ochenta y uno

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El teléfono sonó en su bolsillo, miró el contacto y frunció el ceño confundido al ver el nombre del veterinario en la pantalla.

—¿Jisung?

Minho... No puedo hablar mucho y no sé en qué me estoy metiendo... Pero tengo a Changbin conmigo.

Su corazón desbocó y se levantó de golpe del sillón, tomando sus llaves y las del auto de Seungmin, que estaba estacionado en la entrada.

— ¿Qué hace allí? ¿Desde hace cuanto que está? ¿Cómo fué?

Vino con un hombre joven, no me dijo su nombre y... Está muy mal Minho.

Sus ojos se llenaron de lágrimas y su corazón dolió.

Changbin está muy golpeado, quizás tenga costillas rotas, le duele muchísimo...

— Mi bebé...— murmuró Minho con pena—. Estoy yendo para allá, Jisung, cuídalo, hasta que llegue.

Sí, haré tiempo. Pero apúrate.

Minho cortó y continuó manejando rumbo al consultorio del veterinario, con sus ojos dejando fluir lágrimas sin parar.

Hacia mucho que no estaba tan cerca de Changbin.


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El híbrido continuaba inconsciente sobre la camilla, tenía una mascarilla en el rostro, respirando oxígeno, una vía, conectado al suero en su muñeca.

Le habían tenido que quitar la ropa para revisar sus heridas, así que estaba desnudo, lo habían cubierto con una fina sábana en cuando terminaron.

Jisung había tenido que darle un par de puntadas a un corte que tenía en la ceja, crema para otros un poco menos graves como el que tenía en su labio y un par más en otros puntos de su cuerpo, otra crema para los hematomas que comenzaban a tomar un tono violeta oscuro y algo de hielo en los más grandes, que estaban en sus costillas o en su estómago.

Jisung estaba asustado de lo que había pasado, aterrado, y muy preocupado por el estado del pobre felino.

Le tomaba el pulso cada tantos minutos y estaba estable, su respiración era normal aunque parecía que le dolía al hacerlo, pero estaba relativamente bien para todo lo que lo habían maltratado.

La puerta del local se abrió y las campanas sonaron anunciando aquello, Jisung se apresuró a ir al frente, donde un Minho con expresión entre nerviosa y de súplica lo miró con lágrimas en los ojos.

— Ven — Jisung le hizo señas para que se acercara, y el castaño prácticamente corrió hacia él, entrando a la sala trasera, tembló completamente al ver al híbrido, y se acercó a él para abrazarlo, aunque dudó al verlo con la mascarilla y el suero, totalmente inconsiente.

— C-changbin... — Minho se acercó a él, con su voz rota en llanto, tomó sus mejillas y alzó un poco su rostro —. Changbin... Ya estoy aquí, gatito... — el híbrido no reaccionó, Minho soltó un sollozo y acercó su frente hacia la del pelinegro, juntandolas, mientras comenzaba a llorar de forma desconsolada —... Bi-binnie... Por favor...

Sus manos buscaron las orejas de su novio, las acarició como siempre solía hacerlo, y luego de unos segundos entre llanto y aquello escuchó un débil ronroneo.

— Gatito, estás ahí ¿No?

Las pestañas de Changbin se movieron un poco, a los segundos, entreabrió los ojos hacia su humano, su vista estaba nublada pero pudo oler a su novio a la perfección, sus labios se curvaron hacia arriba en una sonrisa débil.

— Mi-minho.

— Hola, bebé... — Minho sonrió ampliamente, y no se resistió a quitarle la mascarilla y besarlo, tomando sus mejillas, saboreando sus labios de nuevo, otra probadita de su amor después de más de una semana de eternidad parecían dos piezas que se encontraron de nuevo.

Jisung estaba algo apartado pero no podía evitar llorar, se sentía un chismoso por estar allí, pero no podía irse tampoco, era demasiado lindo para no verlo.

Minho sintió el sabor de la sangre en el beso y se apartó, para notar que el labio roto de Changbin había vuelto a sangrar.

Sus ojos se llenaron de terror y comenzó a notar lo maltratado que estaba.

— ¿Q-Quien fué, Binnie? — murmuró, estaba entre triste y enojado por la situación —. Dime quién fue y lo mato.

— Seung... Kwan — murmuró Changbin, su voz sonaba tan cansada, tan agotada, que rompió por dentro al castaño, lo abrazó, acunandolo en brazos y volvió a llorar.

Y Changbin se volvió a sentir cálido entre sus brazos, en su hogar, a salvo de cualquier peligro, así que sonrió y unas cuantas lágrimas de felicidad también cayeron.

Su expresión cambio cuando Minho tocó sin querer uno de sus sensibles moretones de sus costillas, soltó un siseo y llevó una mano a ese lugar.

— D-Duele...

Minho tuvo que apartarse un poco y dejarlo sobre la camilla de nuevo, no quería hacerlo sufrir.

Tomó su mano y volvió a besarlo con cuidado y cariño.

La puerta del local se abrió y las campanas sonaron, Jisung miró con terror hacia la entrada, viendo al hombre que lo había traído, quien se había ido a fumar para calmarse, había regresado.

— Minho, estamos jodidos.

—No nos van a separar de nuevo — dijo el castaño con seguridad, se irguió un poco para mirarlo con el ceño fruncido —. Changbin se quedará conmigo por mucho tiempo más, toda la vida... Nada podrá evitarlo.

Dió otra profunda calada al cigarrillo, mientras esperaba que el otro idiota atendiera

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Dió otra profunda calada al cigarrillo, mientras esperaba que el otro idiota atendiera.

— SeungKwan, idiota, lo hiciste de nuevo.

Soportó dos segundos completos de la voz del peliazul y su griterío de que no sabía de que estaba hablando.

— Lee Changbin está muerto.






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Bad Luck (MinBin) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora