Bad Luck (MinBin)

veinte

Incluso antes de llegar a las escaleras, Minho notó la oscura y revuelta cabellera de Changbin, acomodada en el regazo de Hyunjin.

— ¡Changbin~~!

Su grito hizo saltar a Hyunjin, haciendo que Changbin se despertara de golpe, mirando alrededor con confusión.

— ¡Gatito! — gritó de nuevo, bajando las escaleras apresuradamente.

Cuando Changbin enfocó su vista en Minho, sus orejas se alzaron de golpe, las imágenes de la noche anterior pasaron por su mente y su cola se erizó con miedo.

Hyunjin notó el cambio en Changbin, y se levantó para gruñirle a Minho, pero el castaño lo ignoró completamente, empujándolo un poco para ir hacia su gatito, abrazándolo con fuerza contra sí.

Changbin se tensó con el contacto, queriendo huir del abrazo, Minho olía aún peor que la noche anterior, y ese aquel extraño momento se revivió en su mente, comenzó a temblar con ganas, mientras se mordía el labio con fuerza, reteniendo los maullidos lastimeros de ayuda que quería liberar.

— Binnie, Binnie, gatito... — sollozó Minho sobre el hombro del híbrido, quien sentía el abrazo demasiado apretado, y no podía llenar sus pulmones con el aire que necesitaba—. Te quiero tanto, gatito, te quiero como no te das una idea.... Qué sería sin ti, gatito.

Changbin sintió sus ojos nublarse, su dueño hablaba con tanto dolor, su llanto no se contenía tampoco, y sentía el cuerpo del otro temblar con aún más fuerza que el suyo.

Una parte de él estaba incómodo con tanta cercanía, era esa parte que le recordaba lo que había pasado ayer y el miedo que había sentido.

Pero otra parte de él buscaba ese abrazo desde hacía bastante, buscaba el cariño característico de su humano y no quería que lo soltara nunca.

Temblaba hasta la punta de sus orejas, ahora gachas, algo escondidas entre su desordenado cabello, cerró los ojos con fuerza y un maullido lastimero surgió de sus labios.

— ¿Bin? — Minho se apartó, mirando el rostro de su minino, el híbrido le dedicó esa mirada llena de miedo que había recordado esa mañana y supo que estaba haciendo algo mal—. No, no, gatito, tranquilo, no, n-no voy a hacerte nada— murmuró, intentando controlar sus sollozos, mientras acariciaba las pálidas mejillas de Changbin, su cabello y sus orejitas, aunque nada parecía tranquilizarlo, el gatito comenzó a respirar más seguido, agitado, conforme sus ojitos comenzaban a soltar lágrimas.

Minho se sintió terrible, provocando tanto miedo en su lindo minino, comenzó a negar.

— No, Bin, no tranquilo, soy yo, lo siento, no quise hacerte tan mal, lo siento— quería abrazarlo y quería alejarse a la vez, no quería hacerle más mal del que ya había echo, se apartó un poco, fue cuando vió las moradas marcas en el pálido cuello del híbrido— ¿Eso lo hice yo? — murmuró, tocando ligeramente los chupetones, sintió a Changbin temblar con su tacto—. Lo siento, Changbin, en serio, en serio lo siento... Fui un idiota, no pude controlarme, lo siento, perdóname, por favor— rogó con todo su corazón.

Si había algo peor que Changbin en realidad hubiera muerto era aquello, que le tuviera miedo y que no lo quisiera nunca más, y quiso llorar con fuerza.

Changbin no respondió, y Minho sintió el silencio como si fueran puñaladas, quiso llorar aún más.

Fueron segundos largos hasta que Changbin se inclinó un poco hacia él, frotando su nariz contra su cuello, antes de hacer una mueca.

— Hueles horrible— murmuró el gatito, haciendo reír a Minho.

— Ya mismo me baño, querido— dijo el castaño, acariciando ligeramente las orejitas de su minino, sintiendo a este relajándose cada vez más.

Changbin se fue dejando en los brazos de su dueño, su Minho, el que tanto quería y extrañaba, había vuelto, sólo su olor seguía raro, pero era él.

Se dejó reposar con la cabeza en el hombro del humano, hasta ronronear.