Cap. 41 - Confío en ti.

72 11 0
                                    

Narra Kagome

La emoción no entraba en mi cuerpo, iba radiante por los pasillos de la escuela, saludando a todo el mundo que se me cruzaba.
Desperté temprano por lo emocionada que me encontraba. Desayune rápido y llegué a la escuela para ver a Sesshomaru antes de iniciar las clases, pero no lo encontraba. Sango aún no llegaba, así que estuve sola desde la primera hora.
Un mensaje de Sango me hizo revisar el teléfono, algo triste vi como Sesshomaru no me escribió absolutamente nada así que creí que no llegaría por estar enfermo.

Me di un golpe mental al recordarlo, seguro no llegaría hoy y yo esperándolo.

Me dirigí a la entrada principal y ya estaba esperándome Sango. Nos aproximamos cuando de pronto alguien pasó justo delante de nosotras.
Frente a nosotras había una intersección entre ambos pasillos que se dirigía al segundo piso donde están los salones de computación.
Ambas parpadeamos un par de veces hasta que notamos algo peculiar.

—¿Sesshomaru? —dijimos al unísono.

Caminamos unos pasos más y vimos como cierto albino caminaba junto a una chica rubia que lo sujetaba del brazo.
Parpadee de nuevo creyendo que lo que veía era producto de mi imaginación.

—Si vino... —dije atónita.
—Pero esta con la loca.
—Lo sé... —algo desanimada me di vuelta y fui a mis clases, al menos ahora estaba mejor y no se veía enfermo.
—Kagome, ¡espera!
—Te veo luego.

No me detuve y seguí hasta mi salón, agradecí que fuera en el edificio de al lado, porque no quería ver como Sesshomaru era tomado del brazo por Lina, prefería no ver esa escena de nuevo.

Mi teléfono sonó un par de veces, suficiente como para ponerlo en silencio y así ignorarlo por completo. Las clases tomaron toda mi atención así que no pensé en nada más que no fuera el verbo to be. Agradecí que me gustaba el curso de lo contrario no saldría de mi cabeza como Sesshomaru era perseguido por esa rubia.

Tuve tres clases seguidas, salí agotada de la última. Tenía solo quince minutos para comer algo y volver, así que trotando fui a la cafetería, para mi mala suerte Sesshomaru estaba en la entrada.
Mi estómago se contrajo y quise irme, pero alcanzó a verme.

—Al fin te encuentro, te busqué todo el día, ¿pasó algo? —preguntó.
No, sólo vi como ibas con la chica que me cae mal sujeta del brazo, es todo—pensé.
—Tuve tres clases seguidas y la última se extendió, pero no tengo mucho tiempo, iba comprar un refresco y debo volver.
—Entiendo, toma esto —extendió una bolsa de papel, la tomé y vi su interior, era una manzana con un refresco.
—¿Comiste algo? —pregunté.
—No, estuve esperándote así que compre algo para ti, comeré algo después.
—Come tú, yo estoy bien.
—Tómalo, ¿sí? Lo compré para tí.
—Sesshomaru, debes alimentarte.
—Desperté como nuevo, me quedé dormido así que vine rápido —comentó mientras miraba al suelo— iba a buscarte, pero no alcance a encontrarte, fui a clases de frente, intente llamarte, pero no respondías.
—Lo siento, olvidé activar el sonido.
—No te preocupes, ahora come eso y vuelve a clases, te veo en la salida.
—Bien.

Vi cómo se acercaba a mí, pero retrocedí y le sonreí. Como alma que se lleva el viento corrí lejos de él hacia el salón nuevamente.
Al llegar me coloque en mi lugar a esperar al profesor.

—¿Kagome? El profesor dio quince minutos más, ¿te quedaras?
—Si, esperare a qué empiece la clase.
—Bueno, hasta luego.

Me sentía mal... Quería ir a buscar a Sesshomaru, pero no me arriesgaría a arruinar algo que recién empieza por mis inseguridades.
La sensación de angustia no se me iba, y no lo hizo durante el tiempo que duró las últimas dos clases, no dejaba de pensar en lo ocurrido y realmente quería dejarlo pasar. Sesshomaru no era una persona que te engañaría, o eso creía, confiaba ciegamente en él y odiaba que a pesar de eso mi pecho dolía al recordar como Lina iba a su lado.

Soy muy tonta, lo sé.

Las clases terminaron y salí del salón hacia la salida. Hoy Sango iría a sus clases de artes marciales así que no la vería. Camine por los pasillos hasta que una mano se posó sobre mi cabeza, alcé la vista encontrándome con Tristan que se apoyaba sobre mí.

—¿Te han dicho que eres muy pequeña?
—¿Te han dicho que eres un idiota?
—Si, de hecho, sí.
—Qué bueno, odiaría darte la noticia.
—Veo que la señorita se volvió respondona, ¿a qué se debe el cambio?
—Déjame en paz. —insistí.
—Te hice una pregunta.
—Y ella te dijo que la dejes en paz —una tercera voz se hizo presente, di vuelta encontrándome con Sesshomaru.
—No seas entrometido, estoy hablando con ella.
—Aléjate de mi novia si tanto te importa tu feo rostro.
—¿Tu novia?
—Si. Aléjate de ella —aproveche la distracción de Tristan y corrí al lado de Sesshomaru, quien me abrazó de forma protectora.
—Quién lo diría, al final admitieron lo suyo, pero no creas que les dejaré el camino fácil, ella y yo tenemos un asunto pendiente.
—¿Qué asunto tienes con mi novia?
—Uno muy interesante, te sorprenderías —su tono de voz sonó raro, busqué los ojos de Sesshomaru que no estaban para nada felices.
—Cuida tu boca maldito infeliz o te— rápido tome su mano para detenerlo ya que estábamos llamando la atención de todo el mundo.
—Vámonos Sesshomaru, no lo vale.
—Si mejor hazle caso, después de todo es la única que domina a la bestia.
—De mi habla lo que quieras pero atrévete a molestar a Kagome o si quiera mencionar su nombre y te arrepentirás.

Lo jale lejos de todos empujando a unos chicos que estaban en medio. Pude ver que estaba tenso así que salimos a paso rápido de la escuela. Había un parque cerca así que no lo solté y nos dirigí a ese lugar.
Tomó asiento en una de las bancas y sacó una botella de agua donde tomó un poco y respiró intentando calmarse.

—Sesshomaru...
—Lo siento, no soporto a ese tipo.
—Tranquilo —el resentimiento se fue de mi y me acerque para acariciar su cabello— te saqué de ahí porque un segundo más y todo terminaría mal.
—Así es, no quiero que me veas de esa forma de nuevo, en el campamento no lo pude evitar pero de ahora en adelante no me veras así de nuevo, intentaré que no se repita.
—Confío en ti —tomé sus mejillas y no pude evitar sonreír ante su tierno rostro— parecía que saltarías a golpearlo en cualquier momento.
—Estuve a nada, gracias y lo siento de nuevo.
—Está bien, ¿ya estas más tranquilo?
—Si, pero olvidemos esto, ¿Cómo estuvieron tus clases? ¿Comiste lo que te di?
—Si, muchas gracias, y lamento no estar contigo hoy en el descanso.
—Estas aquí ahora, es lo que importa, pero quiero preguntarte algo.
—Dime...
—Quise abrazarte hoy, pero saliste corriendo, ¿pasaba algo?
—Se me hacía tarde, era eso, no pasa nada.
—¿Puedo abrazarte ahora o saldrás corriendo?
—Era lo que iba hacer.
—¿Qué cosa? ¿Salir corriendo?
—No, abrazarte.

Y así lo hice, me aproxime a él y lo abracé, pasó su brazo por mis hombros aceptando mi acción, decidí olvidar lo ocurrido por la mañana. Después de todo Lina pudo estar sujeta de su brazo, pero su actitud protectora sólo lo he visto conmigo.

Lina 0, Kagome 1

Eres Mi MedicinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora