Eres Mi Medicina

Cap. 44 - Desconfianza.

Narra Sesshomaru

Nunca fui un santo, aunque siempre fui un tipo algo callado y no intentaba agrandar mi círculo social, salía de vez en cuando a fiestas, no hacía mucho tampoco, tomaba con unos amigos sin llegar a caer inconsciente claro está, pero me divertía, o eso creía llamar diversión hasta que salí a una fiesta con Kagome y Sango.

Al principio no tenía intención de salir ya que prefería hablar con Kagome, pero Sango decía que éramos aburridos hasta que de tanta insistencia aceptamos, ella estaba algo nerviosa y yo también, mis conocidos estaban en cada una de las reuniones y tenía miedo de que se le acercaran a Kagome, no por celoso, sino porque los conocía muy bien.
La primera fiesta que fuimos juntos fue divertido y las siguientes lo fueron más. Bailábamos y reíamos casi toda la noche, Sango bailaba con sus amigos y yo con Kagome, pero aun así llegó a bailar con unos de mis amigos.
No llegué a tomar ni una gota de alcohol, la diversión no fue gracias a bebidas ni nada por el estilo, llegaba a casa a medianoche cansado de bailar y de tanta diversión.

Los días pasaron volando, vivimos muchas cosas juntos, salidas, paseos, incluso fuimos de viaje con su madre a las afueras de la ciudad, gane el cariño de su madre y su abuelo, incluso su hermano ya me llamaba cuñado y yo solo le sonreía. Muerto de nervios, pero sonreía.

Soy un año mayor que Kagome, por ende, estoy un año adelante que ella en la escuela, este es mi último año y luego estudiaré la universidad, a Kagome le falta un año aun. Sango se irá a otra ciudad por su beca. Cada uno tomar distintos rumbos.
Pensé que lo mejor sería quedarme a estudiar en la ciudad la carrera que me gusta pero a papá no le agrada ni un poco la idea.

—Iras a Italia.
—No.
—Sesshomaru...
—No.
—¡Ya no eres un niño! ¡Maldita sea!
—Si quieres que me largue de tu casa dímelo, que necesidad de irme al otro lado del mundo cuando hay a unas calles una universidad.
—No lo entiendes.
—No, no entiendo. No me iré así que deje de insistirme, me largo de la casa si ese es su problema.
—La otra semana tenemos una ceremonia en la empresa, lleva a Kagome.
—¿Qué?
—Quiero conocerla, solo hemos cruzado saludos, incluso vino a casa, pero no pude hablar con ella.
—Si le vas a cuestionar mi decisión de estudiar aquí estas equiv—
—No es eso. Tráela, Inuyasha irá con su novia también.
—No la llevaré.
—¿Por qué?
—Son asuntos de ella, no irá.

Me ignoro por completo, se dio vuelta dejándome solo en la biblioteca de la casa. Aguante mis ganas de reclamar y me fui a mi habitación.
Ayer y hoy no pude hablar con Kagome. Tuve que estudiar para el examen de admisión de la universidad así que no pude llamarle luego de la escuela.
Decidí llamarla para comentarle lo de papá, sabía que no quería ir así que no le insistiría. Es entendible que no quiera ir.

—Hermosa.
—Hola Sesshomaru, ¿ya estas libre?
—Algo así acabo de discutir con papá, pero todo bien, se nos pasará.
—¿Qué ocurrió?
—Tonterías. Pero me dijo algo, no sé si te parezca.
—¿Qué pasó?
—La empresa hará una ceremonia, es como una cena junto a inversionistas y gente del lugar, quiere que me acompañes, comprenderé si no quieres—
—Iré.
—¿Q-que?
—Quiero ir, no tengo problema con eso.

Aleje un poco el teléfono para intentar procesar lo que ocurría, tenía sentimientos encontrados, estarían mi novia y mi familia conviviendo, pero odiaría que se sintiera incómoda, aun así, haría todo porque no ocurra.

—Bien, le avisaré a papá, cuando se pueda te indico como es el evento.
—OK, ¿comiste algo?
—Hace poco desayuné. Debo ir a entrenar, ¿paso por ti?
—Hoy no podré ir Sesshomaru, tuve un asunto, pero iré mañana, lo harás bien, me llamas cuando salgas.
—Entiendo, te llamaré luego, cuídate hermosa, te amo.
—Hasta luego Sesshi.

Colgué y fui a preparar mis cosas para entrenar.
Sería un día largo, hoy prácticamente tenía que entrenar en la mañana y por la tarde debía ir a la empresa a ver una información. Es extraño que a mi edad tenga esa responsabilidad, pero estoy acostumbrado a este tipo de cosas.

Llegue a la escuela de esgrima y me dedique a seguir mi rutina de ejercicios que me indicaron, aunque me recomendaron ir a un gimnasio a partir de la otra semana debía buscar uno también.
Demasiados pendientes y muy pocas personas para realizarlos. Solo era yo.

Mi mañana terminó y pude volver a casa a comer, estaba solo de nuevo por que Inuyasha salió con su novia y papá estaba en la empresa. Comí mirando al vacío hasta terminar.

Luego de darme un rápido baño y cambiarme salí hacia la empresa, agradecía que un auto me llevaría. En el camino pensaba unas cosas, estaba algo emocionado por presentar a Kagome, aunque la curiosidad de saber que la animo me tenía así de pensativo. La duda estuvo presente durante los cinco minutos de viaje, y terminó cuando el auto se estacionó frente a un restaurante que conocía muy bien. Uno de sopas donde vi como Inuyasha y Kagome iniciaban su historia de amor. Ahora estaban nuevamente juntos viéndose fijamente a los ojos mientras yo observaba de lejos.
El corazón se me hizo pequeño o quizás se quebró no lo sé. Parpadee varias veces tratando de quitar esta imagen que me jugaba una mala pasada creyendo que era producto de mi imaginación. Pero no se borraba, ellos seguían juntos frente a mí. No podía quitarles la vista de encima hasta que el auto nuevamente se puso en marcha.
El resto de la tarde no me pude concentrar, no dejaba de pensar en lo que vi. Intentaba ignorarlo, pero no podía, lo intente con libros de contabilidad, de finanzas incluso de historia pero no podía. Al final decidí irme a casa, no estaba consiguiendo nada más que estorbar en la empresa.
Caminé a casa para despejar mi mente y lo conseguía hasta que decidí llamar a Kagome. Ya me faltaba unos metros para cruzar la puerta.

—¿Kagome?
—Oh, Hola Sesshomaru, ¿estás en casa?
—Si, acabo de llegar de la empresa de papá, ¿qué haces tu? ¿Estás en casa?
—Así es, estoy en casa, dormí casi toda la tarde.
—Ya veo, papá llegó, debo comentarle lo de la cena, ¿aun iras?
—Así es, estaré contigo.
—Si, conmigo —dije algo desconfiado— iré a hablar con él, te devuelvo la llamada.
—Descansa te veo en la escuela mañana, te enviaré mensaje así descansas un poco.
—Está bien, hasta luego.
—Bien.
—Kagome...
—¿Dime?
—Te amo. —su dulce risa se escuchó del otro lado de la línea.
—Y yo a ti Sesshomaru.

Ella mentía, pero estaba seguro de algo ahora, mi corazón está hecho pedazos, no porque negara que salió a verse con Inuyasha, sino que mi corazón no creía en esas palabras, tenía ese sentimiento de que fueron por cumplir, no por amor.