Cap. 51 - Tu silencio.

65 8 0
                                    

Al llegar al evento, las fotos no se hicieron esperar, los periodistas nos rodearon y con miedo me escondí detrás de Sesshomaru. Me sujetó la mano con fuerza entendiendo mi temor así que pidió a uno de sus hombres que aparte un poco de gente.
Nos abrimos paso entre la multitud para ingresar al lugar, fue en ese momento que noté los anillos en su mano, uno era el que compartíamos y el otro era más grande y plateado. Se veía muy varonil.

—Gracias por estar aquí conmigo preciosa.
—Me alegra compartir este momento contigo. —se me acercó y me dio un tierno beso.

Sería un momento tranquilo si no nos hubieran rodeado las luces de las cámaras de los fotógrafos. Abrí los ojos de golpe y nos separamos hasta que Sesshomaru me rodeo con sus brazos, su padre tuvo que intervenir para evitar más altercados con la prensa.
El evento fue interesante, había personas que conocía en revistas como empresarios importantes, el señor Taisho hablaba con ellos hasta que llegó el momento de dar inicio a la ceremonia. Las luces bajaron su intensidad y se iluminó el escenario. El señor Taisho subió y dio inicio con unas palabras. Me quedé al lado de Sesshomaru en una de las mesas hasta que lo llamaron.
Todos le aplaudían con orgullo y yo incluida, su porte y elegante traje me tenían muy embobada.
No había nervios en él, al menos no lo noté, estaba tranquilo mientras hablaba y todos lo escuchaban atentos. La luz caía sobre él y yo no podía apartar los ojos de su rostro. Me volví fan número uno de él en esos momentos hasta que alguien se sentó a mi lado, voltee a ver quién era y todo mi maravilloso mundo rosa cambio a un tono oscuro y opaco.

—Lina.
—Kagome, si eres tú, que sorpresa que estés aquí.
—¿Qué quieres?
—Yo nada, me acerque para ver si eras tú, no creí que vendrías.
—Estoy aquí, me invitaron.
—Lo sé, pero no creí que el Señor Taisho te invitará luego de lo ocurrido con Inuyasha.
—¿Qué?
—Si, ya sabes, lo desterraron del país y se fue a muchos kilómetros lejos. Una locura.
—¿Cómo sabes eso?
—El Señor Inu no Taisho me lo comentó, están muy sorprendidos. Incluso Sesshomaru intento que cambie de opinión, pero nada parece convencer al señor Taisho. No le dio oportunidad de tomar sus zapatos, sólo lo echó.

Mis manos temblaban, esta era la razón de la actitud de Sesshomaru. Estaba triste y preocupado por su hermano y el señor Taisho se encontraba en la misma situación. Tenía un mal presentimiento, algo había detrás.

—Lina, te llaman tus padres —el padre de Sesshomaru llegó detrás y así como apareció Lina, se fue.
—Señor Taisho, le agradezco nuevamente la invitación —dije intentando hacer conversación.
—Quería conocer a la novia de mi hijo, por cierto, tal vez tarde un poco, los accionistas están hablando con él.
—Entiendo. Es un placer conocerlo al fin.
—Igualmente, pero ¿puedo preguntarte algo? —voltee a verlo encontrándome con un triste semblante. Todo tenía sentido.
—No hay problema, ¿ocurre algo?

Dudo un poco sobre sus palabras, ambos necesitamos valor, él para preguntar y yo para responder.

—Se lo que pasó contigo e Inuyasha. Yo... Lamento el daño que te hizo, si hubiera sabido lo que él hacía no— lentamente se inclinaba ante mí con intención de arrodillarse y rápidamente lo detuve.
—N-no. No haga esto señor Taisho, no es correcto.
—Nunca perdonaré a ese niño, lo que hizo no tiene perdón.
—Lo perdoné, señor Taisho. No se haga esto.

Me vio fijamente a los ojos tratando de obtener una respuesta en ellos. Estaba perdido en su tristeza cuando nuevamente habló —No te conozco, ni siquiera hemos intercambiado muchas palabras, pero estoy seguro de que eres la persona correcta para mi hijo. Quiera tu valentía para afrontar esto, un día tengo a los hijos más correctos del mundo y al siguiente descubro esto. Tuviste el valor para verlo a la cara y perdonarlo, yo no puedo hacerlo, no podré nunca.

—Si yo pude hacerlo, usted puede. Es su hijo.
—Por el momento lo envié lejos, no soy capaz de hacerlo volver, no ahora.
—No se haga esto, sabe que no podrá dejar de amar a su hijo por más errores que cometa. Si decidí perdonarlo fue para no cargar más con este dolor, haga lo mismo.

Me sonrió un poco y me dio un cálido abrazo, me sentí extraña por la proximidad, pero algo se me hizo familiar.
Sesshomaru e Inuyasha son el vivo retrato del Señor Taisho. Sus abrazos son cálidos a pesar de su aura algo fría, como me pasa con Sesshomaru. Pero esta sensación familiar no es por Sesshomaru y menos por Inuyasha. Un flash pasó por mi mente y fue ahí que me di cuenta. Recordé a papá. La última vez que sentí su latido en un abrazo, la última vez que me dijo te amo, la última vez que lo vi.

La vida me quitó tanto, perdí a papá sin alcanzar a despedirme, aun así estando en brazos de mamá mientras ella lloraba, le prometí a la silueta de papá detrás de ella, que no importa los esfuerzos que haga el universo para hacerme infeliz, no dejaré de sonreír.
El abrazo terminó y con ella mis ganas de estar en la fiesta. Me levante aprovechando que el señor Taisho fue a atender a unas personas para irme sin llamar la atención. No fue difícil, sin estar rodeada de Sesshomaru o su padre, soy invisible.
En la puerta del lugar. Vi a mi alrededor y estaba sola, otra vez sola.

—Kagome. —detrás mío la voz de Sesshomaru me llamaba.

Voltee lentamente sin verlo a la cara. Sus pies se aproximaron hasta estar frente a mí, intentó acercarse más, pero lo detuve.

—Intento comprenderte Sesshomaru, ¿por qué no me lo permites?
—Kagome, no entiend—
—Lo que pasó con Inuyasha. ¿Cuándo me ibas a decir?

Su silencio fue la única respuesta. Tenía los sentimientos a flor de piel, la tristeza y decepción estaba en mi corazón, debía irme a casa por ahora. Debía estar sola un momento.

—Creí que me habías brindado esa confianza para contarme lo que ocurría, no esperar a que un tercero me lo haga saber.
—Es un tema familiar, no quería preocuparte.
—Ese tema familiar me incumbe porque fui la razón de la condena de Inuyasha. ¡Está lejos por mi culpa!
—¿Tu culpa? ¡Fuiste víctima de él! Aunque sea mi hermano no le quita responsabilidad de sus actos, te hizo mucho daño.
—Lo que ocurrió en esa relación es solo tema mío y de él, si yo decidí perdonarlo es mí problema. ¡Nunca quise que se fuera!
—¿Y por qué? ¿A caso te importa tanto como para que sientas pena por él?
—Sesshomaru.
—Con esta actitud solo veo que aun sientes cosas por él. Si eres feliz con él entonces ve y búscalo.
—Cállate, no te seguiré escuchando.
—¿A dónde vas? No huyas de la verdad, dime en la cara que es lo que quieres realmente. ¡Si deseas estar con él no planeo amarrarte de manos, ve con él si eso deseas tanto!
Detuve mis pasos y voltee a verlo. —Lo único que quería era quitar este dolor de mi pecho por lo que viví con él, perdonarlo fue el primer paso. Saber que se fue lejos no me afecta en nada, pero enterarme por otra persona y ver cómo te apagas por la tristeza ¡me duele más! Tu padre esta incluso peor, pero ninguno de los dos da su brazo a torcer.
Si crees que aun siento algo por Inuyasha estas equivocado, te demostré lo mucho que te amo, te abrí mi corazón y mi pasado para poder llegar a tu corazón, pero no consigo más que tu silencio.
—Kagome—
—Me iré a casa, quiero ignorar tus palabras y evitar sentirme peor de lo que me siento. Si dudas de lo que siento te lo gritare mil veces si es necesario. Te amo, te amo ¡te amo!

Ambos nos vimos fijamente. No me dolían sus palabras, porque, aunque suenen con odio, sus ojos no me mostraban más que tristeza. Él tenía miedo.

—Ven conmigo.

Lo ignore y le di la espalda para seguir caminando. No avance mucho cuando un auto me seguía, por un momento tuve miedo hasta que escuche a Sesshomaru.

—Te llevaré a casa, sube por favor. No dejaré que regreses sola.

Me detuve y a paso lento subí al auto. No quise ver su cara durante el trayecto ni dije nada. Guarde silencio en espera de llegar a casa y estar sola. El dolor de cabeza se hizo presente otra vez, disimule un poco para evitar preguntas, solo aguante los quince minutos de viaje. Disimule cómo siempre hago para esconder mi dolor.

Eres Mi MedicinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora