Cap. 3 - ¿Cita?

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Llegue a casa unos minutos después, estaba emocionada, no entendía bien la razón, sólo era una cita con Inuyasha.

—¡Mamá ya llegué! —grite mientras me quitaba los zapatos y dejaba la mochila.
—Kagome llegaste temprano, ven para que comas hija —me dijo dulcemente, con una sonrisa en sus labios.
—Si mamá, tengo hambre. Me cambiare y bajo —dije con una gran sonrisa que no pude ocultar.

Ya en mi habitación me quedé pensando sobre lo que había pasado hoy, aun me resultaba tierno que Inuyasha me haya buscado en la escuela, pero luego recordaba a su supuesta novia, o eso dice ella.
Me recosté en la cama con una sonrisa tonta, mientras que mi cabeza imaginaba muchos escenarios para hoy, desde comer juntos hasta caminar de la mano por el parque. Rápidamente me reincorpore. Solo me dijo que iríamos por una sopa porque me quería contar algo. Nunca menciono que era una cita romántica. Mi sonrisa desapareció tomando su lugar un puchero de desilusión.

Tanta emoción e imaginación por nada.

—¿Hija? —mamá habló del otro lado de la puerta, haciendo que regrese a la realidad.
—Pasa mamá —respondí.
—Nunca tardas tanto en bajar mi niña, ¿está todo bien? —preguntó acercándose a mi para acariciar mi cabello.
—Si mamá, lo que pasa es que tengo un trabajo para estos días, estoy pensando en eso —mentí, a no ser que el proyecto de química tenga algo que ver con Inuyasha y un tazón de sopa hoy en la tarde.
—Ya veo, te cuento que paso hoy—

Empezó a hablar, intente concentrarme en lo que decía, pero era difícil, no podía sacar de mi cabeza una pregunta.

"¿Es una cita?"

—¿Hija, estas bien? —preguntó mamá pasando su mano por mi rostro— tierra llamando a Kagome —bromeó.
—Si mamá, estoy bien —reí un poco— pero quería preguntarte algo —dije un poco tímida, después de todo no tienes una primera cita todos los días, si salir por una sopa se considera una. 

No sabía que me diría, tenía nervios —Si un chico te dice para ir a comer algo, ¿es una cita? —pregunté sintiendo mi cara ponerse roja.
—¿Te invitaron a comer? —devolvió la pregunta poniéndose de pie, pasando frente a mí.
—Bueno, me dijo para verlo en el parque y luego ir a comer algo, te quería preguntar, nunca antes he tenido una cita.
—Entonces debes arreglarte, ponte algo bonito mi niña, sin exagerar, pero dime, ¿es un chico guapo? —ahora parecía más emocionada que yo.
—Es un chico apuesto, de cabello blanco, ojos claros, es un poco alto y juega fútbol en el equipo de la escuela —lo describí, imaginándomelo corriendo mientras jugaba, en serio era guapo.
—Parece que te ha cautivado, se ve lo mucho que te gusta, Kagome —dijo mientras me acariciaba el cabello, amaba cuando lo hacía —Estoy feliz de verte así, pero eso sí, no permitas que te rompan el corazón hija mía, pero ahora dejaras a ese apuesto muchacho fuera de tu cabeza para que bajes a comer, se enfría el almuerzo —ordenó y salió de mi habitación, estaba sorprendida por su reacción, pero sobre todo feliz, me arreglaría muy bien para hoy. La emoción de verlo no me cabe en el pecho.


No quiero salir.

Ya estaba frente al closet, no sabía bien que usar, después de todo no estaba segura de que era una cita, quizás solo es una salida casual de amigos, aunque no lo seamos.
Me sentí como una tonta, estuve una hora imaginando posibles escenarios y todos terminaban en un matrimonio feliz, esto es realmente vergonzoso.

Bueno, al final me decidí por un vestido color verde hasta un poco más arriba de las rodillas, uno de mis favoritos, y mis zapatillas blancas.
No hice mucho con mi cabello, solo lo sujete en una cola alta y deje caer unos mechones a los costados de mi rostro y sobre mi frente.

Eres Mi MedicinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora