Narra Sesshomaru
Hoy era el gran día, mi cita con Kagome, bueno, nuestra salida al parque de diversiones, es lo mismo.
Pero no contaba con que papá insistiera en que faltemos a la escuela para ir a su empresa. Desde la conversación de ayer quiere a toda costa conseguir un acercamiento con nosotros, sería cruel de mi parte negarme, después de todo es mi padre y puedo entender de alguna forma lo que siente.—¡Papá, tengo un examen! —se quejó Inuyasha mientras perseguía a papá.
—Nunca te preocupas por los exámenes, ¿qué hay de especial en este? —pregunté.
—Ya no estudiamos juntos, así que te contaré que cambie mucho, ahora trato de ser más responsable.
—Quedo con la novia en ir a comer luego de clases, esa es la razón —dijo papá.
—¡¿Cómo lo supiste?!
—Inuyasha, ¿aun dudas de mis informantes? —comentó entre risas papá mientras tomaba una mochila con quien sabe que— cuando tú vas, yo ya volví querido hijo.
—Así es idiota, ya deja de quejarte, dile que la veras luego.
—Ya que, no hay de otra.
—Andando, se me hace tarde.Los tres tomamos nuestros abrigos que por alguna razón eran similares. Estando detrás de ellos pude ver el parecido que teníamos los unos con otros, lo único que nos diferencia es el peinado, papá tiene el cabello largo sujetado con una cola alta, muy elegante y para nada femenino. Muy aparte, papá es joven, al menos no aparentaba de más de cuarenta, podrían confundirnos y creer que somos hermanos.
Salir así me dio una interesante sensación, hace mucho no me sentía en familia. Pero sobre todo fue que después de tantos años nos atrevimos a usar los anillos que teníamos, cada uno tenía un grueso anillo de plata, todos gravados con un Taisho en color negro, ¿que tenían de diferente? El de papá llevaba la letra I del nombre de mamá, es una especie de tradición llevar la inicial de la esposa en el caso de los integrantes varones de nuestra familia, el de Inuyasha y el mío estaba aún en blanco en ese lugar, es obvio, solo puede ser la inicial de nuestras esposas.Es tradición que los anillos son mandados hacer por la esposa para los hijos, mamá conocía la tradición y los mando a hacer a penas supo que no seríamos un Taisho, sino dos. Nunca nos lo pudo entregar pero papá se encargó de eso cuando estuvieron listos, pero no pudimos usarlo porque después de su muerte fue imposible salir en familia.
Llevábamos en el auto casi quince minutos, demasiado tiempo en el mismo lugar para alguien tan inquieto como Inuyasha.
—Ya deja de moverte de un lado a otro, me desesperas —dije frustrado.
—No recordaba que la empresa quedara tan lejos.
—Nunca quisiste ir, ¿cómo sabes que tan cerca o lejos queda? —preguntó papá.
—Lo supuse.
—Ya llegamos, bajen.Cada uno bajo en orden quedándose de pie en la entrada hasta estar los tres juntos, parecía una especie de alfombra roja, solo faltaban los flashes de los periodistas. No habían, pero si muchos curiosos que nos quedaron mirando.
—Andando, tengo una agenda apretada, quiero terminar todo rápido para poder decirles lo que quiero proponerles.
—Lo seguimos —asintió con la cabeza y nos adentramos en el gran edificio.La recepción estaba justo frente a nosotros, era un gran mostrador echo de un tipo de piedra color blanco que quedaba justo detrás de unos muebles con un cuero negro brillante. Un lugar muy elegante y grande.
—Vamos a mi oficina, estarán conmigo en una reunión, solo se quedan callados, si les preguntan algo sean respetuosos y no digan cosas demás. Lo digo por ti Inuyasha.
—Pero si no he dicho nada.
—Por eso mismo, parece que te reprimes los comentarios para luego decirlos en el peor momento.
—Que mala imagen tiene de mí.
—Si no fuera así te podrías quejar, pero sabes que es verdad.
—Igual no iba a decir nada.
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Eres Mi Medicina
Teen FictionSu primer gran amor resulto ser una experiencia toxica llena de falsas ilusiones. Sin darse cuenta que cerca había alguien amándola en secreto, escondiéndose tras una mascara de supuesto odio. Ambos tenían un pasado difícil, lo que complica todo int...