Cap. 23 - No quiero hacerte daño.

92 14 2
                                    

Narra Kagome

Hoy Sesshomaru no apareció por la escuela, eso no pasó desapercibido por Sango ni por mí. En el instante que le dije a Sango "Extraño verte pelear con Sesshomaru" tomó mi teléfono y lo llamó diciéndole que lo extrañaba, peleé con ella por eso y luego Sesshomaru me explicó su falta. Estaba feliz por él, ahora sus problemas familiares se estaban solucionando. Él estaría más tranquilo y de alguna forma me alegraba mucho.

Sango tuvo un día ocupado, solo logre verla un par de veces en todo el día así que la pase sola todo el tiempo, lo que hizo que Tristan aprovechara cada instante para molestarme con sus tontas preguntas e insistencias. En una de esas ocasiones, me jalo del brazo con tal fuerza que no bastó tener una crisis para que me deje marca en el brazo. Aun así, la falta de aire fue inevitable.

—¿De verdad te dejó sola? —volvía a preguntar cuando salía del salón— no pareces tan importante para él.
—Déjame tranquila, por favor —pedí.
—No. Me da intriga el por qué la chica rara llama la atención de él. ¿Le debes dinero?
—No —murmuré.
—Entonces está tan loco como tú.
—¡Déjalo en paz! —grité.
—¿Lo defiendes? Oh vamos, a él no le importa que lo defiendan, defiéndete tu misma, él puede demandar a quien quiera, ¿acaso no sabes quién es su padre? El gran Inu no Taisho, dueño de la empresa multimillonaria D'Taisho.
—Lo sé.
—Entonces cállate —dio un largo suspiro mientras aceleraba el paso— ya me cansé de molestarte. Te veo mañana.

Solté el aire cuando lo perdí de vista, la estuve aguantando desde que lo vi en la puerta del salón. Ahora que lo pienso, él tiene razón, ¿por qué le importo tanto a alguien que lo tiene todo? Nueva duda existencial.

Llegue a casa con pocas ganas de comer. Mamá se dio cuenta y le dije que estaba bien. Si a bien me refiero que sufrí dos crisis en lo que va del día por que un tipo no me dejó en paz en la escuela.
Ya en mi habitación me cambié de ropa por algo más cómodo, llamé a Sesshomaru para ver la salida de hoy pero no respondía. Supuse seguía con su padre así que me dormí un poco.

Tuve pesadillas de nuevo, caía en un posó infinito donde no había nada que me diga la razón de estar allí. El frío del lugar me penetraba por los huesos de una forma espantosa, el dolor era insoportable, no podía respirar. Estaba ahogándome.

—Sáquenme de aquí —susurre en mis sueños cerrando los ojos con fuerza.

El sonido del teléfono me despertó de tan horrible pesadilla. Lentamente me acerqué mientras limpiaba mis ojos, era un numero desconocido así que no respondí. Aunque ante la insistencia, terminé haciéndolo.

—¿Bueno?
—Kagome soy yo, Sesshomaru.
—Oh, no sabía que eras tú, ¿pasó algo?
—Quería preguntarte si podemos vernos a las nueve, no puedo ir más antes.
—Había quedado a las ocho con Sango. ¿Estás seguro de que puedes ir? Si estás ocupado no hay problema, la próxima nos acompañas.
—Iré, solo tuve un imprevisto.
—Ya veo, ¿qué paso con tu teléfono?
—Se quedó sin batería y una conocida me prestó el suyo.
—Ya veo, entonces te veo a las nueve.
—Si. Cuídate, hablamos luego.

No respondí ya que había colgado, por alguna razón sentí un poco de incomodidad, pero supuse era una locura mía, más cuando desperté de tan horrible sueño. Vi la hora y aún podía hacer unas cosas antes de salir.

Ayude a mi abuelo con la limpieza del jardín y a Sota con su tarea. Me tomo un par de horas, el tiempo suficiente para alistarme.

No quise usar fuera de lo normal, una polera negra con unos pantalones ajustados color negro. Mis zapatillas blancas y mi cabello sujetado en una cola alta. Hoy me veo más sombría que en otras ocasiones.

Eres Mi MedicinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora