Cap. 53 - Te amo.

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Los días después de eso pasaron con lentitud. Los dolores de cabeza y náuseas se volvieron más seguidos cosa que era extraño, sin embargo, me pareció algo obvio que se deba a mi distanciamiento con Sesshomaru. Luego de la pelea no hablamos casi nada, aunque logra decirme buenos días de vez en cuando, pero eso a comparación de antes que íbamos de un lado a otro juntos, todo es diferente y me dolía no poder hablarle como antes.

—Kagome, ¿cuánto tiempo seguirán así? —preguntó Sango, dejando de lado su teléfono.
—¿Quiénes?
—¿Quién más? Tu y Sesshomaru. Odio esta situación incómoda, hablen pronto o me volveré loca.
—Ya estás loca Sango.
—Lo sé, ¿pero eso quiere decir que no lo buscaras?

Pensé bien mi respuesta, quería que todo se solucione, aunque entre las opciones que tenía era seguir esperando a que él se digne a dirigirme la palabra o yo ir a hablar con él. No había otra opción.

—Hablaré con él. Hoy lo buscaré al terminar las clases.

Sango emocionada se separó de mi para su siguiente clase y yo fui al jardín algo lejos de los edificios, había encontrado ese lugar tan tranquilo que iba cada que podía o cuando mi cabeza no daba más de tantos pensamientos.

Tomé asiento en el pasto tomando mi cuaderno de dibujo que tenía en mi mochila, quise dibujar algo para entretener mi mente en la hora que tenía, la profesora no llegaría y aprovecharía mi momento libre.
Los trazos pasaban por la hoja marcando su ruta, formaban líneas y curvas poco perfectas. No sabía que estaba dibujando, pero deje llevar a mi mano para que encuentre la forma exacta de mi enredado pensamiento.

—Hermosa...

Mi mano se detuvo y alce la vista encontrándome con una dulce sonrisa, sonreí un poco en respuesta y volví a mi dibujo.

—Últimamente te aíslas en este lugar. La luz del sol cae perfecta sobre tu cabello.
—¿Hablaremos al fin Sesshomaru?
—Si, por favor —se sentó justo frente a mí y apartó mi cuaderno con suavidad.
—No es lo que parece Sesshomaru.
—Quiero saber lo que es.
—Tengo la suerte de conocerte un poco y saber si algo te ocurre, sabía bien que algo pasaba y aunque tus palabras son de odio hacia tu hermano, no quita el hecho de que es tu sangre, tu hermanito.
—Lo sé, debí decírtelo.
—Debiste. Saberlo de alguien más me dolió, ver a tu padre en la misma situación dolió más. Se que te sientes avergonzado. Pero yo perdoné a tu hermano, deje ir mi rencor para salir de esto, ¿por qué no puedes hacerlo también tu?

Sus ojos seguían fijos en mí, buscaba entender que ocurría dentro de su cabeza, tal vez algo de telepatía me vendría bien, aunque no sé qué tanto puedo saber de otra persona si no puedo saber siquiera lo que ocurre conmigo.
Su mano tomó con suavidad mi mejilla mientras que la otra apartaba un mechón de cabello que caía impidiéndome la vista.

—Imaginar que te lastimaron me enloquece. Siempre te vi como lo más hermoso del mundo y esas marcas en tu piel me demuestran lo inútil que soy. No pude hacer nada por ti, odio el hecho de que mi propio hermano lastimó la flor más hermosa que pude tener entre mis manos.
—Quiero salir de esto Sesshomaru. Antes me repetía mil veces que no podría volver a amar por mi corazón roto, pero lo cambiaste todo cuando te volví a encontrar, cuando supe que pude amar de nuevo entendí que puedo superar el pasado. Tú me enseñaste eso.
—¿Amabas a Inuyasha?
—No. Lo amé, pero ese amor dejó de existir cuando apareció el miedo, y ese miedo desapareció en el viaje al bosque... Perdí el miedo por ti.

Me dio una sonrisa y se acercó mas a mi para abrazarme con fuerza, no pude rechazarlo ya que mis brazos lo rodearon al mínimo contacto. Por fin sentí como mi alma regresaba a mi cuerpo y mi mente dejo de sobresaturar mis pensamientos, lo tenía a él, no era necesario más.

—Te amo Kagome. —susurró cerca de mi oído escondiendo su rostro en mi hombro.

Nos separamos por un momento y cuando lo vi con intención de tomar mi cuaderno, me lance a sus brazos de forma inesperada lo que provocó que cayéramos al pasto, yo sobre él, pero no me apartó, me abrazo dándome tranquilidad. Mi corazón volvió a la normalidad con un cálido abrazo. —Te amo Sesshomaru.

Nos quedamos así por un rato hasta que volvió a hablar —Debo ir a clase, pero saliendo de la escuela quisiera que fuéramos a comer algo, ¿qué opinas?
—Está bien. Yo estaré aquí hasta que acaben las clases y luego te escribo para irnos juntos.
—De acuerdo. Sabes, necesitaba un abrazo para sentirme mejor.
—Hay algo que quise decirte desde hace mucho, ¿cómo es que alguien tan frío puede dar unos abrazos tan cálidos?
—Soy frío con las personas a mi alrededor, contigo no puedo evitar bajar la guardia. Mi hermosa Kagome.
—Me gustas, Sesshomaru Taisho.
—Yo te amo, Higurashi.

Sonreí y lo abrace nuevamente, no quería separarme de él, pero las clases son importantes. Luego lo abrazaría con fuerza.
Se fue caminando de espaldas mientras se despedía con la mano. Le envié besos al aire completamente enamorada de ese hombre.

—¡Te amo! —grité.

En respuesta hizo un corazón con sus brazos por sobre su cabeza. Realmente vivía un sueño con él, el novio perfecto, para esta chica tan imperfecta.

Eres Mi MedicinaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora