noventa y cuatro

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Al abrir la puerta de su casa, Seungmin dejó salir un suspiro cansado, llevó una mano a su cuello y lo masajeó haciendo una mueca.

— ¿Seungmin-hyung?

El mencionado alzó su vista para mirar a Felix, quién apareció en la sala desde la cocina, el híbrido tenía un vaso en cada mano, de lo que estaba seguro que era leche de banana, uno estaba a la mitad y un pequeño bigote del líquido estaba sobre su labio superior, cosa que no pasó desapercibida por el humano.

— Oh, si eres tú — dijo el híbrido, como si nada, sonrió mínimamente —. No sabía que te habías ido.

Algo en el pecho de Seungmin se encogió con esas palabras.

Asintió un poco y señaló el bigote del híbrido, acercandose un paso, aunque no fue necesario limpiarlo por él (como había hecho en otras ocasiones) que Felix lo limpió rápidamente con la manga de su camisa, haciendo que Seungmin se detuviera, aún lejos.

El gesto le dolió, y en serio le hizo pensar que sus híbridos ya no lo querían ni para cosas tan pequeñas como aquellos.

— Lixie... ¿Podría hablar contigo? ¿Y con Hyunjin?

El conejo asintió, volteandose para subir las escaleras hacia el cuarto de Hyunjin, lugar donde ambos se habían refugiado desde que habían dejado de lado al humano.

Al entrar al cuarto, recibió una mirada curiosa de parte de Hyun, quién tenía una pelota entre sus manos y estaba sentado sobre la cama, el cuarto estaba sorpresivamente ordenado y creyó que Felix y su perfeccionismo había logrado aquello.

El conejo le extendió el vaso que estaba lleno a Hyunjin, quién lo tomó dejando la pelota, seguido, se acomodó a su lado y Seungmin no pudo sentirse peor, un nudo se formó en su garganta, bajo la mirada de aquellos dos, tardó un momento en poder hablar.

— Yo... Quería saber si estaban molestos conmigo o algo — murmuró.

Los otros dos se miraron un segundo y negaron.

— Entonces, ¿Puedo preguntar porqué me han dejado de lado?

Conocía perfectamente a los híbridos para saber que estaban buscando una respuesta también, finalmente, fue Felix quién habló.

— Es que... Desde que nos dijiste que Binnie murió... Pues, nos hemos sentido mal, y raros a la vez, es difícil de explicar — Miró a Hyunjin, buscando ayuda —. Y hablando con Nini... Él se siente igual. Él puede hacerme compañía y hacerme sentir mejor, tú no, porque... No es lo mismo contigo.

— Es como que aquí — llevó un dedo a su cien —. Dice que Changbin está muerto, pero algo por aquí — tocó su pecho, haciendo círculos leves sobre su corazón —. Cree que no, y sólo estamos confundidos... Y los dos sentimos lo mismo, y tú no, y nos sentimos cómodos entre nosotros porque sabemos que estamos igual.

— Y tú estás diferente — murmuró Felix, negó —. Y no puedes comprendernos.

Seungmin frunció el ceño.

— ¿Es por eso? — preguntó — ¿Por eso me están dejando?

— No te estamos dejando — Hyunjin negó, sus orejas se sacudieron también.

— Yo lo siento así, Hyun — dijo el humano, sonrió de forma penosa, sentía que estaba por romperse completamente, así que decidió terminar todo ahí mismo —. Saben, creo que lo mejor, es que queden sólo ustedes dos en esto — sintió las lágrimas en sus ojos, los miró a ambos, internamente, hizo que su corazón se despidiera de ellos—. Me separo, ya no seremos tres, están ustedes dos...— sólo asintió, intentando convencerse, bajó la cabeza cuando sintió comenzar a llorar y sólo salió del cuarto, cerró la puerta a su espalda al mismo tiempo que las primeras lágrimas comenzaban a caer.

Bad Luck (MinBin) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora