.

No me esperó y solo caminó hacia su salón. No lo detuve, solo vi cómo se alejaba lentamente por el patio hasta desaparecer de mi vista cuando ingreso al edificio. De a poco puedo entenderlo, se lo mucho que quería hacer algo por su cuenta, la esgrima era el primer paso, pero ahora se lo han negado. Odiaba eso, porque por más familia que seas, la felicidad no depende de nadie más que uno mismo, vi la ilusión en tus ojos y hoy te la apagaron.

No mereces esto Sesshomaru.

No me rendí en mi intento de animarlo, aunque fue difícil ya que no lo vi durante todo el día. Ya estábamos en el descanso y ni así se apareció.

—Kagome, se derrite tu helado —llamó Sango.
—Lo siento —dije soplando lo que sea que esté en mi cuchara.
—OK ya me preocupé, ¿desde cuándo soplas el helado? No puede estar más frío, ¿verdad? —preste atención a lo que decía, me di un golpe en la frente.
—A veces me esfuerzo mucho en ser torpe.
—¿Me dirás que ocurre? —preguntó.
—Es Sesshomaru.
—¿Qué ocurre con la garrapata albina?
—Está deprimido.
—Siempre está serio, ¿qué tan deprimido está?

Iba a responder, pero en ese momento apareció Sesshomaru, iba con Tristan, de hecho, Tristan iba colgado de su cuello, por así decirlo, estaba abrazándolo del cuello y Sesshomaru no parecía molestarse.

—¡Ey! Taisho, ven un momento —lo llamó Sango.
Se aproximó a nosotras luego de empujar a Tristan lejos de él.
—¿Qué te ocurre? —preguntó mi mejor amiga.
—Nada.
—No te ves bien.
—¿Es todo? —habló Sesshomaru en un tono aburrido.
—Kagome quiere ir contigo al parque de diversiones mañana, ¿iras con nosotras?
—No estoy con ganas, será en otra ocasión.

Eres Mi MedicinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora