Ya era de día, abrí los ojos lentamente acostumbrándome a la luz. Era sábado por la mañana, ¿Qué hago despierta tan temprano un fin de semana? Pues fácil. Sango y yo decidimos ponernos en forma, salir a correr de vez en cuando y aun que hoy iría sola, trataría de no perder la costumbre. No buscábamos ejercitar por alguna persona en particular, solo queríamos estar saludables, nada más que eso.
La noche anterior me dejo algo inestable, recordar me provocaba dolor de cabeza y algo de escalofríos, aun así, decidí relajarme, al menos para no preocupar más a mamá, que por cierto no está en casa, hoy mi familia salió a un día de campo escolar de Sota, era de padres así que no podía ir, pero me dio un tiempo a solas en casa, no la pasaría mal, a veces la paso mejor sola.
Bajé a la cocina y preparé algo ligero ya que no tenía mucha hambre. Comí rápido y volví a mi habitación para alistarme e ir a correr.Me puse unos pantalones cortos color azul, una camiseta negra de mangas largas, mis zapatillas negras y mi cabello sujetado con una cola alta. Estaba más que lista.
Conecté los audífonos al teléfono y salí de la casa. Empecé a trotar en dirección al parque, iba escuchando mi canción favorita, tarareaba en el coro mientras hacía círculos con mis brazos para estirarlos, esto era muy divertido en cierto modo.Hoy, como nunca, quise correr un poco más lejos así que seguí de frente sin detenerme, di vuelta por unas calles que según yo conocía, hasta que vi la hora, ya debía regresar, a pesar de ser las nueve de la mañana, tenía tareas que hacer así que di vuelta. El problema es que no recordaba en qué dirección había llegado, intentaba recordar mientras volvía en mis pasos, pero parecía confundirme más, por último, recordé que tenía mi teléfono, pude ubicarme rápidamente, así que fui directo a casa sin buscar atajos, solo seguí las coordenadas que me daba la app.
Estando perdida no desaprovecharía la oportunidad de seguir trotando, así que decidí correr por la improvisada ruta, ajustando mi teléfono.
Al doblar una de las esquinas me encontré con quien menos esperaba. El mundo es demasiado pequeño. A unos metros estaba un albino de ojos dorados que eran ocultos por su cabello mojado, estaba lavando un lujoso auto color negro. Nunca imagine ver al arrogante Sesshomaru lavando un auto, pero el universo es así. No me lo esperaba, pero tampoco era algo tan sorprendente.Disimule no haberlo visto pero fue en vano cuando escuche que llamaban detrás mío.
—¡Kagome! —gritó. Hice oídos sordos, cosa que fue sencillo por los audífonos que tenía puestos, pero no contaba con la insistencia de Sesshomaru.
—Higurashi te estoy hablando —dijo mientras trotaba a mi lado.
—Oh, eres tú Sesshomaru —me quite el audífono, ya no había como fingir ignorarlo. — ¿Que se te ofrece? —pregunté.
—Vi que pasabas corriendo por aquí, y como verás, yo vivo allí, me ordenaron lavar el auto como castigo por faltar ayer a clase —comentó, aunque luego su cara se tornó de color rojo, creo que dijo algo de más.
—¿Faltaste a clase? —supuse que esa era la razón.
—Si, no tenía ánimos de escuchar como la suma de los catetos al cuadrado es igual a la hipotenusa al cuadrado —dijo riéndose. No sabía que los Taisho eran tres, debía ser un hermano gemelo de Sesshomaru o estoy en un mundo paralelo, no es el mismo albino que conocí antes.
—Entiendo, bueno, te dejo para que termines tu castigo —me puse los audífonos de nuevo— Adiós Sesshomaru. —me despedí con la mano y me dispuse a seguir trotando, o eso pretendía, ya que me detuvo tomándome el brazo un poco fuerte, pero sin lastimarme. — ¿Pasa algo?
—Lo siento por lo de anoche, normalmente digo cosas sin pensar —agachó la mirada un par de segundos, cosa que es rara de él. Pero parece que reacciono por que volvió a su postura segura y soberbia. Ni él parecía creer que acababa de pedir disculpas.
—No te preocupes, lo había olvidado, solo recuerdo cosas importantes —dije de automático. Tal vez golpee un poco su orgullo la única vez que me pide disculpas. No me arrepentía tampoco.
—¿Buscabas a Inuyasha? Salió con Kikyo, no lo encontrarás aquí —y aquí estaba de nuevo el Sesshomaru que recordaba. Se giró y se fue.
—Estaba trotando cuando viniste a interrumpir, no pierdo mi tiempo buscando a personas irrelevantes. —dije mientras volvía a mi ruta, esta vez corrí rápido para que no me vuelva a detener.
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Eres Mi Medicina
Teen FictionSu primer gran amor resulto ser una experiencia toxica llena de falsas ilusiones. Sin darse cuenta que cerca había alguien amándola en secreto, escondiéndose tras una mascara de supuesto odio. Ambos tenían un pasado difícil, lo que complica todo int...