cincuenta y ocho

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Minho seguía jugando con Changbin y aquel láser, el gatito negro corría detrás de ese puntito y se confundia adorablemente cuando esté pasaba de estar en la pared a aparecer sobre su patita cuando creía atraparlo.

Cada tanto Minho apagaba el láser para ver al animalito comenzar a dar vueltas y a maullar mientras buscaba el punto rojo, el castaño reía y volvia a apretar el aparato y el láser volvía a aparecer frente a él.

Jeongin apareció a su lado unos minutos después de que el juego empezara, cargaba con un par de tazas de café que dejó en la mesa de la sala y Chan se posaba en su hombro en su forma animal, rió al ver al gato jugar.

— ¿No que estaba dormido?

— Me dijo que no podía soportar a Changbin porque tenía más energías que él y que dijo que se iba a dormir para escapar— dijo el moreno, la pequeña criatura soltó un chillido que pareció un gritó molesto, y Jeongin lo miró y frunció el ceño—. No me grites, Channie.

Miau~

Minho se volteó a su gatito, le extrañó que Changbin estuviera ignorando el láser y estuviste frente a él.

Apagó el aparato y tomó al animalito para sentarlo en su regazo.

— ¿Qué pasa, Binnie?

Cambió a su forma humana y sus orejitas se agitaron, Minho llevó su mano a una de estas y comenzó a acariciarla, haciéndolo ronronear.

— Me cansé de jugar... Quiero mimos.

Minho asintió con una sonrisa, atrajo a Changbin más hacia él, acomodó su mejilla en su hombro, su naricita tocaba su cuello, continuaba acariciando su cabecita y sus orejas, su otra mano fue a su vientre, acariciando con su pulgar su pancita.

— Veo que han mejorado muchísimo su relación— comentó Jeongin, tenía una sonrisa llena de ternura y hasta en sus mejillas había un rubor por lo que estaba viendo.

Minho asintió.

— Deberías haberme golpeado antes, Jeongin, quizás así reaccionaba más rápido— dijo el castaño.

Jeongin rió.

— Lo siento, yo no golpeó a la gente.

— ¿No ibas al club de boxeo?

— Sí, sigo yendo, pero no mido mí fuerza— dijo—. Podría romperte algo o matarte. Channie siempre se queja que rompo todo por eso.

El animalito corrió por su hombro hasta su brazo, descendiendo por este hasta quedar sobre el sillón y luego cambiar a su forma humana.

— ¿Vas a decir que soy el "Dios de la destrucción"? — preguntó el moreno, su tono sonaba cansado.

Chan negó, un ligero mohín apareció en sus labios.

— No, ya no tiene tanta gracia— dijo—. Pero si te iba a pedir mimos.

Jeongin rió.

— ¿Estás celoso porque viste que Minho le estaba dando mimos a Changbin?

— ¿Si te digo que sí me darás mimos?

El moreno abrió sus brazos y Chan se acomodó en ellos, Jeongin rodeó su cintura con un brazo mientras su otra mano acariciaba sus muslos.

Y esta vez su tarea fue la ignorada mientras dejaban mimos a sus híbridos que pedían atención.






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Bad Luck (MinBin) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora