Decidí que Sango dormiría en mi casa, sería prácticamente un suicidio llevarla en esas condiciones a la suya, ya que su mamá la castigaría con no salir luego de llamarle la atención por más de dos horas seguidas.
La lleve al baño para lavarle la cara para que se le quite todo rastro de alcohol que tomó durante la fiesta, ni ella sabe que era pero ya no hay vuelta atrás.
Le quite los zapatos y trate de ponerle una de mis pijamas pero fue casi imposible, así que le ordene que se vistiera sola, eso hizo luego de un buen rato de insistirle.
Ya lista la recosté en mi cama y la abrigue, dormía tranquila y yo me tumbe a su lado, sentí que baile toda la noche cuando realmente estuve bailando con Sango en un intento de quitarle su abrigo, reí un poco al recordar las incoherencias que decía en el proceso.Tomé mi teléfono que no dejó de sonar desde que llegué. Tenía diez llamadas perdidas de Sesshomaru y veinte mensajes de él. Los leí y casi todos eran lo mismo.
¿Estas bien? Lamento lo de hoy ¿Llegaste a salvo?
Le respondí con un cortante sí.
No quería hablar con nadie, rápido me respondió preguntando si tomé mis medicamentos y para evitar más insistencia le dije que sí, realmente no lo hice, no quería calmarme con eso, solo quería dormir y tratar de olvidar lo de hoy, claro está que no olvidaré lo graciosa que se veía Sango borracha, pero si me llenaba de coraje la razón, un idiota amigo de Inuyasha que se las da de mujeriego. Mi mejor amiga lo veía como un héroe y terminó siendo un picaflor de lo peor.
Deje el teléfono en silencio para intentar dormir.Estaba tratando de procesar lo ocurrido, valla noche, al menos no tuve ninguna cercanía con Inuyasha, aunque desde que lo vi no puedo dejar de temblar, maldita sea, los recuerdos me empiezan a abrumar, me levante a buscar el frasco de pastillas, me cuesta abrirlo, pero logro sacar un par y me los tomó con un poco de agua que tengo en el mueble. Vuelvo a mi cama a esperar que hagan efecto, tarda un poco más de lo normal. Al final si use las pastillas para calmarme, se salieron con la suya. Después de un rato consigo dormir.
Maldito Inuyasha, malditos los recuerdos contigo.*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*-*
Un brazo me atrapó de la cintura y yo abrí los ojos de golpe ¿con quién dormí anoche? Me alejo de forma brusca hasta que recuerdo a Sango, la veo quejándose y tratando de tomar algo de la mesa de noche.
—Iré por agua —dije para levantarme.
Sango brinca por el susto hasta caer al suelo para luego quejarse por un dolor de cabeza y el golpe del suelo.
—Maldita sea, ¿Kagome? —preguntó.
—La misma —rio un poco por su aspecto— supongo debes ser Sango, pero mi mejor amiga no tendría ese aspecto tan bochornoso, menos habría tomado alcohol hasta la inconsciencia.
—No me lo recuerdes, no sé qué cosa era esa botella, dime que no me drogaron— sonó un poco alarmada y yo reí.
—Solo pusieron alguna clase de pastilla, una color rosa que decía "Olvídalo todo" —hable lo más seria posible tratando de ocultar la risa.
—Mierda, mamá va matarme —se levantó del suelo para sentarse en la cama sin dejar de sostenerse la cabeza— si finjo mi muerte podría salvarme de la paliza —propuso.
—O podrías decirle que nos aburrimos en la fiesta y viniste a mi casa a una pijamada —sugerí.
—Suena convincente pero con este aspecto pensará que nos fumamos la sección jardinería del vecindario.
—Vamos, solo date un baño y ponte algo decente, iré por algo para tu dolor de cabeza.
—¿Cómo estas tan bien? —preguntó— no recuerdo nada, solo que—
—Sango.
—Tranquila, estaré bien, después de todo no era tan guapo —dijo en tono algo triste.
—Lo siento.
—No fue tu culpa, a no ser que sea verdad lo de la pastilla —me miró entrecerrado los ojos, yo reí en respuesta.
—Si sabes que no puedo ni tomar mis pastillas, ¿por qué te obligaría a tomar algo que no existe? —respondí— si estoy bien es porque no tomé casi nada, al menos no lo que tu tomaste, lo mío fue un refresco con poco alcohol y tan pronto te vi caer inconsciente sobre la mesa huimos de los idiotas que nos molestaban para traerte a casa.
—Si recuerdo a esos idiotas, Sesshomaru nos salvó.
—No hablemos de él, bajare por tu pastilla, ahora si no es mucha molestia, quiero a mi mejor amiga decente y al menos peinada, gracias —salí de mi habitación a buscar algo que alivie el dolor de cabeza de Sango.
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Eres Mi Medicina
Teen FictionSu primer gran amor resulto ser una experiencia toxica llena de falsas ilusiones. Sin darse cuenta que cerca había alguien amándola en secreto, escondiéndose tras una mascara de supuesto odio. Ambos tenían un pasado difícil, lo que complica todo int...