Eres Mi Medicina

Cap. 18 - Puedo vivir sin la esgrima, pero no sin ti.

Narra Sesshomaru

Caminé a casa pensando en tantas cosas, aunque lo primero que hice luego de dejar a Kagome en su casa fue subirle la mitad del rostro con mi abrigo ya que durante todo el trayecto iba con una estúpida sonrisa. Estuve analizando lo ocurrido, la primera vez peleando con alguien en el deporte que me gusta a notar como Kagome me prestaba tanta atención que casi me hace perder la concentración por querer lucirme de más. Agradezco que mi lado presumido no me haya ganado cuando estábamos en el punto final.

Antes podía jurar que la satisfacción de ganar algo era lo que mejor me hacía sentir, alimentaba mi ego con cada felicitación o cuando obtenía algo. Pero esta vez conocí un sentimiento distinto. Nada es más satisfactorio que ver el rostro de Kagome luego de un enfrentamiento. Su sola presencia me era suficiente.
Aun así, esa llamada me dejó algo inquieto, no reconocí el número ni la voz, solo pude escuchar el mensaje que quiso darme la Mujer: "Espérame Taisho, tenemos una conversación pendiente"
Lo único que pude responder fue un frío y cortante "No me jodas".

Tomé mi llave y abrí la puerta en silencio, por alguna razón toda la casa estaba callada, no había ruido, así que imaginé que no había nadie, ni Inuyasha ni papá.

Subí a mi habitación, me vestí con algo más cómodo y empecé a matar el tiempo, me entretuve con videos de esgrima hasta leer un libro, el sueño me vencía así que dormí. Después de mucho tiempo, pude dormir con una sonrisa en la cara. Kagome me hacía feliz con solo pensar en ella.

Por la mañana unos golpes en la puerta junto a unos gritos me hicieron despertar, con pereza abrí los ojos para mandar a la mierda a quien sea que me levantó tan temprano.
—¡SESSHOMARU! —reconocí la voz. De un brinco me levanté de la cama. Abrí la puerta y era papá, estaba tan enojado que estoy seguro votaba humo de sus orejas.
—Lo siento, ¿ocurrió algo? —pregunté.
—A mi oficina ¡YA!

Se alejo de mi cuarto a su oficina, dando un portazo cuando ingreso al lugar, estoy seguro de que se escuchó por toda la casa.
Sin perder tiempo obedecí, caminé rápido hacia la oficina.
No tenía miedo, sólo estaba preocupado, no recordaba haber hecho algo lo suficientemente malo como para ganarme estos buenos días.

—¿Tienes algo que decir? —preguntó cuando cerré la puerta detrás de mí.
—No padre, dígame que lo tiene así.
—¿Te estás burlando de mí?
—Para nada, no sé que—
—¡TE VIERON EN ESA TONTA ESCUELA DE ESGRIMA! —gritó.
—Papá, yo—
—¡¿TU QUÉ?!
—Solo quise hacer algo que realmente me gusta no le veo lo—
—ERES UN EGOÍSTA, PIENSAS SÓLO EN TI, ¿ACASO MÁS IMPORTANTE ES ESA MUJER QUE TU HERMANO?
—No es eso, si me permitiera explica—
—¡CÁLLATE! No voy a permitir esto. Esa mujer no ha hecho más que ponerte contra tu hermano.
—¡ELLA NO HIZO MÁS QUE APOYARME!
—¡CÁLLATE! Trataré de pasarte esta tontería de faltarme el respeto, elije, esa mujer o la esgrima.

Sentí como la fuerza se iba de mi cuerpo, me sostuve de la silla intentando guardar la compostura.
Vi sus ojos, reflejaban la furia y enojo que sentía en este momento, fue ahí que lo entendí. Nunca sería tratado como Sesshomaru, solo sería el hermano de Inuyasha.

—Permiso. Padre. —me retiré sin decir nada más.

Fui a mi habitación para arreglarme para la escuela, tomé mis cosas y me dirigí fuera de casa. A mitad de camino me crucé con Inuyasha.

—¿Sesshomaru? —preguntó tomándome de los brazos— ¿qué te pasa?

No respondí nada y seguí caminando, empujándolo para que no se entrometa en mi camino.

Cuando salí de casa pude sentir el viento chocar contra mi rostro. Respiré profundo y sacudí mi cabeza para intentar apartar las ideas tontas de mi mente. ¿Cómo el simple comentario de alguien puede cambiar tu estado de ánimo en solo un segundo? No lo sé, lo único que sé con certeza es que me acaban de quitar las ganas de todo. No quiere decir que la esgrima signifique mucho para mí, dejaría todo por Kagome, pero aun con eso no podía dejar de repetir el momento exacto donde papá me obligaba a elegir entre dos razones para ser feliz.
¿A caso intentar ser feliz es ser egoísta?