Cap. 30 - Sango VS Lina

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—¡Sesshomaru! —grité llamando su atención.
—¿Kagome? ¿Qué ocurre, estas bien?
—Si, lo estoy, quería preguntarte algo.

Cerro tu casillero y me miro directamente a los ojos, me sentí intimidada, pero iba por algo y lo conseguiría.

—¿Conoces a Lina verdad? Quería saber si, ¿es verdad que es tu novia?
—¿Qué? ¡No! Es una vieja amiga, nada del otro mundo.
—Entiendo —sentía las mejillas calientes por lo tonta que me tuve que hacer visto— creía que tenías novia.
—No lo tengo, a no ser que aceptes serlo.
—¿Q-qué?
—Si, me gustas Kagome, soy malo en esto, pero si me das la oportunidad quisiera que seas mi novia, incluso podemos ir juntos a golpear a Inuyasha, yo qué sé, tal vez fugarnos los dos, haría todo si estas a mi lado.
—Esto no parece real...
—Claro que no lo es, estas durmiendo. Despierta, se te hace tarde. —detrás de Sesshomaru apareció Lina, que con una sonrisa burlona abrazo con fuerza a Sesshomaru.
—Me gustas Kagome, pero amo a Lina.

Desperté de golpe con la respiración acelerada, fue un sueño para nada alentador, pero solo yo puedo cambiar las cosas, debo hablar con Sesshomaru. Así Lina se ponga en medio, debía hacerlo.

Ya frente a la escuela me cruce con Sesshomaru que iba con la mirada seria mientras caminaba a paso lento.

—¡Sesshomaru!
—¿Kagome?
—Necesito hablar contigo—
—Ahora no, tengo clases, será otro día.

Dicho esto, ingreso a la escuela, yo me quede en mi lugar algo sorprendida.

—Es el primer intento, no me rendiré —me animé y corrí a clases.

Había terminado las primeras clases y estábamos en tiempo de descanso, desde que salí del salón estuve buscando a Sesshomaru, pero no lo encontraba. Resignada fui al comedor a buscar a Sango que estaba comiendo en una mesa del rincón.

—¿Sola? —pregunté.
—Si, estaba esperando a mi mejor amiga para que me cuente lo que pasó con Sesshomaru.
—No hay nada nuevo, lo estaba buscando.
—Cuando halla noticias me dices, pero déjame decirte algo, solo no te sientas mal.
—¿Qué ocurre?
—Lina está bien apegada a Sesshomaru, tengo entendido son amigos pero solo eso, aun así no te desanimes, quizás podamos ser amigos los cuatro.
—Entiendo, claro, podemos ser amigos.
—Bien, ¿trajiste mi libro?
—Oh, eso olvidaba, ya vuelvo, voy por él.

Camine de nuevo a mi salón cuando justo frente a mis ojos pude ver una escena romántica entre dos alumnos, no estaría mal ni raro si el chico no tuviera el cabello platinado, ni los ojos dorados.

—Sesshomaru —murmure sin ser oída.

Me escondí y busque otra ruta.
Camine mientras mi cabeza reproducía una y otra vez como Sesshomaru y Lina compartían con cálido abrazo, como los que yo recibía, dolía mucho, porque no tengo el derecho de reclamarle, no somos nada y ahora creo que menos.

Ya en el salón me senté un momento, para respirar y limpiar unas lágrimas, me sentía tonta, si antes creía que me podían reemplazar con facilidad, ahora estoy segura. Aun así, estoy feliz por él, tal vez es la chica que le gustaba, de la que me contó en el campamento.

Tomé el dichoso libro y volví a la cafetería, pero cuando estaba por bajar los últimos escalones, mi teléfono suena, era Sango.

—Amiga, tuve que irme, Kohaku se metió en problemas otra vez, estoy camino a casa, te veo después en tu casa.
—No te preocupes, te veo después, cuídate.
—¡Gracias! Te quiero amiga.

Colgué, cuando iba a dar un paso más, alguien me empuja por la espalda haciéndome caer.
Agradecí mis reflejos ya que evité un golpe grave.

—Odio tener que repetir las cosas, ¿no te quedó claro?
—L-lina.
—Aléjate de Sesshomaru, no es difícil, hazlo por las buenas porque a las malas terminaras rompiéndote una pierna. Te lo advierto.

Eres Mi MedicinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora