cincuenta y nueve

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—¿Cómo te fue en el veterinario el otro día?— preguntó el moreno, sus lindos híbridos descansaban entre sus brazos, Changbin estaba dormido y Chan estaba casi por hacer lo mismo, así que hablaron bajo.

Minho suspiró.

— Fue un alivio, en serio... Binnie no es fértil, por ahora, al menos.

— ¿Lo habían hecho sin protección?

— La protección se rompió.

— Siempre triunfando en la vida, Lee— comentó Jeongin con algo de gracia.

— Gracias— replicó el castaño—. ¿Qué tal Chan? — el moreno lo miró extrañado— ¿Pueden tener mini-Jeongins o...?

El moreno rió por esa expresión y el híbrido en sus brazos frunció el ceño, lo golpeó con molestia para que se quedará quieto.

— Lo siento, amor— acunó a Chan un poco más cerca de su cuello, acariciando su cabello—. Channie no es fértil, creí que ya lo habías supuesto.

— ¿Por?

Jeongin lo miró un segundo como si estuviera hablando en serio, su mano dejó de hacer mimos.

— Todo el tráfico de híbridos está relacionado, se conectan todos los lugares, Minho, si encuentran a algún híbrido que es fértil lo mandan a los criaderos a procrear hasta que ya no pueda más— dijo—. Y a sus hijos los venden para miles de fines distintos.

>> Quienes no son fértiles tienen otra suerte... Si no creen que son suficientemente atractivos, pues... ¿Sabes que hay gente que paga por torturar a otros?

Minho tragó duro.

La voz de Jeongin era suave, como si así pudiera disminuir la gravedad de esas palabras.

Chan tenía los ojos abiertos y miraba a un punto impreciso de la nada, Jeongin no dejaba de acariciarlo aunque eso no lo salvaba de lo que debía estar pensando.

— Si son bonitos e infertiles los ponen en prostíbulos o los venden si son muy jóvenes— dijo Jeongin, sus ojos volvieron a Minho—. Creí que ya lo suponías.

Minho negó.

— No entiendo ese mundo todavía, Jeong.... Tiene muchas cosas.

— Es un mundo lleno de gente enferma, Minho— dijo el moreno, dejó unos cuantos besos en la cabeza de Chan, quién parpadeo unas veces hasta ubicarse de nuevo en el presente, se irguió y Jeongin le dedicó una sonrisa, que lo hizo sentir mejor, tomó una de las mejillas de su humano, acariciando su hoyuelo con su pulgar antes de besarlo con cariño.

Minho sonrió con ternura al verlos.

Se merecían tener ese amor.







Se merecían tener ese amor

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Bad Luck (MinBin) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora